Desencadenantes comunes para las crisis de inicio parcial
Contenido
- ¿Qué es una convulsión de inicio parcial?
- ¿Cuáles son los síntomas de las convulsiones de inicio parcial?
- ¿Qué causa las convulsiones de inicio parcial?
- Estilo de vida
- Condiciones de salud
- Señales de advertencia de una convulsión
- Trabaja con tu doctor
¿Qué es una convulsión de inicio parcial?
Una convulsión es causada por una actividad eléctrica anormal en su cerebro. Durante una convulsión, puede experimentar una variedad de síntomas. Algunos síntomas comunes incluyen:
- perdiendo la conciencia
- perdiendo la conciencia
- experimentar movimientos musculares incontrolables
- experimentar cambios en la percepción sensorial
Los síntomas que experimente durante una convulsión dependerán de la causa de su convulsión y de dónde ocurrió en su cerebro. Una convulsión de inicio parcial afecta solo una parte de su cerebro. Y hay dos tipos: un ataque parcial simple y un ataque parcial complejo.
Si experimenta más de una convulsión, su médico puede diagnosticarle epilepsia. La epilepsia es un trastorno neurológico que causa convulsiones crónicas.
¿Cuáles son los síntomas de las convulsiones de inicio parcial?
Las crisis parciales simples y las crisis parciales complejas implican síntomas diferentes.
UNA ataque parcial simple no te hará perder el conocimiento. En cambio, es más probable que experimente un cambio en las emociones o los sentimientos. A veces, la forma de ver, oler u oír las cosas también cambiará. Una convulsión parcial simple también puede denominarse una convulsión focal sin pérdida de conciencia.
UNA ataque parcial complejo te hará perder la conciencia y la conciencia. Durante este tipo de ataque, también puede hacer movimientos sin propósito. Por ejemplo, puede chasquear los labios, frotarse las manos o tragar. Una convulsión parcial compleja también puede denominarse convulsión discognitiva focal.
¿Qué causa las convulsiones de inicio parcial?
Una variedad de comportamientos, factores de estilo de vida y afecciones médicas subyacentes pueden desencadenar una convulsión. En algunos casos, identificar el desencadenante puede ayudarlo a prevenir futuras convulsiones. Si puede identificar la causa, su médico puede recomendarle tratamientos específicos. Algunos desencadenantes se controlan fácilmente. Algunos lo son menos.
Si experimenta una convulsión, haga una cita con su médico. Tome notas sobre cada ataque que tenga. Su médico necesita saber con qué frecuencia ocurren sus ataques, qué hizo inmediatamente antes de cada ataque y qué experimentó durante cada ataque. Esto puede ayudarlos a desarrollar un diagnóstico, determinar sus desencadenantes y decidir qué tipos de tratamiento son mejores para usted.
En algunos casos, es posible que su médico no pueda identificar la causa de su ataque. Las convulsiones sin causa se llaman convulsiones idiopáticas. La mayoría de los casos de convulsiones idiopáticas ocurren en niños y adultos jóvenes.
Estilo de vida
En algunos casos, las convulsiones se desencadenan por hábitos o comportamientos de estilo de vida. Por ejemplo, pueden estar vinculados a:
- Alcohol: La cerveza, el vino y las bebidas alcohólicas afectan el funcionamiento de su cerebro. Beber alcohol, especialmente en grandes cantidades, puede interrumpir la actividad eléctrica normal en su cerebro y causar una convulsión.
- Cafeína: Este estimulante se encuentra en una variedad de alimentos y bebidas, como refrescos, té, café y chocolate. Puede alterar las señales eléctricas de su cerebro y causar una convulsión.
- Nicotina: Este químico adictivo, que se encuentra en el tabaco, también puede aumentar el riesgo de convulsiones. Puede reducir su riesgo reduciendo la cantidad que fuma o, mejor aún, dejando de fumar.
- Drogas: El uso y abuso de drogas recreativas también puede causar una convulsión. Además, ciertos medicamentos recetados y de venta libre (OTC) pueden aumentar el riesgo de convulsiones. En algunos casos, la abstinencia de drogas también puede causar una convulsión.
- Dormir: La falta de sueño puede estresar su cerebro y aumentar su riesgo de convulsiones. Intenta dormir lo suficiente todas las noches.
