Propiocepción: que es, para que sirve y 10 ejercicios propioceptivos
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La propiocepción es la capacidad del cuerpo para evaluar dónde se encuentra para mantener un equilibrio perfecto mientras está de pie, se mueve o hace esfuerzos.
La propiocepción ocurre porque hay propioceptores que son células que se encuentran en músculos, tendones y articulaciones y que envían información al Sistema Nervioso Central que organizará la parte del cuerpo, manteniendo su posición correcta, detenida o en movimiento.
¿Para que sirve la propiocepción?
La propiocepción es muy importante para mantener el equilibrio corporal, junto con el sistema vestibular que se encuentra dentro del oído y el sistema visual, que también son fundamentales para estar de pie, sin desequilibrio.
Cuando el sistema propioceptivo no se estimula adecuadamente, existe un mayor riesgo de caídas y esguinces, por lo que es importante formarlo en los practicantes de actividad física, pero también como etapa final de rehabilitación de todos los casos de traumatología-ortopedia.
La propiocepción también se llama cinestesia y se puede clasificar como:
- Propiocepción consciente: sucede a través de propioceptores, que permiten caminar sobre la cuerda floja sin caerse;
- Propiocepción inconsciente: Son actividades involuntarias que realiza el sistema nervioso autónomo para regular los latidos del corazón, por ejemplo.
La realización de ejercicios de propiocepción en las consultas de fisioterapia es importante, no solo para mejorar el equilibrio y los movimientos corporales precisos, sino también para prevenir el agravamiento de las lesiones deportivas, como la distensión muscular, enseñándole al cuerpo a moverse para proteger la zona afectada.
Ejercicios de propiocepción
Los ejercicios propioceptivos siempre están indicados cuando existe una lesión en la articulación, músculos y / o ligamentos y, por tanto, deben ser guiados por un fisioterapeuta para adaptar los ejercicios a lo que realmente necesita el paciente.
A continuación se describen algunos ejemplos de ejercicios propioceptivos, y se han ordenado según su grado de dificultad:
- Camine en línea recta durante 10 metros, con un pie delante del otro;
- Camine 10 metros sobre diferentes tipos de superficies, como piso, tapete, almohada;
- Camine en línea recta utilizando solo los dedos de los pies, los talones, el borde lateral o interno del pie, intercalados;
- El terapeuta se coloca detrás de la persona y le pide que se pare sobre un pie y le devuelva la pelota, girando solo el torso;
- Haga de 3 a 5 sentadillas con solo 1 pie en el piso, los brazos extendidos hacia el frente y luego con los ojos cerrados;
- De pie sobre una superficie redondeada, como una bola medio marchita o una mecedora, por ejemplo;
- Párese sobre un pie sobre una superficie inestable, como una mecedora o una bola marchita, y dibuje un círculo en el aire;
- Salte en el trampolín, levantando una rodilla a la vez;
- De pie en la mecedora, cierre los ojos mientras el terapeuta desequilibra a la persona y ésta no puede perder el equilibrio;
- En una superficie inestable, juegue a la pelota con el terapeuta sin desequilibrar.
Estos ejercicios se pueden realizar diariamente, durante unos 10 a 20 minutos, siempre que no provoquen dolor. Colocar una botella de agua fría en la zona afectada puede ser útil para reducir el dolor y la hinchazón que puede aparecer después del entrenamiento.