Cómo identificar y tratar el síndrome de pensamiento acelerado

Contenido
- Síntomas principales
- Cómo se hace el diagnóstico
- Cómo tratar el síndrome del pensamiento acelerado
- Remedios más recomendados
- Consejos para combatir este síndrome
- Cómo este síndrome afecta la salud
El Síndrome del Pensamiento Acelerado es una alteración, identificada por Augusto Cury, donde la mente está llena de pensamientos, estando completamente llena durante todo el tiempo que la persona está despierta, lo que dificulta la concentración, aumenta la ansiedad y desgasta la salud física y mental. .
Así, el problema de este síndrome no está relacionado con el contenido de los pensamientos, que en general son interesantes, cultos y positivos, sino con su cantidad y la velocidad con la que suceden en el interior del cerebro.
Este síndrome suele surgir en personas que necesitan estar constantemente atentas, productivas y bajo presión y, por tanto, es común en ejecutivos, profesionales de la salud, escritores, docentes y periodistas. Sin embargo, se ha observado que incluso los niños han demostrado este síndrome.
Síntomas principales
Las principales características de una persona con síndrome de pensamiento acelerado incluyen:
- Ansiedad;
- Dificultad para concentrarse;
- Tiene pequeños lapsos de memoria con frecuencia;
- Cansancio excesivo;
- Dificultad para conciliar el sueño;
- Irritabilidad fácil;
- No poder descansar lo suficiente y despertarse cansado;
- Inquietud;
- Intolerancia a ser frustrado;
- Cambio repentino de humor;
- Insatisfacción constante;
- Síntomas psicosomáticos como: dolor de cabeza, en los músculos, caída del cabello y gastritis, por ejemplo.
Además, también es común sentir que las 24 horas del día no es suficiente para hacer todo lo que quieres.
Estos síntomas son comunes en estudiantes que pasan muchas horas de su día en el aula y trabajadores que viven bajo presión siempre en busca de mejores resultados y ser reconocidos como los mejores en su campo de trabajo.
Este síndrome se ha vuelto cada vez más común porque la cantidad de estímulos e información disponible en periódicos, revistas, televisión, redes sociales y teléfonos inteligentes es muy grande, y bombardean el cerebro con información todo el tiempo. El resultado de esto es que además de tener una gran cantidad de información en la mente, el pensamiento se ha acelerado cada vez más, lo que dificulta el manejo de las emociones asociadas a cada situación.
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Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico de este síndrome lo realiza el psicólogo o psicoanalista en base a los síntomas e informes de la historia que presenta la persona, pero la persona también puede contestar un cuestionario para ayudar a identificar más rápidamente este síndrome.
Cómo tratar el síndrome del pensamiento acelerado
El tratamiento contra el Síndrome del Pensamiento Acelerado debe ser guiado por un profesional especializado, como un psicólogo o un psiquiatra, por ejemplo. Pero se suele hacer con la adaptación de hábitos de vida, se debe intentar incluir varios descansos durante el día, hacer actividad física frecuente o incluir pequeños momentos para escuchar música o leer un libro sin pensar en otras actividades.
También es aconsejable evitar las largas jornadas laborales, realizar tareas relacionadas con el trabajo solo durante el horario laboral y tomar vacaciones por períodos cortos con mayor frecuencia. Un buen consejo es que en lugar de tomarse un mes de vacaciones, la persona puede tomar 4 o 5 días de vacaciones cada 4 meses porque de esa manera hay más tiempo para descansar y desconectar la mente de las tareas laborales y de estudio.
A continuación se ofrecen algunos consejos sobre cómo combatir el estrés y relajarse después del trabajo.
Remedios más recomendados
Los fármacos que puede indicar el psiquiatra para ayudar en el manejo del Síndrome del Pensamiento Acelerado son los ansiolíticos, que combaten la ansiedad, y los antidepresivos, si hay depresión asociada.
Pero el uso de medicamentos por sí solo no es suficiente y por eso son necesarias las consultas periódicas con el psicoterapeuta para que la persona sepa manejar sus emociones y controlar los pensamientos de manera más eficiente. Existen varias estrategias que pueden ser adoptadas por psicólogos y psiquiatras para lograr este objetivo, pero a continuación se indican algunos consejos que pueden ayudar a la persona a mantener más controlados los pensamientos y emociones.
Consejos para combatir este síndrome
- Estudiar o trabajar con música de fondo relajante, a bajo volumen, pero suficiente para ser escuchado y disfrutado. Los sonidos de la naturaleza y la música clásica son buenos ejemplos de estilos musicales que aumentan la concentración y aportan una sensación de paz y serenidad a la mente;
- Separar hasta 3 veces al día para ingresar a las redes sociales, y no estar siempre en línea, ni ingresar a las redes sociales cada 5 minutos para evitar excesiva información y estimulación en la mente durante el día;
- Al hablar en persona con amigos exponiendo sentimientos y contar tus victorias y derrotas porque humaniza las relaciones y las hace más fuertes y resistentes, siendo más apreciadas que la realidad virtual, que puede aprisionar la mente.
Cómo este síndrome afecta la salud
El síndrome del pensamiento acelerado es muy dañino para la mente, ya que dificulta el desarrollo de habilidades esenciales como la creatividad, la innovación, la reflexión e incluso la voluntad de seguir intentándolo, sin rendirse, generando ansiedad crónica e insatisfacción prolongada.
Además, en este síndrome el cerebro bloquea frecuentemente la memoria para poder pensar menos y ahorrar más energía, por lo que surgen frecuentes lapsos de memoria que también se deben a que el cerebro gasta la energía reservada para los músculos, provocando una excesiva sensación de cansancio físico y emocional.
La persona con síndrome de pensamiento acelerado tiene dificultad para ponerse en el lugar del otro y no acepta sugerencias, imponiendo constantemente sus ideas, además de tener dificultad para reflexionar antes de actuar. También le cuesta más lidiar con las pérdidas y reconocer sus errores, reflexionando sobre ellos.