Autor: Janice Evans
Fecha De Creación: 4 Mes De Julio 2021
Fecha De Actualización: 21 Junio 2024
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Esguince y lesión del ligamento colateral lateral - Bienestar
Esguince y lesión del ligamento colateral lateral - Bienestar

Contenido

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¿Qué es una lesión del ligamento colateral lateral (LCL)?

El ligamento colateral lateral (LCL) es el ligamento ubicado en la articulación de la rodilla. Los ligamentos son bandas de tejido gruesas y fuertes que conectan hueso con hueso. El LCL corre a lo largo del exterior de la articulación de la rodilla, desde el exterior de la parte inferior del hueso del muslo (fémur) hasta la parte superior del hueso de la parte inferior de la pierna (peroné). El LCL ayuda a mantener estable la articulación de la rodilla, especialmente el aspecto exterior de la articulación.

Una lesión en el LCL podría incluir tensión, esguince y desgarro parcial o total de cualquier parte de ese ligamento. Según Orthogate, el LCL es uno de los ligamentos de la rodilla más comúnmente lesionados. Debido a la ubicación del LCL, es común lesionar el LCL junto con otros ligamentos de la rodilla.

¿Qué causa una lesión de LCL?

La principal causa de lesiones de LCL es un traumatismo por fuerza directa en el interior de la rodilla. Esto ejerce presión sobre la parte exterior de la rodilla y hace que el LCL se estire o se desgarre.


¿Cuáles son los síntomas de una lesión de LCL?

Los síntomas de una lesión de LCL pueden ser leves o graves, según la gravedad del esguince o si está desgarrado. Si el ligamento está levemente torcido, es posible que no tenga ningún síntoma. Para un desgarro parcial o completo del ligamento, sus síntomas pueden incluir:

  • hinchazón de la rodilla (especialmente en la cara externa)
  • rigidez de la articulación de la rodilla que puede causar bloqueo de la rodilla
  • dolor o molestias en la parte exterior de la rodilla
  • inestabilidad de la articulación de la rodilla (sensación de que va a ceder)

¿Cómo se diagnostica una lesión de LCL?

Para diagnosticar una lesión de LCL, su médico examinará su rodilla y buscará hinchazón. También moverán su rodilla en varias direcciones para determinar dónde está su dolor y qué tan severos son sus síntomas.

Si su médico cree que puede tener un ligamento desgarrado, es posible que se someta a pruebas de imagen como radiografías o resonancias magnéticas. Estas pruebas le permitirán a su médico ver los tejidos blandos dentro de la rodilla.


¿Cuáles son los tratamientos para las lesiones de LCL?

Las opciones de tratamiento para las lesiones de LCL dependerán de la gravedad de la lesión y de su estilo de vida.

Para lesiones menores, el tratamiento puede incluir:

  • entablillado
  • aplicando hielo
  • elevar la rodilla por encima del corazón
  • tomando un analgésico
  • limitar la actividad física hasta que el dolor y la hinchazón desaparezcan
  • usar un aparato ortopédico (inmovilizador de rodilla) o muletas para proteger la rodilla
  • fisioterapia o rehabilitación para fortalecer y recuperar el rango de movimiento

Para lesiones más graves, el tratamiento también puede incluir fisioterapia, rehabilitación o cirugía. La fisioterapia fortalece y le ayuda a recuperar el rango de movimiento. La cirugía puede incluir reparación o reconstrucción de ligamentos.

La cirugía no suele tratar lesiones solo en el LCL. Sin embargo, el LCL a menudo se lesiona junto con otros ligamentos de la rodilla. En estos casos, probablemente sea necesaria una cirugía.

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¿Cómo puedo prevenir una lesión por LCL?

Es difícil prevenir las lesiones de los ligamentos de la rodilla porque a menudo son el resultado de un accidente o una circunstancia imprevista. Sin embargo, varias medidas preventivas pueden ayudar a minimizar el riesgo de lesión del ligamento de la rodilla, que incluyen:


  • usar la técnica y la alineación adecuadas al realizar actividades físicas, incluida la caminata
  • Estirarse regularmente para mantener un buen rango de movimiento en el cuerpo.
  • fortalecer los músculos de la parte superior e inferior de las piernas para ayudar a estabilizar la articulación
  • tener precaución al practicar deportes donde las lesiones de rodilla son comunes, como fútbol y fútbol

¿Cuál es la perspectiva a largo plazo?

Para lesiones menores, el ligamento puede sanar sin ningún problema. Sin embargo, es importante tener en cuenta que si el ligamento se estiró mucho, es posible que nunca recupere su estabilidad anterior. Esto significa que es más probable que la rodilla esté algo inestable y que pueda volver a lesionarse fácilmente. La articulación podría hincharse y doler simplemente por la actividad física o por una lesión menor.

Para aquellos con una lesión importante que no se someten a cirugía, lo más probable es que la articulación permanezca inestable y se lesione fácilmente. Es posible que no pueda realizar actividades físicas que requieran el uso repetitivo de la rodilla, como correr, escalar o andar en bicicleta. El dolor puede resultar de actividades menores como caminar o estar de pie durante períodos prolongados. Es posible que deba usar un aparato ortopédico para proteger la articulación durante la actividad física.

Para aquellos que se someten a una cirugía, el pronóstico dependerá de la gravedad de la lesión original y del procedimiento quirúrgico. Por lo general, habrá mejorado la movilidad y la estabilidad después de que la articulación sane por completo. Es posible que deba usar un aparato ortopédico o limitar las actividades físicas en el futuro para ayudar a evitar que se vuelva a lesionar la rodilla.

En las lesiones de rodilla que involucran algo más que el LCL, el tratamiento y el pronóstico pueden ser diferentes, ya que esas lesiones podrían ser más graves.

Q:

¿Qué ejercicios puedo hacer para ayudar a que mi LCL sane?

Paciente anónimo

UNA:

Ningún ejercicio específico puede ayudar a curar un LCL. El ligamento se curará por sí solo y lo principal que se debe hacer es evitar que se vuelva a lesionar el ligamento durante su curación. Durante la fase de curación, se pueden realizar ejercicios de rango de movimiento y se recomienda el fortalecimiento suave de los cuádriceps (músculos del muslo) y bíceps femoral (músculos isquiotibiales). Debe evitarse una tensión aplicada desde la cara interna hacia la cara externa de la rodilla para evitar una nueva lesión del ligamento en cicatrización.

Una forma sencilla de recuperar el movimiento es hacer un estiramiento de cuádriceps. Párese sobre la pierna sana, agarre el pie lesionado con la mano del mismo lado y flexione suavemente la rodilla con la mano para ayudar a doblar la rodilla.

Un simple estiramiento para recuperar la extensión es sentarse en el piso con las piernas estiradas hacia adelante y trabajar suavemente para enderezar la rodilla empujándola hacia abajo.

Usar una bicicleta estacionaria o reclinada es una excelente manera de fortalecer los cuádriceps. Si el dispositivo tiene correas para los dedos, también ayuda a fortalecer los grupos de músculos isquiotibiales.

William Morrison, MDAnswers representan las opiniones de nuestros expertos médicos. Todo el contenido es estrictamente informativo y no debe considerarse un consejo médico.

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