En qué se diferencian los cánceres infantiles de los cánceres de adultos

Los cánceres infantiles no son lo mismo que los cánceres de adultos. El tipo de cáncer, qué tan lejos se disemina y cómo se trata a menudo es diferente a los cánceres de adultos. Los cuerpos de los niños y la forma en que responden a los tratamientos también son únicos.

Tenga esto en cuenta cuando lea sobre el cáncer. Algunas investigaciones sobre el cáncer se basan únicamente en adultos. El equipo de atención del cáncer de su hijo puede ayudarlo a comprender el cáncer de su hijo y las mejores opciones de tratamiento.

Una gran diferencia es que la probabilidad de recuperación es alta en los niños. La mayoría de los niños con cáncer se pueden curar.

El cáncer en los niños es poco común, pero algunos tipos son más comunes que otros. Cuando el cáncer se presenta en niños, a menudo afecta:

• Células de sangre
• Sistema linfático
• Cerebro
• Hígado
• Huesos

El cáncer más común en los niños afecta las células sanguíneas. Se llama leucemia linfocítica aguda.

Si bien estos cánceres pueden ocurrir en adultos, son menos comunes. Otros tipos de cáncer, como el de próstata, mama, colon y pulmón, son mucho más probables en adultos que en niños.

La mayoría de las veces se desconoce la causa de un cáncer infantil.

Algunos cánceres están relacionados con cambios en ciertos genes (mutaciones) que se transmiten de padres a hijos. En algunos niños, los cambios genéticos que ocurren durante el crecimiento temprano en el útero aumentan el riesgo de leucemia. Sin embargo, no todos los niños con la mutación contraen cáncer. Los niños que nacen con síndrome de Down también tienen más probabilidades de contraer leucemia.

A diferencia de los cánceres en adultos, los cánceres infantiles no ocurren debido a elecciones de estilo de vida, como la dieta y el tabaquismo.

Es difícil estudiar el cáncer infantil porque es poco común. Los científicos han analizado otros factores de riesgo, incluidos los productos químicos, las toxinas y los factores de la madre y el padre. Los resultados de estos estudios muestran pocos vínculos claros con los cánceres infantiles.

Dado que los cánceres infantiles son tan raros, a menudo son difíciles de diagnosticar. No es raro que los síntomas estén presentes durante días o semanas antes de que se confirme el diagnóstico.

El tratamiento del cáncer infantil es similar al tratamiento del cáncer de adultos. Puede incluir:

• Quimioterapia
• Radioterapia
• Medicamentos
• Inmunoterapia
• Trasplantes de células madre
• Cirugía

Para los niños, la cantidad de terapia, el tipo de medicamento o la necesidad de cirugía pueden diferir de los de los adultos.

En muchos casos, las células cancerosas en los niños responden mejor a los tratamientos en comparación con los adultos. Los niños a menudo pueden manejar dosis más altas de medicamentos de quimioterapia durante períodos más cortos antes de que ocurran efectos secundarios. Los niños parecen recuperarse antes de los tratamientos en comparación con los adultos.

Algunos tratamientos o medicamentos que se administran a adultos no son seguros para los niños. Su equipo de atención médica lo ayudará a comprender qué es lo correcto para su hijo según su edad.

Los niños con cáncer reciben un mejor tratamiento en los centros oncológicos para niños adjuntos a los principales hospitales o universidades infantiles.

El tratamiento del cáncer puede provocar efectos secundarios.

Los efectos secundarios leves, como sarpullido, dolor y malestar estomacal pueden ser molestos para los niños. Los medicamentos que se utilizan para ayudar a reducir estos síntomas pueden ser diferentes para los niños en comparación con los adultos.

Otros efectos secundarios pueden dañar sus cuerpos en crecimiento. Los tratamientos pueden cambiar los órganos y tejidos y afectar su funcionamiento. Los tratamientos contra el cáncer también pueden retrasar el crecimiento en los niños o hacer que se forme otro cáncer más adelante. A veces, estos daños se notan semanas o varios años después del tratamiento. Estos se denominan "efectos tardíos".

El equipo de atención médica vigilará de cerca a su hijo durante muchos años para detectar cualquier efecto secundario tardío. Muchos de ellos pueden manejarse o tratarse.

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