Cuando jugar al golf es normal y cuando puede ser serio
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Es normal que el bebé juegue golf (regurgite) hasta alrededor de los 7 meses de edad, ya que el estómago del bebé se llena fácilmente, lo que genera un pequeño vómito, también conocido como 'golfada'. Esto es algo que ocurre más fácilmente en recién nacidos o bebés pequeños, ya que tienen un estómago más pequeño, que se llena fácilmente.
El chorro ocurre cuando el estómago del bebé se llena mucho, lo que hace que la válvula que cierra el paso al estómago se abra fácilmente, lo que hace que el bebé regurgite la leche. Además, tragar saliva también puede ocurrir debido al exceso de aire en el estómago del bebé, lo que ocurre en los bebés que tragan mucho aire durante la alimentación. En este caso, el aire ocupará un gran volumen en el estómago, empujando eventualmente la leche hacia arriba, provocando así un pequeño vómito.
Conozca el tamaño del estómago de su bebé cada mes.
Cómo evitar el golfo
Para evitar que el bebé sea golpeado, es importante evitar que trague demasiado aire durante la alimentación o beba grandes cantidades de leche, para que su estómago no esté demasiado lleno.
Además, otras precauciones que se deben tomar para evitar la picadura incluyen hacer eructar al bebé después de comer y asegurarse de que el bebé solo se acueste después de 30 minutos, haciendo movimientos bruscos después de la alimentación no se recomienda. Obtenga más información en Consejos para disminuir la sangre del bebé.
Cuando el golfo puede ser un problema
Para que sea normal, el golfo del bebé debe ser de color blanquecino y también puede haber rastros de sangre, lo que indica que los pezones de la madre pueden estar agrietados, por ejemplo.
Sin embargo, en determinadas situaciones el golfo del bebé puede no ser normal, por lo que se recomienda consultar al pediatra cuando el bebé:
- Dificultad para ganar o perder peso;
- No quiere comer;
- Está constantemente irritado o tiene un llanto intenso, especialmente después de los golpes;
- Tiene hipo excesivo o producción excesiva de saliva;
- Tiene dificultad para respirar después del golfo;
- Tiene un golfo de color verdoso;
- Se siente incómodo o inquieto durante la alimentación.
Cuando el golfo tiene alguna de estas características, puede indicar que el bebé tiene problemas de reflujo o una obstrucción del intestino, por ejemplo, y en estas situaciones es importante consultar al pediatra o acudir al hospital lo antes posible, por lo que que la causa del problema pueda identificarse y tratarse adecuadamente. Uno de los problemas de las regurgitaciones es que aumentan el riesgo de paro respiratorio o neumonía, ya que el contenido del estómago puede pasar al pulmón del bebé.
Entre los 8 meses y 1 año, los accidentes cerebrovasculares frecuentes en el bebé ya no son normales, ya que el bebé ya puede adoptar una postura erguida y los alimentos que ingiere ya son sólidos o pastosos, siendo más difíciles de regurgitar por ser más espesos.