Autor: Florence Bailey
Fecha De Creación: 26 Marcha 2021
Fecha De Actualización: 17 Mayo 2024
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Linfoma: causas, síntomas, diagnóstico
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El linfoma es un tipo de cáncer que afecta a los linfocitos, que son células responsables de proteger al cuerpo de infecciones y enfermedades. Este tipo de cáncer se desarrolla principalmente en los ganglios linfáticos, también conocidos como lingas, que se encuentran en la axila, la ingle y el cuello, dando lugar a la formación de bultos y que pueden provocar síntomas como fiebre, sudoración nocturna, cansancio excesivo y pérdida de peso. sin causa aparente.

En general, el linfoma es más común en adultos que en niños, y algunas personas pueden tener un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, como aquellas que tienen antecedentes familiares de linfoma, que tienen una enfermedad que causa baja inmunidad o que han sido infectadas. por ciertos virus como el VIH, Epstein-Barr o HTLV-1.

Hay dos tipos de linfoma, que se pueden diferenciar por las características de las células malignas que se encuentran en las pruebas de diagnóstico, tales como:

  • Linfoma de Hodgkin, que es más raro, afecta a las personas mayores y se dirige a las células de defensa del cuerpo específicas, los linfocitos tipo B;
  • Linfoma no Hodgkin, que es más común y generalmente se desarrolla a partir de linfocitos B y T. Obtenga más información sobre el linfoma no Hodgkin.

El diagnóstico de ambos tipos de linfoma se realiza mediante análisis de sangre, pruebas de imagen y biopsia de médula ósea y el tratamiento se basa principalmente en quimioterapia, radioterapia y trasplante de médula ósea. Si se diagnostica temprano y si el tratamiento se inicia lo antes posible, las posibilidades de curar el linfoma son altas.


Síntomas principales

Los principales síntomas del linfoma son fiebre constante, sudoración nocturna y la presencia de ganglios linfáticos agrandados, percibidos por la presencia de bultos en el cuello, axilas o ingles. Otros síntomas que pueden ser indicativos de linfoma son:

  • Cansancio excesivo;
  • Picar;
  • Malestar;
  • Pérdida de apetito;
  • Adelgazamiento sin causa aparente;
  • Dificultad para respirar y tos.

Además de estos síntomas, el bazo, que es un órgano responsable de la producción de células de defensa, ubicado en el lado superior izquierdo del abdomen, puede verse afectado por el linfoma e inflamarse y causar dolor, y además, cuando un El ganglio linfático está muy agrandado, puede presionar un nervio de la pierna y causar entumecimiento u hormigueo. Conozca otros síntomas del cáncer linfático.

Ante la presencia de varios de estos síntomas, se recomienda acudir al médico para las pruebas y, si se confirma el diagnóstico, se puede iniciar el tratamiento adecuado según las indicaciones del médico de cabecera, hematólogo u oncólogo.


¿Cuál es la diferencia entre linfoma y leucemia?

En la leucemia, las células malignas comienzan a multiplicarse en la médula ósea, mientras que en el linfoma, el cáncer comienza en los ganglios linfáticos o linguales. Además, aunque algunos síntomas son similares, como fiebre y sudores nocturnos, en la leucemia es más común sangrar y aparecen manchas moradas en el cuerpo, y en el linfoma, se produce picazón en la piel.

Cuales son las causas

Las causas del linfoma aún no están bien definidas, pero las personas mayores de 60 años tienen más probabilidades de desarrollar linfoma no Hodgkin. Otros factores que también pueden estar asociados con la aparición de linfoma son las infecciones por el virus VIH, el virus de Epstein-Barr, que causa mononucleosis, HTLV-1, que es responsable de ciertos tipos de hepatitis, y la infección por la bacteria. Helicobacter pylori, que se puede encontrar en el estómago.

Además, tener una enfermedad que cause baja inmunidad, tener una enfermedad autoinmune, como el lupus o la enfermedad celíaca, así como trabajar en lugares con mucha exposición a químicos, como pesticidas, puede influir en la aparición del linfoma. Vea qué puede causar cáncer linfático.


Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de linfoma se realiza a través de la evaluación de síntomas por parte del médico de cabecera, hematólogo u oncólogo y resultados de algunas pruebas, como:

  • Análisis de sangre: se utilizan para evaluar glóbulos y enzimas, porque cambios en el leucograma, como un aumento de linfocitos y un aumento de la deshidrogenasa láctica (LDH) pueden indicar la presencia de linfoma;
  • Rayo X: proporciona imágenes de partes del cuerpo que pueden verse afectadas por el linfoma;
  • Tomografía computarizada: permite visualizar imágenes de partes del cuerpo con más detalle que la radiografía, pudiendo detectar linfomas;
  • Resonancia magnética: además de la tomografía computarizada, sirve para detectar áreas del cuerpo afectadas por linfoma a través de imágenes;
  • Escaneo de mascotas: es un tipo de tomografía computarizada, que ayuda en la detección de metástasis, que es cuando el linfoma se disemina a varias partes del cuerpo;

También está indicado por el médico realizar una biopsia de médula ósea que consiste en extraer una pequeña parte del hueso de la pelvis para analizar las células de la médula y saber si han sido afectadas por el linfoma.

