Infarto intestinal (infarto de mesenterio): qué es, síntomas y tratamiento
Contenido
- Síntomas principales
- Cómo confirmar el diagnóstico
- Como se hace el tratamiento
- Secuelas de infarto intestinal
- Posibles causas de infarto intestinal.
La mayoría de los infartos intestinales ocurren cuando una arteria, que lleva sangre al intestino delgado o grueso, es bloqueada por un coágulo e impide el paso de sangre con oxígeno a los lugares que están después del coágulo, lo que lleva a la muerte de esa parte del intestino. y generar síntomas como dolor de estómago severo, vómitos y fiebre, por ejemplo.
Además, el infarto intestinal también puede ocurrir en una vena en la región del mesenterio, que es la membrana que sostiene el intestino. Cuando esto sucede, la sangre no puede salir del intestino al hígado y, por lo tanto, la sangre con oxígeno tampoco puede continuar circulando en el intestino, lo que tiene las mismas consecuencias que el infarto de arteria.
El infarto intestinal es curable, pero se trata de una situación de urgencia y, por tanto, si hay sospecha, es muy importante acudir rápidamente a urgencias, para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado, con el fin de prevenir una gran parte de el intestino se ve afectado.
Síntomas principales
Los síntomas más frecuentes en el caso de un infarto de intestino incluyen:
- Dolor abdominal severo, que empeora con el tiempo;
- Sensación de hinchazón en el vientre;
- Náuseas y vómitos;
- Fiebre superior a 38ºC;
- Diarrea con sangre en las heces.
Estos síntomas pueden aparecer repentinamente o desarrollarse lentamente durante varios días, según el tamaño de la región afectada por la isquemia y la gravedad de la obstrucción.
Así, si experimentas un dolor abdominal muy severo o que no mejora a las 3 horas, es muy importante acudir al hospital para identificar cuál es el problema e iniciar el tratamiento adecuado, ya que puede ser un infarto intestinal.
Cómo confirmar el diagnóstico
Para realizar el diagnóstico de infarto intestinal, el médico puede ordenar varias pruebas como resonancia magnética angiográfica, angiografía, tomografía computarizada abdominal, ecografía, rayos X, análisis de sangre e incluso endoscopia o colonoscopia, para asegurarse de que los síntomas no sean causados por otros. problemas del tracto digestivo, como úlceras o apendicitis, por ejemplo.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento del infarto en el intestino puede comenzar con un cateterismo arterial percutáneo y estabilización hemodinámica o puede realizarse con cirugía para eliminar el coágulo y restaurar la circulación sanguínea en el vaso afectado, además de extirpar toda la porción de intestino que se ha visto afectada.
Antes de la cirugía, el médico puede dejar de usar medicamentos que puedan contraer los vasos sanguíneos, como los medicamentos para la migraña, para tratar enfermedades cardíacas e incluso algunos tipos de hormonas.
En algunos casos, aún puede ser necesario tomar antibióticos antes y después de la cirugía para prevenir el desarrollo de infecciones en el intestino afectado.
Secuelas de infarto intestinal
Una de las secuelas más comunes de la isquemia en el intestino es la necesidad de una ostomía. Esto se debe a que, dependiendo de la cantidad de intestino extraído, es posible que el cirujano no pueda volver a conectar el intestino al ano y, por lo tanto, es necesario hacer una conexión directamente con la piel del abdomen, permitiendo que las heces salgan hacia el interior. una pequeña bolsa.
Además, con la eliminación del intestino, la persona también presenta síndrome del intestino corto que, dependiendo de la parte extraída, provoca dificultad en la absorción de algunas vitaminas y minerales, por lo que es importante adaptar la dieta. Vea más sobre este síndrome y cómo debe ser la dieta.
Posibles causas de infarto intestinal.
Aunque el infarto intestinal es una afección muy rara, existe un mayor riesgo en las personas:
- Mayor de 60 años;
- Con niveles altos de colesterol;
- Con colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o diverticulitis;
- Masculino;
- Con neoplasias;
- Que hayan realizado cirugías abdominales;
- Con cáncer en el sistema digestivo.
Además, las mujeres que usan la píldora anticonceptiva o que están embarazadas también tienen un mayor riesgo de coágulos debido a cambios hormonales, por lo que pueden desarrollar un caso de infarto en el intestino.