¿En que situaciones está indicada la transfusión de sangre?

Contenido
- Cuando se necesita una transfusión
- Cómo se realiza la transfusión de sangre
- ¿Qué hacer cuando no se permite la transfusión?
- Posibles complicaciones de la transfusión
La transfusión de sangre es un procedimiento seguro en el que se inserta sangre completa, o solo algunos de sus componentes, en el cuerpo del paciente. Se puede hacer una transfusión cuando tiene anemia profunda, después de un accidente o en una cirugía mayor, por ejemplo.
Aunque es posible recibir una transfusión de sangre total como cuando ocurre un sangrado severo, suele ser más común recibir transfusiones hechas solo de componentes sanguíneos, como eritrocitos, plasma o plaquetas para el tratamiento de anemia o quemaduras, por ejemplo. Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario realizar varias transfusiones de sangre para satisfacer las necesidades del organismo.
Además, en el caso de cirugías programadas, es posible realizar una autotransfusión, que es cuando se extrae sangre antes del procedimiento quirúrgico, para ser utilizada, si es necesario, durante la cirugía.
Cuando se necesita una transfusión
La transfusión de sangre solo se puede realizar cuando el tipo de sangre entre el donante y el paciente es compatible y está indicado en casos como:
- Anemia profunda;
- Sangrado severo;
- Quemaduras de tercer grado;
- Hemofilia;
- Después de un trasplante de médula ósea u otro órgano.
Además, las transfusiones de sangre también se utilizan mucho cuando se produce una hemorragia grave durante la cirugía. Aprenda todo sobre los tipos de sangre para comprender mejor el concepto de compatibilidad sanguínea.
Cómo se realiza la transfusión de sangre
Para poder someterse a una transfusión de sangre es necesario tomar una muestra de sangre para comprobar el tipo y valores de la sangre, decidir si el paciente puede iniciar la transfusión y cuánta sangre necesitará.
El procedimiento para recibir la sangre puede durar hasta 3 horas, dependiendo de la cantidad de sangre necesaria y también del componente que se transfundirá. Por ejemplo, la transfusión de glóbulos rojos puede llevar más tiempo porque debe hacerse muy lentamente, y por lo general el volumen requerido es grande, mientras que el plasma, a pesar de ser más espeso, generalmente se necesita en cantidades más pequeñas y puede tardar menos.
Recibir una transfusión de sangre no duele y cuando la transfusión se realiza fuera de la cirugía, el paciente generalmente puede comer, leer, hablar o escuchar música mientras recibe la sangre, por ejemplo.
Descubra cómo funciona el proceso de donación de sangre en el siguiente video:
¿Qué hacer cuando no se permite la transfusión?
En el caso de personas con creencias o religiones que impidan la transfusión, como en el caso de los testigos de Jehová, se puede optar por la autotransfusión, especialmente en el caso de cirugías programadas, en las que se extrae sangre de la propia persona antes de la cirugía para que luego se puede utilizar durante el procedimiento.
Posibles complicaciones de la transfusión
Las transfusiones de sangre son muy seguras, por lo que el riesgo de contraer SIDA o hepatitis es muy bajo. Sin embargo, en algunos casos, puede provocar reacciones alérgicas, edema pulmonar, insuficiencia cardíaca o cambios en los niveles de potasio en sangre. Por tanto, todas las transfusiones deben realizarse en el hospital con la evaluación del equipo médico.
Obtenga más información en: Riesgos de las transfusiones de sangre.