Respiración por la boca: principales signos y síntomas, causas y cómo tratar

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La respiración bucal puede ocurrir cuando hay un cambio en el tracto respiratorio que impide el paso correcto del aire a través de las fosas nasales, como tabique desviado o pólipos, o suceder como consecuencia de resfriados o gripe, sinusitis o alergia.
Aunque respirar por la boca no pone en riesgo tu vida, ya que sigue permitiendo que el aire entre en tus pulmones, este hábito, con el paso de los años, puede ocasionar leves cambios en la anatomía del rostro, especialmente en la posición de la lengua. labios y cabeza, dificultad para concentrarse, debido a la reducción de oxígeno en el cerebro, problemas de caries o encías, debido a la falta de saliva.
Por ello, es importante que la causa de la respiración bucal se identifique lo antes posible, especialmente en los niños, para que se rompa el hábito y se prevengan las complicaciones.

Principales signos y síntomas
El hecho de respirar por la boca puede provocar la aparición de algunos signos y síntomas que normalmente no son identificados por la persona que respira por la boca, sino por las personas con las que conviven. Algunos de los signos y síntomas que pueden ayudar a identificar a una persona que respira por la boca son:
- Los labios a menudo se separaron;
- Flacidez del labio inferior;
- Acumulación excesiva de saliva;
- Tos seca y persistente;
- Sequedad de boca y mal aliento;
- Disminución del sentido del olfato y el gusto;
- Falta de aire;
- Cansancio fácil al realizar actividad física;
- Ronquidos;
- Tomando muchos descansos mientras come.
En los niños, en cambio, pueden aparecer otros signos de alarma, como crecimiento más lento de lo normal, irritabilidad constante, problemas de concentración en la escuela y dificultad para dormir por la noche.
Además, cuando la respiración por la boca se vuelve frecuente y ocurre incluso después del tratamiento de las vías respiratorias y extirpación de las adenoides, por ejemplo, es posible que a la persona se le diagnostique el Síndrome del Respirador Bucal, en el que se pueden notar cambios de postura y en la posición de los dientes y la cara más estrecha y alargada.
Por que pasa
La respiración bucal es común en casos de alergias, rinitis, resfriados y gripe, en los que las secreciones excesivas impiden que la respiración se produzca de forma natural por la nariz, volviendo la respiración a la normalidad cuando se tratan estas situaciones.
Sin embargo, otras situaciones también pueden provocar que la persona respire por la boca, como agrandamiento de amígdalas y adenoides, desviación del tabique nasal, presencia de pólipos nasales, cambios en el proceso de desarrollo óseo y la presencia de tumores, por ejemplo, situaciones son identificados y tratados adecuadamente para evitar consecuencias y complicaciones.
Además, las personas con cambios en la forma de la nariz o la mandíbula también tienen una mayor tendencia a respirar por la boca y desarrollan síndrome respiratorio por la boca. Normalmente, cuando la persona tiene este síndrome, incluso con el tratamiento de la causa, la persona continúa respirando por la boca debido al hábito que creó.
Por ello, es importante que se identifique y trate la causa de la respiración por la boca y, por tanto, es importante consultar al otorrinolaringólogo o pediatra, en el caso del niño, para que se evalúen los signos y síntomas que presenta para que el Se realiza el diagnóstico y se indica el tratamiento más adecuado.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento se realiza según la causa que lleva a que la persona respire por la boca y suele involucrar a un equipo multiprofesional, es decir, formado por médicos, dentistas y logopedas.
Si está relacionado con cambios en las vías respiratorias, como tabique desviado o amígdalas inflamadas, puede ser necesaria una cirugía para corregir el problema y permitir que el aire vuelva a pasar por la nariz.
En los casos en los que la persona comienza a respirar por la boca por un hábito, es necesario identificar si ese hábito está siendo provocado por estrés o ansiedad, y si es así, se recomienda consultar a un psicólogo o participar en actividades relajantes que permite aliviar la tensión mientras ayuda a entrenar la respiración.