Cirugía de próstata (prostatectomía): que es, tipos y recuperación
Contenido
- Como se hace la cirugia
- Principales tipos de prostatectomía
- ¿Cómo es la recuperación de la prostatectomía?
- Posibles consecuencias de la cirugía
- 1. Incontinencia urinaria
- 2. Disfunción eréctil
- 3. Infertilidad
- Exámenes y consultas posteriores a la cirugía
- ¿Puede volver el cáncer?
La cirugía de próstata, conocida como prostatectomía radical, es la principal forma de tratamiento para el cáncer de próstata porque, en la mayoría de los casos, es posible extirpar todo el tumor maligno y curar definitivamente el cáncer, especialmente cuando la enfermedad aún está poco evolucionada y no alcanzó otros órganos.
Esta cirugía se realiza preferentemente en hombres menores de 75 años, considerados de riesgo quirúrgico bajo a intermedio, es decir, con enfermedades crónicas controladas, como diabetes o hipertensión. Aunque este tratamiento es muy eficaz, también puede recomendarse la realización de radioterapia tras la cirugía en casos concretos, para eliminar las células malignas que pudieran haber quedado en su sitio.
El cáncer de próstata tiene un crecimiento lento y, por tanto, no es necesario realizar la cirugía inmediatamente después de descubrir el diagnóstico, pudiendo evaluar su desarrollo en un período, sin que esto aumente el riesgo de complicaciones.
Como se hace la cirugia
La cirugía se realiza, en la mayoría de los casos, con anestesia general, sin embargo también se puede realizar con anestesia raquídea, la cual se aplica a la columna, dependiendo de la técnica quirúrgica que se vaya a realizar.
La cirugía demora un promedio de 2 horas y generalmente es necesario permanecer en el hospital entre 2 y 3 días. La prostatectomía consiste en la extirpación de la próstata, incluida la uretra prostática, las vesículas seminales y las ampollas de los conductos deferentes. Esta cirugía también se puede asociar a una linfadenectomía bilateral, que consiste en extirpar los ganglios linfáticos de la región pélvica.
Principales tipos de prostatectomía
Para extirpar la próstata, la cirugía se puede realizar mediante robótica o laparoscopia, es decir, a través de pequeños orificios en el abdomen por donde pasan los instrumentos para extirpar la próstata, o mediante laparotomía donde se hace un corte más grande en la piel.
Los principales tipos de cirugía que se utilizan son:
- Prostatectomía radical retropúbica: en esta técnica, el médico hace un pequeño corte en la piel cerca del ombligo para extirpar la próstata;
- Prostatectomía perineal radical: se hace una incisión entre el ano y el escroto y se extrae la próstata. Esta técnica se utiliza con menos frecuencia que la anterior, ya que existe un mayor riesgo de llegar a los nervios responsables de la erección, lo que puede provocar disfunción eréctil;
- Prostatectomía radical robótica: en esta técnica, el médico controla una máquina con brazos robóticos y, por tanto, la técnica es más precisa, con menor riesgo de secuelas;
- Resección transuretral de la próstata: se suele realizar en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata, sin embargo, en casos de cáncer en los que no se puede realizar prostatectomía radical pero existen síntomas, se puede utilizar esta técnica.
En la mayoría de los casos, la técnica más adecuada es la realizada por robótica, porque causa menos dolor, provoca menos pérdida de sangre y el tiempo de recuperación es más rápido.
¿Cómo es la recuperación de la prostatectomía?
La recuperación de la cirugía de próstata es relativamente rápida y solo se recomienda descansar, evitando esfuerzos, durante aproximadamente 10 a 15 días. Pasado ese tiempo, puede volver a las actividades cotidianas, como conducir o trabajar, sin embargo, el permiso para grandes esfuerzos solo se da después de 90 días a partir de la fecha de la cirugía. El contacto íntimo se puede reanudar después de 40 días.
En el postoperatorio de prostatectomía, es necesario colocar una sonda vesical, un tubo que conducirá la orina de la vejiga a una bolsa, debido a que el tracto urinario se inflama mucho impidiendo el paso de la orina. Esta sonda debe usarse durante 1 a 2 semanas y debe retirarse solo después de la recomendación del médico. Aprenda a cuidar la sonda vesical durante este período.
