Resistencia bacteriana: que es, por que ocurre y como evitarla

Contenido

• Cómo ocurre la resistencia a los antibióticos
• Bacterias principales resistentes
• Cómo evitar la resistencia a los antibióticos

La resistencia bacteriana se refiere a la capacidad de las bacterias para resistir la acción de algunos antibióticos debido al desarrollo de mecanismos de adaptación y resistencia, que a menudo es consecuencia del mal uso de antimicrobianos. Por tanto, como consecuencia de la resistencia bacteriana, el antibiótico normalmente utilizado en el tratamiento ya no es eficaz, lo que dificulta la lucha contra la infección y lleva más tiempo, y puede producirse un empeoramiento del estado clínico de la persona.

Cuando un antibiótico es eficaz, las bacterias pueden reducir su tasa de multiplicación o eliminarse del cuerpo. Sin embargo, cuando una bacteria gana resistencia a un determinado antibiótico, puede proliferar independientemente de la presencia del antibiótico y ser capaz de causar infecciones más graves que son difíciles de tratar.

En la mayoría de los casos, la bacteria es resistente a un solo antimicrobiano, como en el caso de Enterococcus sp., por ejemplo, donde algunas cepas son resistentes a la vancomicina. Sin embargo, también es posible tener una bacteria resistente a varios antibióticos, llamándose superbacterias o bacterias multirresistentes, como es el caso de Klebsiella productor de carbapenemasa, también llamado KPC.

Cómo ocurre la resistencia a los antibióticos

La resistencia a los antibióticos ocurre principalmente por el mal uso de los antibióticos, es decir, cuando la persona usa el antibiótico sin consejo médico o cuando no hace el tratamiento completo, por ejemplo. Estas situaciones pueden favorecer el desarrollo de mecanismos de adaptación y resistencia de la bacteria frente al antibiótico que se ha utilizado, de manera que pueda permanecer en el organismo por más tiempo, proliferar y llegar al torrente sanguíneo, caracterizando la sepsis.

Las bacterias resistentes pueden multiplicarse más fácilmente y así transmitir sus genes de resistencia a otras generaciones. Además, es posible que se produzcan nuevas mutaciones en el material genético de estas bacterias, dando lugar a superbacterias, que son aquellas que son resistentes a más de un tipo de antibiótico. Cuanto más resistentes son las bacterias, más difícil es tratarlas, ya que hay menos antibióticos disponibles para tratar esa infección.

Bacterias principales resistentes

Las bacterias resistentes se encuentran con mayor facilidad en los hospitales debido a los procedimientos a los que se someten los pacientes, que son más invasivos, en cuyo caso es necesario el uso de antibióticos de amplio espectro, que son los que actúan contra diversos microorganismos, incluidos los no patógenos, que puede favorecer la resistencia.

Además, las bacterias resistentes suelen estar relacionadas con el entorno hospitalario debido al uso frecuente de antibióticos durante la hospitalización, el sistema inmunológico de las personas y la mayor exposición a agentes infecciosos y antimicrobianos debido a la estancia prolongada en el hospital.

Entre las principales bacterias resistentes se encuentran Klebsiella pneumoniae (KPC), Staphylococcus aureus (MRSA), que es resistente a la meticilina, Acinetobacter baumannii y Pseudomonas aeruginosa, que son resistentes a los antibióticos carbapenémicos. Conoce las principales bacterias multirresistentes.

Cómo evitar la resistencia a los antibióticos

La resistencia a los antibióticos se puede evitar fácilmente mediante acciones simples, como:

• Uso de antibióticos solo por recomendación médica;
• El médico debe indicar el tiempo y la dosis del antibiótico y utilizarlo de acuerdo con sus indicaciones, incluso con la desaparición de los síntomas;
• No interrumpa el tratamiento con antibióticos incluso si no hay más síntomas de infección.

Además, es importante mantener una buena higiene de manos, lavar bien los alimentos antes de prepararlos, tener las vacunas al día y solo contactar con personas hospitalizadas utilizando elementos de protección, como mascarillas y batas, por ejemplo.

Para evitar la resistencia bacteriana, también es importante que los hospitales analicen las bacterias más prevalentes en el hospital y las unidades de hospitalización críticas y determinen el perfil de sensibilidad y resistencia de estos microorganismos.

Una vez que se conocen cuáles son las bacterias más frecuentes y sus características, es posible adoptar estrategias para prevenir infecciones durante la hospitalización del paciente. La educación y formación continua de los profesionales sanitarios presentes en el hospital es fundamental para evitar infecciones nosocomiales y el desarrollo de microorganismos resistentes. Vea cómo prevenir las infecciones nosocomiales.