Autor: Sara Rhodes
Fecha De Creación: 18 Febrero 2021
Fecha De Actualización: 20 Noviembre 2024
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Una enfermedad que no tiene cura, pero se aprende a vivir con ella
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La enfermedad que no tiene cura, también conocida como enfermedad crónica, puede surgir inesperadamente, teniendo en la mayoría de los casos un impacto negativo y abrumador en la vida de una persona.

No es fácil vivir con la necesidad de tomar medicamentos todos los días o con la necesidad de necesitar ayuda para realizar las tareas diarias, pero para vivir mejor con la enfermedad existen determinadas actitudes físicas y mentales que pueden ser de gran ayuda. Entonces, algunos consejos que pueden ayudarlo a vivir mejor con la enfermedad pueden ser:

1. Afronta el problema y conoce la enfermedad

Acostumbrarse a la enfermedad y enfrentar el problema puede ser el primer paso para aprender a vivir con la enfermedad. A menudo tendemos a ignorar la enfermedad y sus consecuencias, sin embargo, solo pospone lo inevitable y termina causando más estrés y sufrimiento a largo plazo.

Por lo tanto, estar alerta sobre lo que está sucediendo, investigar a fondo la enfermedad y buscar qué opciones de tratamiento están disponibles son actitudes que pueden marcar la diferencia, ayudando a enfrentar el problema. Además, otra opción es contactar a otras personas que también padecen la enfermedad, ya que sus testimonios pueden resultar esclarecedores, reconfortantes y útiles.


La recopilación de información sobre la enfermedad, ya sea a través de libros, Internet o incluso de especialistas, es una parte importante del proceso de aceptación, ya que ayuda a comprender, comprender y aceptar la enfermedad. Recuerda y acepta que tu vida ha cambiado, pero no ha terminado.

2. Encuentra el equilibrio y el bienestar

Encontrar el equilibrio es fundamental después de aceptar la enfermedad, porque aunque la enfermedad puede comprometer tu estilo de vida y tus capacidades físicas, debes recordar que tus capacidades mentales y emocionales no se han visto afectadas. Por ejemplo, es posible que no pueda mover un brazo, pero aún puede pensar, organizar, escuchar, preocuparse, sonreír y ser amigos.

Además, también es necesario integrar de forma equilibrada todos los cambios en tu estilo de vida que pueda traer la enfermedad, como la medicación, el cuidado diario o la fisioterapia, por ejemplo. Aunque la enfermedad puede cambiar la mayoría de las circunstancias de la vida, no debería controlar su vida, sus pensamientos y sus emociones. Solo así y con este pensamiento, podrás encontrar el equilibrio adecuado, que te ayudará a vivir de forma saludable con la enfermedad.


3. Recupere el control de su vida

Después de enfrentar el problema y encontrar el equilibrio en su vida, es hora de recuperar el control. Empiece por averiguar qué es lo que ya no puede hacer y tome decisiones: si puede y debe hacerlo o si quiere seguir haciéndolo, incluso si eso significa hacerlo de otra manera. Por ejemplo, si dejaste de mover un brazo y ya no puedes atar los cordones, puedes optar por dejar de usar zapatillas o zapatos con cordones, puedes optar por pedir ayuda a alguien que lo haga en tu lugar, o puedes optar por aprende a atar los cordones con una sola mano. Por lo tanto, siempre debe establecer objetivos (razonables) que crea que puede lograr, incluso si lleva algo de tiempo y necesita algo de dedicación. Esto le dará una sensación de logro y ayudará a recuperar la confianza en sí mismo.

Por eso, es fundamental no vivir solo con la enfermedad, sino apostar por actividades que puedas realizar y que te den placer, como escuchar música, leer un libro, tomar un baño relajante, escribir cartas o poesía, pintar, tocar un instrumento musical, hablar con un buen amigo, entre otros.Estas actividades ayudan tanto al cuerpo como a la mente, ya que promueven momentos de relajación y placer, que ayudan a vivir mejor y a reducir el estrés. Además, recuerda que los amigos y familiares siempre son buenos oyentes, con los que puedes hablar de tus problemas, miedos, expectativas e inseguridades, pero recuerda que las visitas no son solo para hablar de la enfermedad, por eso es importante trazar un límite de tiempo. por hablar de ello.


Aprender a vivir con la enfermedad es un proceso delicado y lento que requiere mucho esfuerzo y dedicación. Sin embargo, lo importante es no perder nunca la esperanza y creer que con el tiempo las mejoras serán visibles y que mañana ya no será tan difícil como hoy.

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