Ataque de ira: como saber cuando es normal y que hacer

Contenido
Los ataques de ira incontrolados, la ira excesiva y la furia repentina pueden ser signos del Síndrome de Hulk, un trastorno psicológico en el que existe una ira descontrolada, que puede ir acompañada de agresiones verbales y físicas que pueden dañar a la persona u otras personas cercanas a él.
Este trastorno, también conocido como Trastorno explosivo intermitente, suele afectar a personas con problemas constantes en el trabajo o en la vida personal, y su tratamiento puede realizarse con el uso de medicamentos para controlar el estado de ánimo y con el acompañamiento de un psicólogo.
Se cree que las personas contaminadas con toxoplasma gondi en el cerebro tienen más probabilidades de desarrollar este síndrome. El toxoplasma está presente en las heces del gato y causa una enfermedad llamada toxoplasmosis, pero también puede estar presente en el suelo y en los alimentos contaminados. Vea algunos ejemplos de fuentes dietéticas que pueden causar la enfermedad haciendo clic aquí.

Cómo saber si mi enojo es normal
Es común sentir ira en situaciones estresantes como choques de coche o rabietas por parte de los niños, y esta sensación es normal siempre y cuando tengas conciencia y control sobre ella, sin cambios bruscos a un estado de ira y comportamiento agresivo, en el que puede poner en riesgo el bienestar y la seguridad de los demás.
Sin embargo, cuando la agresión es desproporcionada con la situación que desencadenó la ira, puede ser un signo del síndrome de Hulk, que se caracteriza por:
- Falta de control sobre el impulso agresivo;
- Romper las pertenencias propias o ajenas;
- Sudor, hormigueo y temblores musculares;
- Aumento de la frecuencia cardíaca;
- Amenazas verbales o agresiones físicas hacia otra persona sin una razón que justifique esa actitud;
- Culpabilidad y vergüenza tras los ataques.

El diagnóstico de este síndrome lo realiza un psiquiatra en base a la historia personal y los informes de amigos y familiares, ya que este trastorno solo se confirma cuando se repite la conducta agresiva durante varios meses, lo que sugiere que se trata de una enfermedad crónica.
Además, es necesario descartar la posibilidad de otros cambios de comportamiento, como el Trastorno Antisocial de la Personalidad y el Trastorno Límite de la Personalidad.
¿Qué puede pasar si no te controlas?
Las consecuencias del Síndrome de Hulk se deben a acciones impensables que se toman durante las rabietas, como pérdida del trabajo, suspensión o expulsión de la escuela, divorcio, dificultad para relacionarse con otras personas, accidentes automovilísticos y hospitalizaciones por lesiones sufridas durante la agresión.
La condición agresiva ocurre incluso cuando no se consume alcohol, pero suele ser más grave cuando se consume alcohol, incluso en pequeñas cantidades.
Cómo disminuir las rabietas
Las rabietas comunes se pueden controlar entendiendo la situación y conversando con familiares y amigos. Por lo general, la ira pasa rápidamente y la persona busca una solución racional al problema. Sin embargo, cuando las rabietas son frecuentes y empiezan a perder el control, se recomienda que un psicólogo acompañe y ayude a los familiares cercanos a aprender a afrontar y controlar las rabietas y la agresión.
Sin embargo, además de la psicoterapia, en el Síndrome de Hulk también puede ser necesario usar medicamentos antidepresivos o estabilizadores del estado de ánimo, como el litio y la carbamazepina, que ayudarán a controlar las emociones, reduciendo la agresión.
Para ayudar a controlar la ira y prevenir ataques de furia, vea ejemplos de tranquilizantes naturales.