Amebiasis
Contenido
- ¿Qué es la amebiasis?
- ¿Quién está en riesgo de amebiasis?
- ¿Qué causa la amebiasis?
- ¿Cuáles son los síntomas de la amebiasis?
- ¿Cómo se diagnostica la amebiasis?
- ¿Qué tratamientos hay disponibles para la amebiasis?
- ¿Cuál es el pronóstico para las personas con amebiasis?
- ¿Cómo puedo prevenir la amebiasis?
¿Qué es la amebiasis?
La amebiasis es una infección parasitaria de los intestinos causada por el protozoo. Entamoeba histolytica, o E. histolytica. Los síntomas de la amebiasis incluyen heces sueltas, calambres abdominales y dolor de estómago. Sin embargo, la mayoría de las personas con amebiasis no experimentarán síntomas significativos.
¿Quién está en riesgo de amebiasis?
La amebiasis es común en países tropicales con saneamiento subdesarrollado. Es más común en el subcontinente indio, partes de América Central y del Sur y partes de África. Es relativamente raro en los Estados Unidos.
Las personas con mayor riesgo de amebiasis incluyen:
- personas que han viajado a lugares tropicales donde hay un saneamiento deficiente
- inmigrantes de países tropicales con malas condiciones sanitarias
- Las personas que viven en instituciones con malas condiciones sanitarias, como las cárceles.
- hombres que tienen sexo con otros hombres
- personas con sistemas inmunes comprometidos y otras condiciones de salud
¿Qué causa la amebiasis?
E. histolytica es un protozoo unicelular que generalmente ingresa al cuerpo humano cuando una persona ingiere quistes a través de alimentos o agua. También puede ingresar al cuerpo a través del contacto directo con materia fecal.
Los quistes son una forma relativamente inactiva del parásito que puede vivir durante varios meses en el suelo o el ambiente donde se depositaron en las heces. Los quistes microscópicos están presentes en el suelo, el fertilizante o el agua que ha sido contaminada con heces infectadas. Los manipuladores de alimentos pueden transmitir los quistes al preparar o manipular alimentos. La transmisión también es posible durante el sexo anal, el sexo oral-anal y la irrigación del colon.
Cuando los quistes ingresan al cuerpo, se alojan en el tracto digestivo. Luego liberan una forma invasiva y activa del parásito llamada trofocita. Los parásitos se reproducen en el tracto digestivo y migran al intestino grueso. Allí, pueden excavar en la pared intestinal o el colon. Esto causa diarrea con sangre, colitis y destrucción de tejidos. La persona infectada puede propagar la enfermedad al liberar nuevos quistes en el medio ambiente a través de las heces infectadas.
¿Cuáles son los síntomas de la amebiasis?
Cuando se presentan los síntomas, tienden a aparecer de 1 a 4 semanas después de la ingestión de los quistes. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), solo entre el 10 y el 20 por ciento de las personas que tienen amebiasis se enferman. Los síntomas en esta etapa tienden a ser leves e incluyen heces sueltas y calambres estomacales.
Una vez que las trofozitas han roto las paredes intestinales, pueden ingresar al torrente sanguíneo y viajar a varios órganos internos. Pueden terminar en su hígado, corazón, pulmones, cerebro u otros órganos. Si las trofozitas invaden un órgano interno, potencialmente pueden causar:
- abscesos
- infecciones
- enfermedad severa
- muerte
Si el parásito invade el revestimiento de su intestino, puede causar disentería amebiana. La disentería amebiana es una forma más peligrosa de amebiasis con heces acuosas y sanguinolentas frecuentes y calambres estomacales severos.
El hígado es un destino frecuente para el parásito. Los síntomas de la enfermedad hepática amebiana incluyen fiebre y sensibilidad en la parte superior derecha de su abdomen.
¿Cómo se diagnostica la amebiasis?
Un médico puede sospechar de amebiasis después de preguntar sobre su salud reciente y su historial de viajes. Su médico puede hacerle un examen para detectar la presencia de E. histolytica. Es posible que tenga que dar muestras de heces durante varios días para detectar la presencia de quistes. Su médico puede ordenar pruebas de laboratorio para verificar la función hepática para ayudar a determinar si la ameba ha dañado su hígado.
Cuando los parásitos se propagan fuera del intestino, ya no pueden aparecer en las heces. Por lo tanto, su médico puede ordenar una ecografía o una tomografía computarizada para verificar si hay lesiones en su hígado. Si aparecen lesiones, su médico puede necesitar realizar una aspiración con aguja para ver si el hígado tiene algún absceso. Un absceso en el hígado es una consecuencia grave de la amebiasis.
Finalmente, puede ser necesaria una colonoscopia para verificar la presencia del parásito en su intestino grueso (colon).
¿Qué tratamientos hay disponibles para la amebiasis?
El tratamiento para casos no complicados de amebiasis generalmente consiste en un ciclo de 10 días de metronidazol (Flagyl) que se toma en forma de cápsula. Su médico también puede recetarle medicamentos para controlar las náuseas si lo necesita.
Si el parásito está presente en sus tejidos intestinales, el tratamiento debe abordar no solo el organismo sino también cualquier daño a sus órganos infectados. La cirugía puede ser necesaria si el colon o los tejidos peritoneales tienen perforaciones.
¿Cuál es el pronóstico para las personas con amebiasis?
La amebiasis generalmente responde bien al tratamiento y debería desaparecer en aproximadamente 2 semanas. Si tiene un caso más grave en el que el parásito aparece en sus tejidos u órganos internos, su pronóstico sigue siendo bueno siempre que reciba el tratamiento médico adecuado. Sin embargo, si la amebiasis no se trata, puede ser mortal.
¿Cómo puedo prevenir la amebiasis?
Un saneamiento adecuado es la clave para evitar la amebiasis. Como regla general, lávese bien las manos con agua y jabón después de usar el baño y antes de manipular alimentos.
Si viaja a lugares donde la infección es común, siga este régimen cuando prepare y coma alimentos:
- Lave bien las frutas y verduras antes de comer.
- Evite comer frutas o verduras a menos que las lave y pele usted mismo.
- Quédese con agua embotellada y refrescos.
- Si debe beber agua, hiérvala o trátela con yodo.
- Evite los cubitos de hielo o las fuentes de bebidas.
- Evite la leche, el queso u otros productos lácteos no pasteurizados.
- Evite los alimentos que venden los vendedores ambulantes.