- Estrés: Los altos niveles de estrés gravan su cuerpo y pueden aumentar su riesgo de convulsiones. Tome medidas para reducir el estrés en su vida.
- Ambiente: Ciertos estímulos visuales también pueden desencadenar una convulsión. Por ejemplo, puede ocurrir una convulsión mientras mira televisión o juega un videojuego. Sin embargo, las luces intermitentes tienen más probabilidades de provocar convulsiones tónico-clónicas generalizadas que las crisis parciales.
Si consume alcohol o cafeína, hágalo con moderación. Evite el tabaco y otras drogas recreativas. Intenta dormir lo suficiente por la noche, controla tus niveles de estrés y sigue un estilo de vida saludable. Si le diagnostican epilepsia, su médico puede recomendar cambios en el estilo de vida para ayudar a mantener sus síntomas bajo control.
Condiciones de salud
Las convulsiones también pueden resultar de una variedad de condiciones de salud, como:
- Traumatismo craneoencefálico severo: Las lesiones en el cerebro, la cabeza o el cuello pueden causar convulsiones. Pueden desarrollarse inmediatamente después de su lesión, o días, semanas o incluso años después.
- Daño cerebral prenatal: Las lesiones en la cabeza sufridas antes de nacer o durante el parto también pueden causar convulsiones. Otros factores prenatales, como las deficiencias de oxígeno y la nutrición inadecuada, también pueden afectar su riesgo de convulsiones.
- Tumor cerebral: En casos raros, un tumor cerebral se identifica como la causa de las convulsiones y la epilepsia.
- Condiciones de desarrollo: Ciertos trastornos, incluido el autismo, están asociados con tasas más altas de convulsiones y epilepsia.
- Enfermedad cerebral progresiva: La demencia puede aumentar su riesgo de convulsiones.
- Enfermedades vasculares: La presión arterial muy alta y los accidentes cerebrovasculares pueden desencadenar convulsiones. Seguir un estilo de vida saludable para el corazón y el plan de tratamiento recomendado por su médico para la enfermedad cardiovascular puede ayudarlo a reducir su riesgo.
- Niveles bajos de azúcar en la sangre: Una caída en los niveles de azúcar en la sangre puede desencadenar una convulsión. Si tiene diabetes u otros problemas relacionados con el azúcar en la sangre, siga el plan de tratamiento recomendado por su médico para regular sus niveles de azúcar en la sangre.
- Infecciones: Las enfermedades infecciosas, como la meningitis, la encefalitis viral y el SIDA, pueden causar epilepsia y convulsiones. Una fiebre alta también puede provocar una convulsión.
- Despachador de drogas: La abstinencia de ciertos medicamentos, como las pastillas para dormir y los analgésicos, puede causar una convulsión.
Si sospecha que ha desarrollado o tiene alguna de estas condiciones de salud, haga una cita con su médico. El tratamiento de la afección subyacente puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir convulsiones. Dependiendo de su diagnóstico, su plan de tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos, cirugía u otras intervenciones.
La genética también puede afectar su riesgo de desarrollar epilepsia y experimentar convulsiones. Si uno de los miembros de su familia inmediata tiene epilepsia, es más probable que la desarrolle. Hable con su médico sobre sus factores de riesgo.
Señales de advertencia de una convulsión
En algunos casos, puede experimentar un "aura" o síntomas de advertencia antes de tener una convulsión. Por ejemplo, puede experimentar:
- ansiedad
- miedo
- náusea
- mareo
- cambios visuales, como luces intermitentes, líneas onduladas o puntos en su campo de visión
Si tiene antecedentes de convulsiones o ha sido diagnosticado con epilepsia y nota estos síntomas, asegúrese de alertar a alguien. Pueden monitorearlo para detectar una convulsión y obtener ayuda si es necesario.
Trabaja con tu doctor
Encontrar la causa de sus convulsiones puede llevar algún tiempo. Su médico puede usar exámenes médicos para verificar algunas afecciones de salud subyacentes. Pero esas pruebas pueden no ser suficientes para identificar sus desencadenantes.
Con la ayuda de un amigo o ser querido, mantenga un registro escrito de sus ataques y compártalos con su médico. Esto puede ayudarlos a diagnosticar su condición y desarrollar un plan de tratamiento.