Comprender la nosofobia o el miedo a la enfermedad
Contenido
- ¿Cuales son los sintomas?
- ¿Cómo se diferencia de la hipocondría?
- ¿Qué lo causa?
- ¿Cómo se diagnostica?
- Tratamiento
- Terapia de exposición
- Terapia cognitiva conductual (TCC)
- Medicamento
- La línea de fondo
La nosofobia es el miedo extremo o irracional a desarrollar una enfermedad. Esta fobia específica a veces se conoce simplemente como fobia a las enfermedades.
También es posible que escuche que se conoce como enfermedad de los estudiantes de medicina. Este nombre proviene de suposiciones previas de que la nosofobia tiende a afectar principalmente a los estudiantes de medicina rodeados de información sobre diferentes enfermedades. Pero alguna evidencia de 2014 presta menos apoyo a esta idea.
Es común sentir cierta ansiedad cuando las enfermedades graves se propagan por su comunidad. Pero para las personas con nosofobia, esta ansiedad puede ser abrumadora y afectar su vida cotidiana.
Siga leyendo para obtener más información sobre la nosofobia, incluidos los síntomas comunes y cómo se compara con el trastorno de ansiedad por enfermedad, anteriormente conocido como hipocondría.
¿Cuales son los sintomas?
El síntoma principal de la nosofobia es el miedo y la ansiedad importantes en torno al desarrollo de una enfermedad, generalmente conocida y potencialmente mortal, como el cáncer, las enfermedades cardíacas o el VIH.
Esta preocupación tiende a persistir incluso después de que los proveedores de atención médica lo examinen. Es posible que sienta la necesidad de ver a su médico con frecuencia para exámenes o pruebas, incluso si ya le han dado una buena factura de salud.
Este intenso miedo y ansiedad pueden provocar síntomas físicos, que incluyen:
- mareo
- náusea
- aumento del pulso
- transpiración
- respiración rápida
- problemas para dormir
La nosofobia también implica la evitación. Es posible que no desee saber nada sobre la enfermedad. Escucharlo en las noticias o de otros puede provocar angustia. O bien, puede evitar el transporte público o los espacios, como las tiendas de comestibles.
Si tiene antecedentes familiares de ciertas enfermedades, puede hacer todo lo posible para evitar todos los posibles factores de riesgo.
Por otro lado, algunas personas con nosofobia prefieren aprender tanto como puedan sobre ciertas enfermedades. Pueden pasar horas leyendo sobre la afección o monitoreando las noticias en busca de historias sobre posibles brotes.
¿Cómo se diferencia de la hipocondría?
La nosofobia a menudo se confunde con la hipocondría, que ahora se conoce como trastorno de ansiedad por enfermedad. Mientras que la nosofobia implica el miedo a desarrollar una enfermedad específica, el trastorno de ansiedad por enfermedad implica preocupaciones más generales sobre la enfermedad.
A alguien con trastorno de ansiedad por enfermedad le puede preocupar que los síntomas menores, como dolor de garganta o dolor de cabeza, sean un signo de algo grave. Es posible que una persona con nosofobia no tenga ningún síntoma físico, pero le preocupa que en realidad tenga (o vaya a tener) una afección médica grave específica.
Por ejemplo, alguien con trastorno de ansiedad por enfermedad podría preocuparse de que su dolor de cabeza sea un síntoma de un tumor cerebral. Una persona con nosofobia puede preocuparse constantemente por desarrollar un tumor cerebral, incluso si no tiene ningún síntoma.
Las personas con trastorno de ansiedad por enfermedad también tienen más probabilidades de comunicarse con sus seres queridos o proveedores de atención médica para asegurarse. Es probable que una persona con nosofobia evite pensar en su salud o en la enfermedad subyacente que le preocupa, aunque este no es siempre el caso.
¿Qué lo causa?
Varios factores pueden contribuir a la nosofobia y, en muchos casos, no existe una causa subyacente clara.
Si alguien cercano a usted tiene una enfermedad grave y tiene complicaciones, es posible que le preocupe que le ocurra lo mismo. Esto es especialmente cierto si estás cuidando a esa persona.
