¿Qué tan cerca estamos de una cura para la esclerosis múltiple?
Contenido
- Visión de conjunto
- Nuevas terapias modificadoras de enfermedades
- Medicamentos experimentales
- Estrategias basadas en datos para tratar tratamientos
- Avances en la investigación genética
- Estudios del microbioma intestinal
- La comida para llevar
Visión de conjunto
Actualmente, todavía no existe una cura para la esclerosis múltiple (EM). Sin embargo, en los últimos años, han aparecido nuevos medicamentos disponibles para ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad y controlar sus síntomas.
Los investigadores continúan desarrollando nuevos tratamientos y aprenden más sobre las causas y los factores de riesgo de esta enfermedad.
Siga leyendo para conocer algunos de los últimos avances en el tratamiento y las prometedoras vías de investigación.
Nuevas terapias modificadoras de enfermedades
Las terapias modificadoras de la enfermedad (DMT) son el grupo principal de medicamentos que se utilizan para tratar la EM. Hasta la fecha, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado más de una docena de DMT para diferentes tipos de EM.
Más recientemente, la FDA aprobó:
- Ocrelizumab (Ocrevus). Trata las formas recurrentes de EM y la EM primaria progresiva (EMPP). Este es el que se aprobará para tratar la EMPP y el único aprobado para los cuatro tipos de EM.
- Fingolimod (Gilenya). Este medicamento trata la EM pediátrica. Ya fue aprobado para adultos. En 2018, se convirtió en el primer DMT en ser aprobado.
- Cladribina (Mavenclad). Está aprobado para tratar la EM remitente-recurrente (EMRR) y la EM progresiva secundaria activa (EMPS).
- Siponimod (Mayzent). Está aprobado para tratar EMRR, SPMS activo y síndrome clínicamente aislado (CIS). En un ensayo clínico de fase III, redujo eficazmente la tasa de recaída en personas con SPMS activo. En comparación con un placebo, redujo la tasa de recaída a la mitad.
- Fumarato de diroximel (Vumerity). Este medicamento está aprobado para tratar RRMS, Active SPMS y CIS. Es similar al dimetilfumarato (Tecfidera), un DMT más antiguo. Sin embargo, causa menos efectos secundarios gastrointestinales.
- Ozanimod (Zeposia). Este medicamento está aprobado para tratar CIS, RRMS y SPMS activo. Es el DMT más nuevo que se ha agregado al mercado y fue aprobado por la FDA en marzo de 2020.
Si bien se han aprobado nuevos tratamientos, se ha eliminado otro medicamento de los estantes de las farmacias.
En marzo de 2018, se retiró daclizumab (Zinbryta) de los mercados de todo el mundo. Este medicamento ya no está disponible para tratar la EM.
Medicamentos experimentales
Varios otros medicamentos se están abriendo camino a través de la línea de investigación. En estudios recientes, algunos de estos medicamentos se han mostrado prometedores para tratar la EM.
Por ejemplo:
- Los resultados de un nuevo ensayo clínico de fase II sugieren que el ibudilast podría ayudar a reducir la progresión de la discapacidad en personas con EM. Para obtener más información sobre este medicamento, el fabricante planea realizar un ensayo clínico de fase III.
- Los hallazgos de un pequeño estudio publicado en 2017 sugieren que el fumarato de clemastina podría ayudar a restaurar la capa protectora alrededor de los nervios en personas con formas recurrentes de EM. Este antihistamínico oral está disponible actualmente sin receta, pero no en la dosis utilizada en el ensayo clínico. Se necesita más investigación para estudiar sus posibles beneficios y riesgos para el tratamiento de la EM.
Estos son solo algunos de los tratamientos que se están estudiando actualmente. Para obtener información sobre los ensayos clínicos actuales y futuros para la EM, visite ClinicalTrials.gov.
Estrategias basadas en datos para tratar tratamientos
Gracias al desarrollo de nuevos medicamentos para la EM, las personas tienen un número creciente de opciones de tratamiento para elegir.
Para ayudar a guiar sus decisiones, los científicos están utilizando grandes bases de datos y análisis estadísticos para tratar de identificar las mejores opciones de tratamiento para diferentes tipos de pacientes, informa la Asociación de Esclerosis Múltiple de América.
Con el tiempo, esta investigación podría ayudar a los pacientes y a los médicos a saber qué tratamientos tienen más probabilidades de funcionar para ellos.
Avances en la investigación genética
Para comprender las causas y los factores de riesgo de la EM, los genetistas y otros científicos están buscando pistas en el genoma humano.
Los miembros del Consorcio Internacional de Genética de la EM han identificado más de 200 variantes genéticas asociadas con la EM. Por ejemplo, un estudio reciente identificó cuatro genes nuevos relacionados con la enfermedad.
Con el tiempo, hallazgos como este podrían ayudar a los científicos a desarrollar nuevas estrategias y herramientas para predecir, prevenir y tratar la EM.
Estudios del microbioma intestinal
En los últimos años, los científicos también han comenzado a estudiar el papel que las bacterias y otros microbios en nuestro intestino podrían desempeñar en el desarrollo y progresión de la EM. Esta comunidad de bacterias se conoce como nuestro microbioma intestinal.
No todas las bacterias son dañinas. De hecho, muchas bacterias "amistosas" viven en nuestros cuerpos y ayudan a regular nuestro sistema inmunológico.
Cuando el equilibrio de las bacterias en nuestro cuerpo se interrumpe, puede provocar inflamación. Esto podría contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes, incluida la EM.
La investigación sobre el microbioma intestinal podría ayudar a los científicos a comprender por qué y cómo las personas desarrollan EM. También podría allanar el camino para nuevos enfoques de tratamiento, incluidas intervenciones dietéticas y otras terapias.
La comida para llevar
Los científicos continúan obteniendo nuevos conocimientos sobre los factores de riesgo y las causas de la EM, así como las posibles estrategias de tratamiento.
En los últimos años se han aprobado nuevos medicamentos. Otros se han mostrado prometedores en ensayos clínicos.
Estos avances están ayudando a mejorar la salud y el bienestar de muchas personas que viven con esta afección, al tiempo que refuerzan las esperanzas de una posible cura.