Cómo hacer jabón líquido
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Esta receta es muy sencilla de hacer y económica, siendo una gran estrategia para mantener tu piel limpia y sana. Solo necesitas 1 pastilla de jabón de 90g y 300 mL de agua, y si lo prefieres, puedes añadir unas gotas de aceite esencial de tu elección para mejorar el aroma de tu jabón casero.
Para ello, basta con rallar el jabón con un rallador grueso y luego colocarlo en una sartén y llevar a fuego medio con el agua. Revuelva siempre y no deje que se queme, hierva o se cocine. Después de enfriar, agregue las gotitas del aceite esencial y colóquelas en un recipiente para jabón líquido.
¿Cuál es el mejor jabón para ti?
Cada zona de nuestro cuerpo necesita un jabón específico porque el pH del rostro, cuerpo y zona íntima no es el mismo. Con la receta aquí indicada podrás guardar y crear tu versión líquida de todos los jabones que necesitas tener en casa.
Este jabón líquido casero es menos agresivo para la piel pero cumple con su deber de limpiar la piel adecuadamente. Consulte la siguiente tabla para conocer el tipo de jabón ideal para cada situación:
Tipo de jabón | Región corporal más adecuada |
Jabón íntimo | Solo región genital |
Jabón antiséptico | En caso de heridas infectadas: no usar a diario |
Jabón con ácido salicílico y azufre | Zonas con acné |
Jabón para niños | Rostro y cuerpo de bebés y niños. |
Cuándo usar jabón antiséptico
Los jabones antibacterianos como Soapex o Protex contienen triclosán y son más adecuados para lavar heridas infectadas, pero para que surta efecto, el jabón debe estar en contacto con la piel durante 2 minutos.
Los jabones antisépticos no están indicados para uso diario, ni en el cuerpo ni en el rostro porque combaten todo tipo de microorganismos, incluso los buenos que ayudan a proteger la piel, dejándola más propensa a las irritaciones.
La principal diferencia entre ellos es que el jabón común solo elimina las bacterias de la piel, mientras que el jabón antibacteriano mata, lo que no es bueno para el medio ambiente. Además, con el tiempo dejan de ser tan efectivos porque las bacterias se vuelven resistentes, volviéndose aún más fuertes, dificultando incluso el efecto de los remedios antibióticos.
Así, para la vida cotidiana, las personas sanas no necesitan lavarse las manos ni bañarse con jabón antibacteriano porque solo el agua limpia y el jabón común ya son efectivos para limpiar la piel y refrescar el cuerpo.