Artritis reumatoide: cuáles son los síntomas y cómo tratarla
Contenido
- Síntomas de la artritis reumatoide
- Cómo confirmar el diagnóstico
- Tratamiento de la artritis reumatoide
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que provoca síntomas como dolor, enrojecimiento e hinchazón en las articulaciones afectadas, además de rigidez y dificultad para mover estas articulaciones durante al menos 1 hora después de despertar.
El tratamiento de la Artritis Reumatoide es guiado por el reumatólogo e incluye el uso de medicación, dieta y fisioterapia, que alivian el dolor y mejoran la calidad de vida. Pero no tiene cura y el tratamiento debe realizarse de por vida.
Imágenes de artritis reumatoideSíntomas de la artritis reumatoide
Los primeros síntomas suelen incluir fiebre, cansancio, dolores articulares, malestar general que pueden aparecer y desaparecer sin mayores complicaciones ni explicación. Suelen aparecer semanas o meses antes de que aparezcan los síntomas más clásicos, como rigidez y dolor y enrojecimiento en las articulaciones.
Si cree que puede tener artritis reumatoide, seleccione lo que está sintiendo:
- 1. Dolor en las articulaciones simétricamente (en ambos lados del cuerpo)
- 2. Hinchazón y enrojecimiento en una o más articulaciones.
- 3. Dificultad para mover la articulación
- 4. Disminución de la fuerza en el sitio de las articulaciones afectadas.
- 5. Dolor en las articulaciones que empeora después de despertarse
Todos estos síntomas aparecen en la articulación afectada, pero la artritis reumatoide puede acabar provocando otros, como dolor de espalda, debido a la mala postura y con el desarrollo de la enfermedad, otras articulaciones, como las rodillas, hombros y cervicales también pueden estar afectado.
Las mujeres son las más afectadas y los síntomas pueden comenzar alrededor de los 30 años, aunque es más común a los 40.
Cómo confirmar el diagnóstico
La artritis reumatoide se puede diagnosticar observando los síntomas y realizando pruebas, pero puede ser difícil de diagnosticar, especialmente en la etapa inicial, cuando los síntomas aún no están claros y se puede confundir con la osteoartritis u otras enfermedades. Así, para confirmar el reumatólogo puede solicitar varias pruebas como:
- Análisis de sangre con factor reumatoide, que es uno de los que puede indicar la enfermedad, aunque en algunos casos el resultado es un falso negativo;
- Prueba de anticuerpos antinucleares;
- Radiografía de la articulación para detectar osteoartritis, que se solicita especialmente cuando hay síntomas de artritis en manos o pies;
- Imágenes por resonancia magnética, cuando se sospecha artritis en la columna;
- Nivel de proteína C reactiva, para controlar la intensidad de la inflamación;
- Tomografía computarizada, para evaluar la extensión de la inflamación.
En esta enfermedad, el sistema de defensa del cuerpo comienza a atacar las articulaciones sanas, pero aún no se sabe exactamente por qué sucede esto. Aunque las causas de la artritis reumatoide no se conocen del todo, algunos factores que influyen en su desarrollo son la infección por virus, bacterias, el factor genético, los traumatismos y el tabaquismo aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Tratamiento de la artritis reumatoide
El tratamiento de la artritis reumatoide suele iniciarse con antiinflamatorios, inyecciones de corticosteroides y fármacos inmunosupresores, que pueden utilizarse en momentos de crisis y también fuera de crisis.
Además, también es importante:
- Fisioterapia, especialmente en tiempos de crisis, cuando hay dolor e inflamación severos;
- Adopte una dieta rica en alimentos antiinflamatorios, como atún, salmón, ajo o naranja;
- Estirarse durante el día;
- Aplique bolsas de agua caliente sobre la articulación;
- Practica ejercicios ligeros o moderados en periodos fuera de la crisis, como aeróbic acuático y pilates, evitando ejercicios extenuantes.
La fisioterapia es muy importante en el tratamiento de la artritis reumatoide e incluye el uso de aparatos, bolsas calientes, ejercicios, técnicas de movilización articular y fortalecimiento de los músculos involucrados, ayudando a prevenir deformidades y mejorar el movimiento y la vida diaria de la persona.
En última instancia, cuando la articulación está gravemente comprometida y nada parece aliviar los síntomas, el médico puede sugerir una cirugía para realinear los tendones, reemplazar las articulaciones, eliminar el exceso de membrana sinovial o unir dos huesos, de modo que no haya más articulaciones, como puede ser útil en el dedo meñique, por ejemplo.