Que es la inmunoterapia, para que sirve y como funciona
Contenido
- Cómo funciona la inmunoterapia
- Principales tipos de inmunoterapia
- Cuando está indicada la inmunoterapia
- Posibles efectos secundarios
- Dónde se puede realizar la inmunoterapia
La inmunoterapia, también conocida como terapia biológica, es un tipo de tratamiento que fortalece el sistema inmunológico al hacer que el propio cuerpo de la persona sea más capaz de combatir virus, bacterias e incluso cáncer y enfermedades autoinmunes.
Generalmente, la inmunoterapia se inicia cuando otras formas de tratamiento no han tenido éxito en el tratamiento de la enfermedad y, por lo tanto, su uso siempre debe evaluarse con el médico responsable del tratamiento.
En el caso del cáncer, la inmunoterapia se puede utilizar junto con la quimioterapia en casos de tratamiento difícil, aparentemente mejorando las posibilidades de curar ciertos tipos de cáncer, como el melanoma, el cáncer de pulmón o el cáncer de riñón, por ejemplo.
Cómo funciona la inmunoterapia
Según el tipo de enfermedad y su grado de desarrollo, la inmunoterapia puede funcionar de diferentes formas, que incluyen:
- Estimular el sistema inmunológico para combatir la enfermedad de manera más intensa, siendo más eficiente;
- Aportar las proteínas que hacen que el sistema inmunológico sea más eficaz para cada tipo de enfermedad.
Como la inmunoterapia solo estimula el sistema inmunológico, no es capaz de tratar rápidamente los síntomas de la enfermedad y, por lo tanto, el médico puede combinar otros medicamentos, como antiinflamatorios, corticosteroides o analgésicos, para reducir las molestias.
Principales tipos de inmunoterapia
Actualmente se estudian cuatro formas de aplicar la inmunoterapia:
1. Fomentar las células T
En este tipo de tratamiento, el médico recolecta células T que están atacando el tumor o la inflamación del cuerpo y luego analiza la muestra en el laboratorio para identificar aquellas que están contribuyendo más a la cura.
Después del análisis, los genes de estas células se modifican para hacer que las células T sean aún más fuertes, devolviéndolas al cuerpo para combatir enfermedades más fácilmente.
2. Inhibidores de control
El cuerpo tiene un sistema de defensa que usa puestos de control para identificar células sanas y evitar que el sistema inmunológico las destruya. Sin embargo, el cáncer también puede usar este sistema para disfrazar las células cancerosas de las células sanas, evitando que el sistema inmunológico pueda eliminarlo.
En este tipo de inmunoterapia, los médicos usan medicamentos en sitios específicos para inhibir ese sistema en las células cancerosas, lo que permite que el sistema inmunológico las vuelva a identificar y las elimine. Este tipo de tratamiento se ha realizado principalmente en cáncer de piel, pulmón, vejiga, riñón y cabeza.
3. Anticuerpos monoclonales
Estos anticuerpos se crean en el laboratorio para poder reconocer más fácilmente las células tumorales y marcarlas, de modo que el sistema inmunológico pueda eliminarlas.
Además, algunos de estos anticuerpos pueden transportar sustancias, como quimioterapia o moléculas radiactivas, que previenen el crecimiento tumoral. Obtenga más información sobre el uso de anticuerpos monoclonales en el tratamiento del cáncer.
4. Vacunas contra el cáncer
En el caso de las vacunas, el médico recolecta algunas células tumorales y luego las cambia en el laboratorio para que sean menos agresivas. Finalmente, estas células se inyectan nuevamente en el cuerpo del paciente, en forma de vacuna, para estimular el sistema inmunológico a combatir el cáncer de manera más efectiva.
Cuando está indicada la inmunoterapia
La inmunoterapia sigue siendo una terapia en estudio y, por tanto, es un tratamiento que está indicado cuando:
- La enfermedad causa síntomas graves que interfieren con las actividades cotidianas;
- La enfermedad pone en riesgo la vida del paciente;
- Los tratamientos restantes disponibles no son efectivos contra la enfermedad.
Además, la inmunoterapia también está indicada en los casos en que los tratamientos disponibles provoquen efectos secundarios muy intensos o graves, que pueden ser potencialmente mortales.
Posibles efectos secundarios
Los efectos secundarios de la inmunoterapia pueden variar según el tipo de terapia utilizada, así como el tipo de enfermedad y la etapa de su desarrollo. Sin embargo, los efectos secundarios más comunes incluyen cansancio excesivo, fiebre persistente, dolor de cabeza, náuseas, mareos y dolor muscular.
Dónde se puede realizar la inmunoterapia
La inmunoterapia es una opción que puede ser sugerida por el médico que está orientando el tratamiento de cada tipo de enfermedad y, por tanto, siempre que sea necesario, la realiza un médico especialista en el área.
Así, en el caso del cáncer, por ejemplo, la inmunoterapia se puede realizar en los institutos de oncología, pero en el caso de enfermedades de la piel ya debe ser realizada por un dermatólogo y en el caso de alergia respiratoria el médico más indicado es el alergólogo. .