Uso de restricciones
Las restricciones en un entorno médico son dispositivos que limitan el movimiento de un paciente. Las restricciones pueden ayudar a evitar que una persona se lastime o haga daño a otros, incluidos sus cuidadores. Se utilizan como último recurso.
Hay muchos tipos de restricciones. Pueden incluir:
- Cinturones, chalecos, chaquetas y guantes para las manos del paciente
- Dispositivos que evitan que las personas puedan mover los codos, las rodillas, las muñecas y los tobillos.
Otras formas de inmovilizar a un paciente incluyen:
- Un cuidador que sostiene a un paciente de una manera que restringe el movimiento de la persona.
- Pacientes que reciben medicamentos en contra de su voluntad para restringir su movimiento.
- Colocar a un paciente solo en una habitación, de la cual la persona no es libre de salir
Se pueden usar restricciones para mantener a una persona en la posición adecuada y evitar que se mueva o caiga durante la cirugía o mientras está en una camilla.
Las restricciones también se pueden usar para controlar o prevenir un comportamiento dañino.
A veces, los pacientes del hospital que están confundidos necesitan ataduras para que no:
- Rascarse la piel
- Retire los catéteres y los tubos que les administran medicamentos y líquidos.
- Levantarse de la cama, caerse y hacerse daño.
- Dañar a otras personas
Las restricciones no deben causar daño ni usarse como castigo. Los proveedores de atención médica deben probar primero otros métodos para controlar a un paciente y garantizar su seguridad. Las restricciones deben usarse solo como última opción.
Los cuidadores en un hospital pueden usar sistemas de sujeción en caso de emergencia o cuando sean necesarios para la atención médica. Cuando se utilizan restricciones, deben:
- Limite solo los movimientos que puedan causar daño al paciente o al cuidador
- Ser retirado tan pronto como el paciente y el cuidador estén a salvo.
Una enfermera que tenga capacitación especial en el uso de restricciones puede comenzar a usarlas. También se debe informar a un médico u otro proveedor que se están usando restricciones. Luego, el médico u otro proveedor debe firmar un formulario para permitir el uso continuo de las restricciones.
Los pacientes inmovilizados necesitan cuidados especiales para asegurarse de que:
- Pueden defecar u orinar cuando lo necesitan, ya sea usando un orinal o un inodoro.
- Se mantienen limpias
- Obtenga la comida y los líquidos que necesitan
- Son lo más cómodos posible
- No se lastimen
Los pacientes que están inmovilizados también necesitan que se les controle el flujo sanguíneo para asegurarse de que las inmovilizaciones no interrumpan el flujo sanguíneo. También es necesario vigilarlos cuidadosamente para que se puedan quitar las ataduras tan pronto como la situación sea segura.
Si no está satisfecho con la forma en que se restringe a un ser querido, hable con alguien del equipo médico.
El uso de sistemas de sujeción está regulado por agencias nacionales y estatales. Si desea obtener más información sobre las restricciones, comuníquese con The Joint Commission en www.jointcommission.org. Esta agencia supervisa cómo se administran los hospitales en los Estados Unidos.
Dispositivos de sujeción
Heiner JD, Moore GP. El paciente combativo y difícil. En: Walls RM, Hockberger RS, Gausche-Hill M, eds. Medicina de emergencia de Rosen: conceptos y práctica clínica. 9ª ed. Filadelfia, PA: Elsevier; 2018: capítulo 189.
El sitio web de la Comisión Conjunta. El completo manual de acreditación para hospitales. www.jointcommission.org/accreditation/hospitals.aspx. Consultado el 5 de diciembre de 2019.
Kowalski JM. Contención física y química. En: Roberts JR, Custalow CB, Thomsen TW, eds. Procedimientos clínicos de Roberts y Hedges en medicina de emergencia y cuidados agudos. 7ª ed. Filadelfia, PA: Elsevier; 2019: capítulo 69.
Smith SF, Duell DJ, Martin BC, Gonzalez L, Aebersold M. Body Entorno y restricciones para el cliente seguro. En: Smith SF, Duell DJ, Martin BC, Gonzalez L, Aebersold M, eds. Habilidades de enfermería clínica: habilidades básicas a avanzadas. 9ª ed. Nueva York, NY: Pearson; 2017: capítulo 7.
- Seguridad del paciente