Reparación de fracturas óseas - Serie - Procedimiento
Contenido
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Descripción general
Mientras el paciente no siente dolor (anestesia general o local), se realiza una incisión sobre el hueso fracturado. El hueso se coloca en la posición adecuada y los tornillos, clavijas o placas se unen al hueso de forma temporal o permanente. Los vasos sanguíneos rotos se atan o se queman (cauterizan). Si el examen de la fractura muestra que se ha perdido una cantidad de hueso como resultado de la fractura, especialmente si hay un espacio entre los extremos del hueso roto, el cirujano puede decidir que un injerto óseo es esencial para evitar un retraso en la curación.
Si no es necesario el injerto óseo, la fractura se puede reparar mediante los siguientes métodos:
a) uno o más tornillos insertados en la rotura para sujetarlo.
b) una placa de acero sujeta por tornillos perforados en el hueso.
c) Se introduce un alfiler de metal acanalado largo con agujeros en el eje del hueso desde un extremo, con tornillos luego se pasan a través del hueso y a través de un agujero en el alfiler.
En algunos casos, después de esta estabilización, es necesaria la reparación microquirúrgica de vasos sanguíneos y nervios. A continuación, se cierra la incisión cutánea de la forma habitual.
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