Vivir un brote de enfermedad también puede contribuir a la nosofobia. En estos casos, puede estar inundado con imágenes de noticias sobre la enfermedad o escuchar constantemente de amigos o compañeros de trabajo.
En los últimos años, los expertos han sugerido que el fácil acceso a la información de salud en Internet también puede desempeñar un papel. Puede encontrar una lista detallada de síntomas y complicaciones asociadas con casi cualquier enfermedad en línea.
Esto se ha convertido en una causa tan común de ansiedad que incluso hay un término para ello: cibercondria.
También es más probable que desarrolle nosofobia si ya tiene ansiedad o antecedentes familiares.
¿Cómo se diagnostica?
La nosofoboia generalmente se diagnostica si la preocupación y la ansiedad sobre el desarrollo de una enfermedad dificultan la vida diaria o tienen un impacto negativo en la calidad de vida.
Si le preocupa que su ansiedad por las enfermedades pueda ser una fobia, haga una cita con su proveedor de atención médica. Pueden derivarlo a un especialista que tenga experiencia en el diagnóstico y tratamiento de fobias.
Si experimenta angustia relacionada con el miedo a una enfermedad, considere hablar con un terapeuta. En la terapia, puede comenzar a abordar su miedo y desarrollar estrategias para enfrentarlo.
Tratamiento
Si bien las fobias específicas no siempre requieren tratamiento, la nosofobia puede implicar el temor de ir a cualquier lugar donde pueda estar expuesto a una determinada enfermedad. Esto puede dificultar trabajar, ir a la escuela o atender otras necesidades.
La terapia puede ser muy útil para fobias específicas. Los dos tipos principales de terapia utilizados son la terapia de exposición y la terapia cognitiva conductual.
Terapia de exposición
Este enfoque lo expone a lo que le teme en el entorno seguro de la terapia. Su terapeuta comenzará ayudándole a desarrollar herramientas para lidiar con la ansiedad y la angustia que surgen cuando piensa en una enfermedad, como las técnicas de meditación o relajación.
Eventualmente, pasarás a confrontar algunos de estos miedos, usando las herramientas que has aprendido para ayudar a controlar tu ansiedad.
Esta exposición podría implicar ver noticias sobre brotes de enfermedades, leer sobre diferentes enfermedades o pasar tiempo con personas con la afección, si no es contagiosa.
Terapia cognitiva conductual (TCC)
Otra terapia útil es la TCC. Aunque su terapeuta puede incorporar un nivel de exposición en la terapia, la TCC se centra principalmente en enseñarle a reconocer y desafiar los pensamientos y miedos irracionales.
Cuando comienza a preocuparse por la enfermedad, puede detenerse y reconsiderar si su pensamiento es racional. Reenmarcar los pensamientos irracionales o angustiantes puede ayudar a mejorar la ansiedad.
Otro aspecto importante de la terapia para la nosofobia es ayudar a reducir su necesidad de buscar la seguridad de que no tiene una enfermedad específica. Un terapeuta puede ayudarlo a desarrollar mejores herramientas de afrontamiento en las que pueda confiar cuando tenga ganas de obtener la tranquilidad de los demás.
Medicamento
Si bien no existe un medicamento que trate específicamente las fobias específicas, ciertos medicamentos pueden reducir los síntomas de miedo y ansiedad y pueden ser útiles cuando se usan junto con la terapia.
Un prescriptor puede recetar betabloqueantes o benzodiacepinas para uso a corto plazo u ocasional:
- Los betabloqueantes ayudan a disminuir los síntomas físicos de ansiedad. Por ejemplo, pueden ayudarlo a mantener un ritmo cardíaco constante y evitar que su presión arterial aumente.
- Las benzodiacepinas son un tipo de sedante que puede ayudar con los síntomas de ansiedad. Pueden ser adictivos, por lo que no deben usarse durante mucho tiempo.
La línea de fondo
La enfermedad del miedo es natural, especialmente con toda la información que ahora está disponible sobre diferentes enfermedades en línea.
Si su preocupación por la enfermedad se enfoca en una enfermedad específica y comienza a afectar su vida diaria, su salud emocional o su capacidad de funcionar como lo haría normalmente, considere comunicarse con su proveedor de atención médica. Vivir con miedo extremo no es fácil, pero las fobias son muy tratables.