¿Qué puede causar la pérdida de la visión?

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La pérdida de visión se puede evitar, en la mayoría de los casos, porque las situaciones que conducen a la pérdida progresiva de la visión se controlan fácilmente cambiando los hábitos alimenticios, usando gafas de sol y exámenes de la vista de rutina, que pueden identificar cualquier problema ocular aún en la fase inicial, que puede tratarse. y visión preservada.
La retinopatía diabética y la degeneración macular, por ejemplo, pueden evitarse fácilmente controlando la glucosa en sangre y usando gafas de sol, respectivamente. Además, se recomienda que se realicen consultas periódicas con el oftalmólogo, especialmente si hay antecedentes en la familia de pérdida de visión, especialmente cuando hay antecedentes de glaucoma y cataratas.

Las principales causas de la pérdida de visión son:
1. Catarata
Las cataratas se caracterizan por el envejecimiento del cristalino del ojo, lo que resulta en visión borrosa, aumento de la sensibilidad a la luz y pérdida progresiva de la visión y puede ocurrir durante toda la vida o poco después del nacimiento. Las cataratas pueden surgir debido a diversas situaciones, como el uso de medicamentos corticosteroides, golpes en el ojo o la cabeza, infecciones oculares y envejecimiento.
Aunque puede provocar la pérdida de la visión, las cataratas son completamente reversibles mediante cirugía, en la que el cristalino del ojo se reemplaza por un cristalino ocular. La realización de la cirugía no depende de la edad de la persona, sino del grado de alteración de la visión. Descubra cómo se realiza la cirugía de cataratas y cómo es el postoperatorio.
Como evitar: Las cataratas son una enfermedad difícil de evitar, sobre todo porque el niño ya puede nacer con cambios en el cristalino del ojo. Sin embargo, es importante acudir al oftalmólogo para realizar pruebas que puedan identificar cualquier problema de visión, sobre todo cuando existen síntomas de infección ocular o si la persona tiene diabetes, miopía, hipotiroidismo o abuso de medicamentos, por ejemplo.
2. Degeneración macular
La degeneración macular, también conocida como degeneración de la retina, es una enfermedad caracterizada por el daño y desgaste de la retina, lo que resulta en la pérdida gradual de la capacidad de ver los objetos con claridad y la aparición de una zona oscura en el centro de la visión. Esta enfermedad suele estar relacionada con la edad, siendo más común a partir de los 50 años, pero también puede ocurrir en personas que tienen antecedentes familiares, tienen deficiencias nutricionales, se exponen con frecuencia a la luz ultravioleta o tienen hipertensión, por ejemplo.
Como evitar: Para prevenir la degeneración de la retina, es importante tener hábitos alimenticios saludables, evitar fumar y usar lentes de sol para protegerse de los rayos ultravioleta, además de acudir al oftalmólogo con regularidad si presenta síntomas o antecedentes familiares.
En algunos casos, según el grado de evolución de la enfermedad, el médico puede recomendar tratamiento con láser, medicamentos orales o intraoculares, como Ranibizumab o Aflibercept, por ejemplo. Obtenga más información sobre el tratamiento de la degeneración macular.
3. Glaucoma
El glaucoma es una enfermedad crónica que puede provocar una pérdida progresiva de la visión debido a la muerte de las células del nervio óptico. El glaucoma es una enfermedad silenciosa, por lo que es importante prestar atención a la aparición de algunos síntomas, especialmente si existen antecedentes familiares de glaucoma, como disminución del campo visual, dolor ocular, visión borrosa o borrosa, dolor de cabeza severo, náuseas y vómitos.
Como evitar: Aunque no existe cura, la pérdida de la visión debido al glaucoma se puede prevenir midiendo la presión ocular en exámenes oculares de rutina. Habitualmente cuando se comprueba que la presión en el ojo es alta, es necesario realizar una serie de exámenes oculares que permitan el diagnóstico de la enfermedad y, así, prevenir la progresión. Vea qué pruebas identifican el glaucoma.
El tratamiento para el glaucoma debe ser recomendado por el oftalmólogo según el grado de afectación ocular, pudiendo recomendarse el uso de colirios, medicamentos, tratamiento con láser o cirugía, la cual está indicada solo cuando las otras opciones de tratamiento no tienen el efecto deseado. .

4. Retinopatía diabética
La retinopatía diabética es una consecuencia de los niveles elevados de glucosa en sangre, siendo más común en personas con diabetes tipo 1 y que no tienen un control adecuado de la diabetes. Un exceso de azúcar en sangre puede provocar un daño progresivo en la retina y los vasos sanguíneos que irrigan los ojos, lo que resulta en visión borrosa, presencia de manchas oscuras en la visión y pérdida progresiva de la visión.
La retinopatía diabética se puede clasificar según la extensión de la lesión en el ojo, siendo la forma más grave la denominada retinopatía diabética proliferativa, que se caracteriza por la aparición y rotura de vasos más frágiles en los ojos, con hemorragia, desprendimiento de retina y ceguera.
Como evitar: La retinopatía diabética se puede evitar controlando la glucemia que deben realizar los pacientes diabéticos de acuerdo con la orientación del endocrinólogo. Además, es importante que las personas diabéticas se sometan a exámenes oculares anuales para que cualquier cambio ocular pueda identificarse temprano y revertirse.
En el caso de la retinopatía diabética proliferativa, el oftalmólogo puede recomendar la realización de procedimientos quirúrgicos para eliminar nuevos vasos formados en el ojo o detener el sangrado, por ejemplo. Sin embargo, es necesario que la persona siga las pautas del endocrinólogo para el control de la diabetes.
5. Desprendimiento de retina
El desprendimiento de retina, que se caracteriza cuando la retina no está en su posición correcta, es una situación que necesita ser tratada de forma inmediata para que no se produzca la pérdida total de la visión. Esta situación puede ocurrir debido a un golpe muy fuerte en el ojo o la cabeza, o por enfermedades o procesos inflamatorios, provocando que parte de la retina tenga un suministro insuficiente de sangre y oxígeno, lo que puede resultar en la muerte del tejido ocular y, en consecuencia, , ceguera.
El desprendimiento de retina es más frecuente en personas mayores de 50 años o que han sufrido un fuerte golpe en la cabeza y se puede notar mediante la aparición de pequeñas manchas oscuras en el campo de visión, destellos de luz que aparecen de repente, malestar en el muy borroso. ojo y visión, por ejemplo.
Como evitar: Para evitar desprendimientos de retina, se recomienda que las personas mayores de 50 años o que hayan sufrido algún tipo de accidente o tengan diabetes, por ejemplo, se realicen exámenes oculares periódicos para que el médico pueda comprobar que la retina está en la posición correcta.
Si se percibe un cambio de posición, es necesaria una cirugía para solucionar este problema y prevenir la ceguera. La cirugía es la única forma de tratamiento para el desprendimiento de retina y el tipo de cirugía depende de la gravedad de la situación, que se puede realizar mediante láser, criopexia o inyección de aire o gas en el ojo. Conoce la indicación de cada tipo de cirugía.