Que es la espondilitis anquilosante, síntomas principales y como es el diagnóstico
Contenido
- Síntomas de la espondilitis anquilosante
- Principales causas
- Cómo se hace el diagnóstico
- Tratamiento de la espondilitis anquilosante
La espondilitis anquilosante, también conocida como espondiloartritis y, en las etapas más avanzadas, espondiloartrosis anquilosante, es una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por una lesión espinal en la que las vértebras se fusionan entre sí, dando como resultado síntomas como dificultad para mover la columna y dolor. que mejora en movimiento pero empeora en reposo.
Por lo general, esta lesión comienza en la articulación sacroilíaca, entre la pelvis y la última vértebra lumbar, o en la articulación del hombro y tiende a empeorar, afectando progresivamente al resto de las vértebras de la columna, lo que puede llevar a la retirada del trabajo, comenzando temprano Jubilación.
Por ello, en cuanto aparecen los síntomas, es importante que la persona consulte a un ortopedista para que se realicen las pruebas para diagnosticar la espondilitis anquilosante y se inicie el tratamiento, previniendo complicaciones y mejorando la calidad de vida de la persona.
Síntomas de la espondilitis anquilosante
El síntoma principal de la espondilitis anquilosante es el dolor lumbar que mejora durante la actividad física, pero que empeora cuando la persona está en reposo. Otros signos y síntomas de la espondilitis anquilosante son:
- Dolor de espalda en la región afectada;
- Dificultad en los movimientos de la columna, como girar la cara hacia los lados;
- Limitación de los movimientos lumbares en los 3 ejes;
- Reducción de la expansión del pecho;
- Puede haber entumecimiento y / o sensación de hormigueo en los brazos o piernas;
- Rigidez matutina;
- El dolor mejora con el movimiento y empeora con el reposo;
- Puede haber rectificación lumbar, aumento de la cifosis y / o proyección de la cabeza hacia adelante;
- Fiebre baja, alrededor de 37ºC;
- Cansancio y apatía.
Los síntomas generalmente se instalan gradualmente y con los años se vuelven más comunes y frecuentes. Además, si no existe un diagnóstico o tratamiento adecuado, pueden surgir algunas complicaciones, siendo las más frecuentes la fascitis plantar y la uveítis, que corresponde a la inflamación de la úvea, que es la región del ojo que comprende el iris, la coroides.
Principales causas
Se desconocen las causas que llevan a la espondilitis anquilosante, sin embargo se ha identificado que esta enfermedad está relacionada con la presencia de un antígeno específico en el organismo llamado HLA-B27, el cual puede provocar respuestas anormales del sistema inmunológico, provocando la enfermedad.
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico de espondilitis anquilosante se realiza mediante la realización de algunas pruebas de imagen, como radiografías, gammagrafía ósea y tomografía computarizada de la articulación sacroilíaca y la columna, cuyos resultados deben ser interpretados por el médico. Además, el médico puede recomendar pruebas serológicas para HLA-B27, ya que este antígeno está relacionado con la enfermedad.
Además, la presencia de signos y síntomas por un período igual o superior a 3 meses debe ser evaluada por el médico para confirmar el diagnóstico, además de observar si existe deterioro grado 2 o 4 en las dos articulaciones sacroilíacas, o grado 3 o 4 en una sola articulación sacroilíaca.
Tratamiento de la espondilitis anquilosante
El tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas, prevenir la progresión y las complicaciones de la enfermedad y garantizar la calidad de vida de la persona. Por lo tanto, el ortopedista puede recomendar el uso de algunos medicamentos analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares, como:
- Indometacina: 50 a 100 md / día;
- Diclofenaco sódico: 100 a 200 mg / día;
- Naproxeno: 500 a 1500 mg / día;
- Piroxicam: 20 a 40 mg / día y
- Aceclofenaco: 100 a 200 mg / día.
La combinación de medicamentos y dosis debe ser administrada por el médico después de evaluar la intensidad de los síntomas manifestados. Independientemente de la intensidad de los síntomas, la fisioterapia también es fundamental para favorecer el desarrollo de la movilidad articular y aumentar la flexibilidad, ayudando así a aliviar los síntomas de la espondilitis anquilosante.
Dependiendo de la edad del paciente y las actividades diarias, se puede recomendar la cirugía para colocar una prótesis con el fin de mejorar el rango de movimiento. La práctica regular de ejercicios además de mejorar los síntomas, aporta más energía y disposición. Se pueden utilizar métodos naturales como masajes, acupuntura, auriculoterapia y otros para reducir el dolor. Además, también se ha demostrado que comer con poco o nada de almidón es eficaz para aliviar el dolor y ralentizar la progresión de la enfermedad.
Es importante que el paciente sepa que el tratamiento debe llevarse a cabo de por vida porque la espondilitis anquilosante y aún no tiene cura. Obtenga más información sobre el tratamiento de la espondilitis anquilosante.