Quiste renal: que es, síntomas y como se realiza el tratamiento
Contenido
- Señales y síntomas
- Clasificación de quistes
- Como se hace el tratamiento
- ¿Puede el quiste renal ser cáncer?
- Quiste de riñón del bebé
El quiste renal corresponde a una bolsa llena de líquido que normalmente se forma en personas mayores de 40 años y, cuando es pequeña, no causa síntomas y no representa un riesgo para la persona. En el caso de quistes complejos, más grandes y numerosos, la sangre puede verse en la orina y el dolor de espalda, por ejemplo, y debe aspirarse o extirparse mediante cirugía según la recomendación del nefrólogo.
Debido a la ausencia de síntomas, sobre todo cuando se trata de un quiste simple, algunas personas pueden pasar varios años sin saber que tienen un quiste renal, que solo se descubre en exámenes de rutina, como la ecografía o la tomografía computarizada, por ejemplo.
Señales y síntomas
Cuando el quiste renal es pequeño, generalmente no causa síntomas. Sin embargo, en el caso de quistes más grandes o complejos, se pueden notar algunos cambios clínicos, como:
- Dolor en la espalda;
- Presencia de sangre en la orina;
- Aumento de la presión arterial;
- Infecciones urinarias frecuentes.
Los quistes renales simples suelen ser benignos y la persona puede pasar por la vida sin saber que los tiene debido a la ausencia de síntomas, solo se descubren en las pruebas de rutina.
Los signos y síntomas de los quistes renales también pueden ser indicativos de otras afecciones que pueden provocar insuficiencia renal. Hágase la prueba y vea si tiene cambios renales:
- 1. Necesidad frecuente de orinar
- 2. Orine en pequeñas cantidades a la vez
- 3. Dolor constante en la parte inferior de la espalda o los flancos
- 4. Hinchazón de piernas, pies, brazos o cara.
- 5. Picazón en todo el cuerpo
- 6. Cansancio excesivo sin motivo aparente
- 7. Cambios en el color y el olor de la orina.
- 8. Presencia de espuma en la orina.
- 9. Dificultad para dormir o mala calidad del sueño
- 10. Pérdida de apetito y sabor metálico en la boca.
- 11. Sensación de presión en el vientre al orinar.
Clasificación de quistes
El quiste renal se puede clasificar según su tamaño y contenido en:
- Bosniak I, que representa el quiste simple y benigno, siendo normalmente pequeño;
- Bosniak II, que también es benigno, pero tiene algunos septos y calcificaciones en su interior;
- Bosniak IIF, que se caracteriza por la presencia de más septos y mayores de 3 cm;
- Bosniak III, en el que el quiste es más grande, tiene paredes gruesas, varios septos y material denso en su interior;
- Bosniak IV, son quistes que tienen características de cáncer y deben extirparse tan pronto como se identifiquen.
La clasificación se realiza según el resultado de la tomografía computarizada y así el nefrólogo puede decidir qué tratamiento se indicará para cada caso. Vea cómo se hace y cómo prepararse para la tomografía computarizada.
Como se hace el tratamiento
El quiste renal se trata según el tamaño y la gravedad del quiste, además de los síntomas que presenta el paciente. En el caso de quistes simples, solo puede ser necesaria una monitorización periódica para comprobar si ha habido crecimiento o síntomas.
En los casos en que los quistes sean grandes y provoquen síntomas, el nefrólogo puede recomendar la extracción o vaciado del quiste mediante un proceso quirúrgico, además del uso de analgésicos y antibióticos, que suele estar indicado antes o después de la cirugía.
¿Puede el quiste renal ser cáncer?
El quiste renal no es cáncer, ni puede convertirse en cáncer. Lo que sucede es que el cáncer de riñón se parece a un quiste renal complejo y el médico puede diagnosticarlo erróneamente. Sin embargo, pruebas como la tomografía computarizada y la resonancia magnética pueden ayudar a distinguir un quiste renal del cáncer de riñón, que son dos enfermedades diferentes. Descubra cuáles son los síntomas más comunes del cáncer de riñón.
Quiste de riñón del bebé
El quiste en el riñón del bebé puede ser una situación normal cuando aparece solo. Pero si se identifica más de un quiste en el riñón del bebé, puede ser indicativo de enfermedad renal poliquística, que es una enfermedad genética y debe ser monitoreada por un nefrólogo para evitar posibles complicaciones. En algunos casos, esta enfermedad se puede diagnosticar incluso durante el embarazo mediante una ecografía.