¿Qué es el desprendimiento placentario?
Contenido
- Visión general
- ¿Cuáles son los síntomas del desprendimiento placentario?
- ¿Cuáles son los factores de riesgo y las causas del desprendimiento de placenta?
- ¿Cómo se diagnostica el desprendimiento de placenta?
- ¿Cuáles son los tratamientos para el desprendimiento placentario?
- ¿Cómo se puede prevenir el desprendimiento de placenta?
- ¿Cuál es la perspectiva para el desprendimiento de placenta?
Visión general
La placenta es un órgano que proporciona nutrientes a su bebé mientras está embarazada. Por lo general, se implanta en la parte superior del útero, y normalmente se desprende de la pared uterina después del parto.
Sin embargo, en el caso de desprendimiento de la placenta, la placenta se desprende demasiado pronto. Esto puede causar complicaciones, porque su bebé puede no recibir suficiente oxígeno o nutrientes. También puede experimentar sangrado que es perjudicial para usted y su bebé.
Según March of Dimes, se estima que 1 de cada 100 mujeres experimenta desprendimiento de placenta. Es importante poder reconocer los síntomas del desprendimiento de la placenta para poder buscar tratamiento rápidamente.
¿Cuáles son los síntomas del desprendimiento placentario?
El síntoma principal del desprendimiento placentario es el sangrado vaginal. Sin embargo, a veces la sangre puede quedar atrapada detrás de la placenta, y el 20 por ciento de las mujeres no experimenta sangrado vaginal. Otros síntomas que pueden ocurrir con el desprendimiento de placenta incluyen:
- malestar
- dolor de estómago o de espalda repentino
- sensibilidad
Estos síntomas empeorarán con el tiempo. Llame a su médico de inmediato si experimenta alguno de estos síntomas. Esto es especialmente cierto si experimenta sangrado vaginal en su tercer trimestre.
¿Cuáles son los factores de riesgo y las causas del desprendimiento de placenta?
Los siguientes factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de que experimente desprendimiento de placenta:
- ser mayor de 35 años
- estar embarazada de varios bebés
- experimentando una lesión traumática, como un accidente automovilístico, caída o abuso físico
- Tener antecedentes de presión arterial alta o desprendimientos previos.
- tener complicaciones durante el embarazo, como una infección uterina, problemas del cordón umbilical o grandes cantidades de líquido amniótico
- Fumando cigarros
- usando drogas ilegales, como la cocaína
Según March of Dimes, una mujer que ha tenido un desprendimiento previo tiene un 10 por ciento de posibilidades de tener otro en un futuro embarazo.
Sin embargo, los médicos no conocen la causa exacta del desprendimiento de la placenta. Tener uno o más de estos factores de riesgo no significa que experimentará un desprendimiento de placenta.
¿Cómo se diagnostica el desprendimiento de placenta?
Un médico diagnostica desprendimiento de la placenta realizando un examen físico y, a menudo, realizando un ultrasonido. Su médico también puede realizar análisis de sangre y monitoreo fetal.
Su médico puede sospechar desprendimiento de placenta, pero solo puede diagnosticarlo realmente después de que haya dado a luz. Intentarán recopilar tanta información como sea posible para tomar la mejor decisión para usted y su bebé.
¿Cuáles son los tratamientos para el desprendimiento placentario?
El tratamiento para el desprendimiento de la placenta depende de la gravedad del desprendimiento. Su médico determinará si su desprendimiento placentario es leve, moderado o grave. El desprendimiento placentario leve es cuando se produce pérdida de sangre, pero el sangrado se ha ralentizado y usted y su bebé están estables.
Los tratamientos también dependerán de qué tan avanzado esté su embarazo. Si ha perdido una cantidad significativa de sangre, es posible que necesite una transfusión de sangre.
- Abrupción placentaria leve a las 24 a 34 semanas.. Si usted y su bebé están bien, su médico puede darle medicamentos para tratar de acelerar el desarrollo pulmonar de su bebé y permitirles seguir desarrollándose. Si su sangrado parece haberse detenido o disminuido, su médico puede enviarlo a casa. De lo contrario, es posible que deba permanecer en el hospital para un monitoreo cercano.
- Abrupción placentaria leve a las 34 semanas o más. Si está cerca del término completo, su médico puede inducir el parto o realizar un parto por cesárea. Si su bebé ha tenido tiempo de desarrollarse, un parto prematuro puede reducir los riesgos de complicaciones adicionales.
- Desprendimiento placentario moderado a severo. Este grado de desprendimiento de la placenta, marcado por una pérdida significativa de sangre y complicaciones para usted y su bebé, generalmente requiere un parto inmediato, a menudo por cesárea.
En raras ocasiones, si su médico no puede detener su sangrado, es posible que necesite una histerectomía. Esta es la extirpación quirúrgica del útero. Nuevamente, esto es en casos raros de sangrado severo.
¿Cómo se puede prevenir el desprendimiento de placenta?
Cuidar de su salud y seguridad puede ayudar a prevenir el desprendimiento de la placenta. Esto incluye usar siempre el cinturón de seguridad, abstenerse de fumar y mantener la presión arterial a un nivel saludable. Sin embargo, no siempre se puede evitar el desprendimiento de placenta.
¿Cuál es la perspectiva para el desprendimiento de placenta?
Los bebés nacidos de madres que experimentan desprendimiento de la placenta tienen un mayor riesgo de algunas complicaciones relacionadas con el embarazo. Éstos incluyen:
- dificultad para crecer a un ritmo normal
- parto prematuro, o parto que ocurre antes de las 37 semanas de embarazo
- nacimiento de un niño muerto
Si el desprendimiento de la placenta ocurre después de las 37 semanas de embarazo, es menos probable que un bebé experimente problemas de salud que los bebés nacidos en la gestación anterior.
Es muy importante buscar tratamiento lo más rápido posible para un posible desprendimiento de la placenta. Según la Asociación Estadounidense del Embarazo, el 15 por ciento de los casos graves de desprendimiento de placenta terminan en muerte fetal.
El desprendimiento de placenta es una complicación del embarazo que no tiene una causa conocida. Sin embargo, si tiene un mayor riesgo de desprendimiento de placenta, puede trabajar para reducir su riesgo. Si está en su tercer trimestre y experimenta sangrado vaginal, llame a su médico de inmediato.