Leucemia versus linfoma: ¿cuál es la diferencia?
Contenido
- Visión general
- Síntomas de leucemia versus linfoma
- Causas
- Factores de riesgo
- Diagnóstico
- Tratamiento
- panorama
Visión general
El cáncer puede afectar a todas las partes del cuerpo, incluida la sangre. La leucemia y el linfoma son tipos de cáncer de sangre. Se estima que en 2016 en los Estados Unidos, aproximadamente 60,000 personas serán diagnosticadas con leucemia y 80,000 personas serán diagnosticadas con linfoma.
Si bien los dos cánceres comparten ciertos síntomas, existen algunas diferencias en sus orígenes, síntomas y tratamientos. Siga leyendo para obtener más información sobre estos dos tipos de cáncer de sangre.
Síntomas de leucemia versus linfoma
La leucemia suele ser una enfermedad de movimiento lento, por lo que es posible que no note los síntomas de inmediato. Con el tiempo, los efectos de tener un exceso de glóbulos blancos junto con un número cada vez menor de glóbulos rojos pueden afectar el cuerpo.
La leucemia puede ser aguda o crónica. En la leucemia aguda, el cáncer se propaga rápidamente. La leucemia crónica es más común y crece más lentamente en las etapas iniciales. Hay cuatro tipos principales de leucemia, cada uno clasificado por la tasa de crecimiento y los orígenes de las células cancerosas. Éstos incluyen:
- leucemia mieloide aguda
- leucemia mieloide crónica
- leucemia linfocítica aguda
- leucemia linfocítica crónica
El linfoma afecta específicamente a los ganglios linfáticos. El tipo de linfoma se basa en los orígenes de las células cancerosas. Algunos casos comienzan en el sistema linfático, mientras que otros comienzan en los glóbulos blancos. Estos cánceres también se denominan linfomas no Hodgkin. Ocurren cuando las células T o B dentro de los glóbulos blancos se vuelven anormales.
Causas
Tanto la leucemia como el linfoma provienen de problemas con los glóbulos blancos.
Con la leucemia, su médula ósea produce demasiados glóbulos blancos que no mueren naturalmente de la misma manera que las células sanguíneas envejecidas normales. En cambio, siguen dividiéndose y finalmente se hacen cargo de los glóbulos rojos sanos. Esto se vuelve problemático porque su cuerpo depende de los glóbulos rojos para el transporte normal de oxígeno y nutrientes. La leucemia puede comenzar de manera similar en los ganglios linfáticos.
El linfoma a menudo comienza en los ganglios linfáticos, que son los tejidos pequeños que ayudan al cuerpo a combatir las infecciones. Ciertos tipos de linfoma también pueden ser causados por la propagación de glóbulos blancos anormales en otras partes del cuerpo.
Factores de riesgo
La leucemia es el cáncer infantil más común. Aproximadamente 2.700 niños son diagnosticados en los Estados Unidos cada año. La leucemia aguda representa la mayoría de los casos de leucemia en niños.
Diagnóstico
El primer paso para diagnosticar la leucemia es un análisis de sangre y un examen de células sanguíneas. Si la prueba muestra que los recuentos de sus diferentes tipos de células sanguíneas son anormales, su médico puede sospechar leucemia. Su médico también puede ordenar una biopsia de médula ósea para ayudar a confirmar el diagnóstico. Los resultados iniciales pueden estar disponibles en tan solo 24 horas. Un informe detallado, que puede proporcionar a su médico información útil para su plan de tratamiento, puede demorar un par de semanas.
Una biopsia de médula ósea puede ser un poco incómoda, pero es un procedimiento relativamente rápido. Por lo general, dura unos 20 minutos y no requiere hospitalización. Es probable que su médico tome la muestra de su hueso de la cadera. Usarán un anestésico local para adormecer el área durante el procedimiento. Es posible que tenga un dolor sordo en la cadera por un corto tiempo después de la biopsia.
Para diagnosticar el linfoma, su médico necesitará tomar una muestra o biopsia del tejido afectado. Es posible que puedan realizar el procedimiento con un anestésico local. En algunos casos, es posible que necesite anestesia general, lo que significa que estará inconsciente durante el procedimiento. Si tiene linfoma, su médico también puede ordenar una biopsia de médula ósea o un escáner corporal para ayudar a determinar la etapa de su cáncer.
Tratamiento
El tratamiento para la leucemia se basa en su condición en el momento del diagnóstico. Si el cáncer se mueve lentamente, su médico podría utilizar un enfoque de "espera vigilante". Esto es más común para la leucemia linfocítica crónica que a menudo no causa síntomas.
Si su médico decide seguir adelante con el tratamiento, se centrará en tratamientos que eviten que se formen células anormales en la sangre y los ganglios linfáticos. Estos pueden incluir:
- quimioterapia
- radioterapia
- trasplantes de células madre
- terapia dirigida o medicamentos que previenen un mayor crecimiento anormal de células
Al igual que la leucemia, las opciones de tratamiento para el linfoma dependen de la extensión del diagnóstico de cáncer. Para la enfermedad de Hodgkin, las células cancerosas son más fáciles de tratar si todavía están en los ganglios linfáticos. Los tratamientos más comunes para este tipo de linfoma son la quimioterapia y la radioterapia.
panorama
La leucemia y el linfoma crecen más lentamente que otros tipos de cáncer. El cáncer generalmente es más fácil de tratar si se detecta en etapas más tempranas. El lento crecimiento de la leucemia y el linfoma aumenta la probabilidad de que se detecte y se trate antes, lo que puede mejorar su pronóstico.
Según la Sociedad de Leucemia y Linfoma, entre 2004 y 2010 hubo una tasa de supervivencia general de cinco años en aproximadamente el 60 por ciento de las personas con leucemia, casi el 88 por ciento de las personas con linfoma.