Además de la cirugía, puede ser necesaria la terapia hormonal, la quimioterapia y / o la radioterapia para matar las células malignas que no se extrajeron en la cirugía o que se han diseminado a otros órganos, evitando que sigan multiplicándose.
Posibles consecuencias de la cirugía
Además de los riesgos generales, como infección en el sitio de la cicatriz o hemorragia, la cirugía para el cáncer de próstata puede tener otras secuelas importantes como:
1. Incontinencia urinaria
Después de la cirugía, el hombre puede tener algunas dificultades para controlar la producción de orina, lo que resulta en incontinencia urinaria. Esta incontinencia puede ser leve o total y generalmente dura unas semanas o meses después de la cirugía.
Este problema es más común en los ancianos, pero puede ocurrir a cualquier edad y depende del grado de desarrollo del cáncer y del tipo de cirugía. El tratamiento suele comenzar con sesiones de fisioterapia, con ejercicios pélvicos y pequeños instrumentos, como biorretroalimentacióny kinesioterapia. En los casos más extremos, se puede realizar una cirugía para corregir esta disfunción. Vea más detalles sobre cómo tratar la incontinencia urinaria.
2. Disfunción eréctil
La disfunción eréctil es una de las complicaciones más preocupantes para los hombres, quienes no pueden iniciar o mantener una erección, sin embargo, con la aparición de la cirugía robótica, las tasas de disfunción eréctil han disminuido. Esto sucede porque al lado de la próstata hay nervios importantes que controlan la erección. Así, la disfunción eréctil es más común en casos de cáncer muy desarrollado en los que es necesario extirpar muchas áreas afectadas y puede ser necesario extirpar los nervios.
En otros casos, la erección puede verse afectada solo por la inflamación de los tejidos alrededor de la próstata, que presionan los nervios. Estos casos suelen mejorar con el paso de los meses o años a medida que se recuperan los tejidos.
Para ayudar en los primeros meses, el urólogo puede recomendar algunos remedios, como sildenafil, tadalafil o iodenafil, que ayudan a tener una erección satisfactoria. Obtenga más información sobre cómo tratar la disfunción eréctil.
3. Infertilidad
La cirugía para el cáncer de próstata corta la conexión entre los testículos, donde se producen los espermatozoides, y la uretra. Por tanto, el hombre ya no podrá tener un hijo por medios naturales. Los testículos seguirán produciendo esperma, pero no serán eyaculados.
Como la mayoría de los hombres afectados por cáncer de próstata son ancianos, la infertilidad no es una gran preocupación, pero si eres un hombre joven o quieres tener hijos, se recomienda hablar con el urólogo y evaluar la posibilidad de conservar esperma en clínicas especializadas. .
Exámenes y consultas posteriores a la cirugía
Después de completar el tratamiento del cáncer de próstata, debe realizar el examen de PSA de manera serial durante 5 años. También se pueden realizar gammagrafías óseas y otras pruebas por imágenes anualmente para asegurarse de que todo esté bien o para diagnosticar cualquier cambio lo antes posible.
El sistema emocional y la sexualidad pueden estar muy conmovidos, por lo que puede estar indicado el seguimiento por parte de un psicólogo durante el tratamiento y durante los primeros meses a partir de entonces. El apoyo de familiares y amigos cercanos también es una ayuda importante para proceder en paz.
¿Puede volver el cáncer?
Sí, los hombres diagnosticados con cáncer de próstata y tratados con una intención curativa pueden tener una recurrencia de la enfermedad y necesitar tratamiento adicional. Por tanto, es fundamental el seguimiento periódico con el urólogo, realizando las pruebas solicitadas para un mayor control de la enfermedad.
Además, es recomendable mantener hábitos saludables y no fumar, además de realizar pruebas diagnósticas periódicamente, siempre que lo solicite el médico, pues cuanto antes se diagnostique el cáncer o su resurgimiento, mayores serán las posibilidades de cura.