Para que es el trasplante de heces y como se hace
Contenido
- 1. Colitis pseudomembranosa
- 2. Enfermedad inflamatoria intestinal
- 3. Síndrome del intestino irritable
- 4. Obesidad y otros cambios en el metabolismo.
- 5. Autismo
- 6. Enfermedades neurológicas
- Otros usos posibles
- Cómo se realiza el trasplante
El trasplante de heces es una forma de tratamiento que permite la transferencia de heces de una persona sana a otra con enfermedades relacionadas con el intestino, especialmente en casos de colitis pseudomembranosa, causada por una infección por bacterias.Clostridium difficile, y la enfermedad inflamatoria intestinal, como la enfermedad de Crohn, que también es una promesa en el tratamiento de otras enfermedades, como el síndrome del intestino irritable, la obesidad e incluso el autismo, por ejemplo.
El propósito del trasplante fecal es regular la microbiota intestinal, que es el conjunto de innumerables bacterias que viven de forma natural en el intestino. Es importante que esta microbiota sea saludable, mediante una dieta rica en fibra y evitando el uso de antibióticos innecesariamente, ya que influye no solo en la salud intestinal, sino que puede tener efectos en el desarrollo de enfermedades inmunológicas, metabólicas y neurológicas.
Conoce cuáles son las causas y cómo evitar este desequilibrio en la flora intestinal en la disbiosis intestinal.
En Brasil, el primer registro de trasplante fecal se realizó en 2013, en el Hospital Israelita Albert Einstein, en São Paulo. Desde entonces, se ha demostrado, cada vez más, que el trasplante fecal puede ser útil para el tratamiento de varias enfermedades, como:
1. Colitis pseudomembranosa
Es la principal indicación para el trasplante fecal, caracterizándose por inflamación e infección del intestino por bacterias.Clostridium difficile, que infecta principalmente a personas hospitalizadas mediante antibióticos, ya que aprovecha la eliminación de bacterias intestinales sanas para asentarse.
Los principales síntomas de la colitis pseudomembranosa son fiebre, dolor abdominal y diarrea persistente, y su tratamiento se suele realizar con antibióticos como metronidazol o vancomicina. Sin embargo, en los casos en que la bacteria es resistente, se ha demostrado que el trasplante fecal es eficaz para reequilibrar rápidamente la flora intestinal y eliminar la infección.
Obtenga más información sobre el diagnóstico y el tratamiento de la colitis pseudomembranosa.
2. Enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son las principales formas de enfermedad inflamatoria intestinal, y aunque no se sabe exactamente qué las causa, se sabe que, además de la influencia del sistema inmunológico, puede haber acción de bacterias nocivas en el intestino. para el desarrollo de estas enfermedades.
Por tanto, realizar un trasplante de heces puede ser eficaz para mejorar o incluso provocar la remisión total de la enfermedad de Crohn, especialmente en casos graves o difíciles de tratar.
3. Síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable parece tener varias causas, como cambios en el sistema nervioso intestinal, sensibilidad alimentaria, genética y estado psicológico, sin embargo, se ha demostrado que, cada vez más, la flora intestinal influye en su presencia.
Por lo tanto, algunas pruebas actuales han demostrado que el trasplante fecal es muy prometedor para un tratamiento eficaz de este síndrome, aunque aún se necesitan más pruebas para confirmar la posibilidad de cura.
4. Obesidad y otros cambios en el metabolismo.
Se sabe que la flora intestinal puede estar alterada en personas obesas, y existen indicios de que estas bacterias modifican la forma en que el organismo utiliza la energía de los alimentos, y, por tanto, es posible que esta sea una de las causas de la dificultad en perder peso.
Así, estudios han observado que puede ser posible tratar tanto la obesidad como otras alteraciones que determinan el síndrome metabólico, como hipertensión arterial, resistencia a la insulina, aumento de glucosa en sangre, colesterol y triglicéridos altos, con trasplante fecal, sin embargo, aún se necesita más. .Estudios para comprobar cómo debe ser este tratamiento y para quién está indicado.
Además, conviene recordar que una dieta rica en azúcares y grasas, y baja en fibra, es una de las principales causas de la desregulación de la flora intestinal y la supervivencia de bacterias dañinas, y, por tanto, no tiene sentido tener un trasplante fecal si no existe una dieta que favorezca la supervivencia de bacterias buenas.
5. Autismo
Se observó, en un estudio científico, que los pacientes con autismo que recibieron trasplante fecal tuvieron una mejoría en los síntomas, sin embargo, aún se necesitan más estudios para concluir que realmente existe una conexión e influencia de este procedimiento para el tratamiento del autismo.
6. Enfermedades neurológicas
Otra función prometedora del trasplante fecal es la posibilidad de tratar y reducir los síntomas de enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, la distonía mioclónica y la enfermedad de Parkinson, ya que ha existido un vínculo importante entre la flora intestinal y las funciones inmunológica y cerebral.
Otros usos posibles
Además de las enfermedades antes mencionadas, el trasplante fecal se ha estudiado en el tratamiento y control de otras enfermedades, como la hepatitis crónica, encefalopatía hepática, enfermedades inmunohematológicas, como la púrpura trombocitopénica, y en el tratamiento de infecciones generalizadas provocadas por bacterias resistentes.
Así, aunque la terapia fecal se viene realizando desde hace muchos años en la medicina, los descubrimientos de su potencial real para la salud son aún recientes, y es necesario que los estudios médicos aún demuestren todas estas promesas.
Cómo se realiza el trasplante
El trasplante fecal se realiza mediante la introducción de heces sanas del donante en el paciente. Para ello, es necesario recolectar alrededor de 50 g de heces de donantes, las cuales deben ser analizadas para asegurarse de que no tengan la bacteria. Clostridium difficile u otros parásitos.
Luego, las heces se diluyen en solución salina y se colocan en el intestino del paciente, a través de una sonda nasogástrica, enema rectal, endoscopia o colonoscopia, pudiendo ser necesaria una o más dosis, dependiendo de la enfermedad tratada y la gravedad de la inflamación intestinal.
El procedimiento suele ser rápido y no siente ningún dolor ni molestia.