Como se hace el tratamiento

A partir de los resultados de los exámenes, el hematólogo u oncólogo indicará el tratamiento en función del tipo, tamaño, grado y región en la que se encuentre el linfoma, así como de la edad y estado general de la persona. De esta forma, el linfoma se puede tratar con las siguientes opciones:

1. Quimioterapia

La quimioterapia es un tratamiento que consiste en la administración de medicamentos a través de la vena, a través de un catéter, para eliminar las células cancerosas que causan el linfoma. Los fármacos quimioterapéuticos más utilizados para tratar el linfoma son la doxorrubicina, la bleomicina, la dacarbazina y la vinblastina y generalmente se utilizan el mismo día, como parte de un protocolo de tratamiento, y la elección del protocolo por parte del médico depende principalmente del tipo de linfoma diagnosticado.

Los protocolos de quimioterapia se realizan cada 3 o 4 semanas, ya que estos fármacos tienen fuertes efectos secundarios, como caída del cabello, náuseas y vómitos, falta de apetito y disminución de la inmunidad, por lo que el organismo tarda más en recuperarse. Según el tipo de linfoma, el médico determinará cuántas veces será necesario repetir los fármacos, es decir, cuántos ciclos de quimioterapia se realizarán.

2. Radioterapia

La radioterapia es un tratamiento que se utiliza para destruir las células cancerosas mediante una radiación que emite una máquina directamente al ganglio linfático afectado por el linfoma, en el que se hacen marcas en la piel para que esta radiación se administre en el mismo lugar cada vez.

Antes de iniciar el tratamiento de radioterapia, el radioterapeuta, con la ayuda de exámenes de imagen, planifica la ubicación del cuerpo donde se localiza el linfoma e indicará la dosis de radiación, cantidad y duración de las sesiones.

La mayoría de las veces, la radioterapia se usa junto con otros métodos de tratamiento para aumentar las posibilidades de eliminar las células que causan el linfoma y provoca efectos secundarios como pérdida de apetito, náuseas, sensación de calor en la zona aplicada. Vea qué comer para aliviar los efectos de la radioterapia.

3. Inmunoterapia

Algunos tipos de linfoma se pueden tratar con medicamentos inmunoterapéuticos, que son medicamentos que ayudan al sistema inmunológico a combatir las células del linfoma y los efectos secundarios son menores que los de la quimioterapia.

Estos medicamentos también se usan con otras técnicas de tratamiento, lo que aumenta las posibilidades de curar el linfoma. Algunos medicamentos de inmunoterapia que se usan para tratar el linfoma son rituximab, bortezomib y lenalidomida.

4. Trasplante de médula ósea

El trasplante de médula ósea es un tratamiento que consiste en destruir las células de linfoma enfermas y reemplazarlas con células madre sanas. Antes de recibir células madre sanas, se requiere quimioterapia en dosis altas para destruir todas las células cancerosas del cuerpo. Obtenga más información sobre qué son las células madre y cómo pueden ayudar.

Hay dos tipos de trasplante de médula ósea que son autólogos, cuando las células madre se reciben de la persona misma, y ​​alogénicos, que es cuando las células madre se adquieren de otra persona. Para recibir la médula ósea de otra persona debe ser compatible, por lo que antes del trasplante se realizan análisis de sangre, tanto a la persona que tiene el linfoma como a la que va a donar la médula ósea.

5. Terapia genética

Actualmente, se está iniciando un nuevo tratamiento de linfoma llamado CAR-T-cell, que es cuando se eliminan las células de defensa del cuerpo y se reprograman con un tipo específico de partícula y luego estas mismas células se introducen en el cuerpo ayudando a aumentar la inmunidad y la lucha. Células cancerígenas. Este tratamiento aún está en estudio y no está disponible en todos los hospitales. Obtenga más información sobre cómo se realiza el tratamiento mediante la técnica CAR-T-cell.

6. Cirugía

En algunos casos, cuando los ganglios linfáticos aumentan mucho de tamaño, debido al linfoma, pueden llegar a otros órganos como el bazo, por lo que el médico puede recomendar una cirugía para extirpar este órgano. Antes de realizar el tratamiento, en ocasiones es necesario realizar una pequeña cirugía para extirpar un ganglio linfático, con el fin de realizar una biopsia para analizar las células cancerosas.

¿Se puede curar el linfoma?

Los resultados de los tratamientos varían según el tipo y grado de linfoma, pero en la mayoría de los casos es curable si se trata de acuerdo con las recomendaciones médicas. Además, cuando la enfermedad se descubre y se trata temprano, las posibilidades de cura son aún mayores.

Se están desarrollando nuevos tratamientos, nuevas investigaciones y un mejor apoyo asistencial a la persona en tratamiento y, por tanto, se esperan mejores resultados y, en consecuencia, una mayor calidad de vida.

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