Antibiograma: cómo se hace y cómo entender el resultado
Contenido
- Cómo se hace el antibiograma
- Urocultivo con antibiograma
- Cómo interpretar el resultado
- ¿Por qué es necesario identificar el antibiótico correcto?
El antibiograma, también conocido como Prueba de Sensibilidad Antimicrobiana (TSA), es un examen que tiene como objetivo determinar el perfil de sensibilidad y resistencia de bacterias y hongos a los antibióticos. Mediante el resultado del antibiograma, el médico puede indicar qué antibiótico es el más adecuado para tratar la infección de la persona, evitando así el uso de antibióticos innecesarios que no combaten la infección, además de prevenir la aparición de resistencias.
Normalmente el antibiograma se realiza tras la identificación de microorganismos en grandes cantidades en sangre, orina, heces y tejidos. Así, según el microorganismo identificado y el perfil de sensibilidad, el médico puede indicar el tratamiento más adecuado.
Cómo se hace el antibiograma
Para realizar el antibiograma, el médico solicitará la recogida de material biológico como sangre, orina, saliva, flemas, heces o células del órgano contaminado por microorganismos. Estas muestras se envían luego a un laboratorio de microbiología para su análisis y cultivo en un medio de cultivo que favorece el crecimiento bacteriano o fúngico.
Después del crecimiento, el microorganismo se aísla y se somete a pruebas de identificación para llegar a la conclusión del microorganismo responsable de la infección. Tras el aislamiento, también se realiza el antibiograma para que se conozca el perfil de sensibilidad y resistencia del microorganismo identificado, lo cual se puede realizar de dos formas:
- Antibiograma de difusión en agar: en este procedimiento se colocan pequeños discos de papel que contienen diferentes antibióticos en una placa con medio de cultivo apropiado para el crecimiento del agente infeccioso. Después de 1 o 2 días en el horno, puede ver si escucha o no crecimiento alrededor del disco. En ausencia de crecimiento, se dice que el microorganismo es sensible a ese antibiótico, considerándose el más adecuado para el tratamiento de la infección;
- Antibiograma basado en dilución: en este procedimiento se dispone de un recipiente con varias diluciones de antibiótico con diferentes dosis, donde se colocan los microorganismos a analizar, y se determina la concentración mínima inhibitoria (CMI) del antibiótico. El recipiente en el que no se observó crecimiento microbiano corresponde a la dosis del antibiótico que se debe utilizar en el tratamiento, ya que impidió el desarrollo del microorganismo.
Actualmente en los laboratorios, el antibiograma se realiza mediante un equipo que prueba la resistencia y la sensibilidad. El informe difundido por el equipo informa a qué antibióticos fue resistente el agente infeccioso y cuáles fueron efectivos para combatir el microorganismo y en qué concentración.
Urocultivo con antibiograma
La infección del tracto urinario es una de las infecciones más frecuentes en mujeres, principalmente, y en hombres. Por este motivo, es común que los médicos soliciten además de la prueba de orina tipo 1, el EAS y el urocultivo acompañado de un antibiograma. De esta forma, el médico puede comprobar si existe algún cambio en la orina que sea indicativo de problemas renales, mediante EAS, y la presencia de hongos o bacterias en el tracto urinario que puedan indicar infección, mediante urocultivo.
Si se comprueba la presencia de bacterias en la orina, a continuación se realiza el antibiograma para que el médico pueda saber qué antibiótico es el más adecuado para el tratamiento. Sin embargo, en el caso de infecciones urinarias, el tratamiento con antibióticos solo se recomienda cuando la persona presenta síntomas para prevenir el desarrollo de resistencia microbiana.
Entender cómo se hace el cultivo de orina.
Cómo interpretar el resultado
El resultado del antibiograma puede tardar de 3 a 5 días aproximadamente y se obtiene analizando el efecto de los antibióticos sobre el crecimiento de microorganismos. El antibiótico que inhibe el crecimiento microbiano es el indicado para tratar la infección, pero si hay crecimiento indica que el microorganismo en cuestión no es sensible a ese antibiótico, es decir, resistente.
El resultado del antibiograma debe ser interpretado por el médico, quien observa los valores de la Concentración Mínima Inhibitoria, también denominada CMI o MIC, y / o el diámetro del halo de inhibición, según la prueba que se haya realizado. El IMC corresponde a la concentración mínima de antibiótico que es capaz de inhibir el crecimiento microbiano y está de acuerdo con los estándares de la Instituto de Estándares Clínicos y de Laboratorio, CLSI, y puede variar según el antibiótico que se esté probando y el microorganismo que se haya identificado.
En el caso del antibiograma de difusión en agar, donde se colocan papeles que contienen determinadas concentraciones de antibiótico en el medio de cultivo con el microorganismo, después de una incubación de aproximadamente 18 horas es posible percibir la presencia o no de halos de inhibición. A partir del tamaño del diámetro de los halos, es posible verificar si el microorganismo es no susceptible, susceptible, intermedio o resistente al antibiótico.
El resultado también debe interpretarse con base en la determinación de CLSI, que determina que para la prueba de susceptibilidad de Escherichia coli para Ampicilina, por ejemplo, el halo de inhibición menor o igual a 13 mm es una indicación de que la bacteria es resistente al antibiótico y que un halo igual o mayor a 17 mm indica que la bacteria es sensible. Obtenga más información sobre el resultado del cultivo de orina con antibiograma.
Así, según el resultado del antibiograma, el médico puede indicar el antibiótico más eficaz para combatir la infección.
¿Por qué es necesario identificar el antibiótico correcto?
El uso de antibióticos que no son adecuados y efectivos para un microorganismo retrasa la recuperación de la persona, trata parcialmente la infección y favorece el desarrollo de mecanismos de resistencia microbiana, dificultando el tratamiento de la infección.
Por este mismo motivo, es muy importante no utilizar antibióticos sin la orientación del médico y de forma innecesaria, ya que esto puede acabar seleccionando microorganismos más resistentes a los antibióticos, reduciendo las opciones de fármacos para combatir infecciones.