Perfeccionismo: que es y características principales

Contenido
- Principales características
- Tipos de perfeccionismo
- ¿Cuándo se convierte el perfeccionismo en un problema?
El perfeccionismo es un tipo de comportamiento caracterizado por el deseo de realizar todas las tareas de forma perfecta, sin admitir errores o resultados insatisfactorios para su estándar. La persona perfeccionista suele tener un alto nivel de exigencia para sí misma y los demás.
El perfeccionismo se puede clasificar en:
- Normal, adaptativo o saludable, cuando la persona tiene motivación y determinación para realizar bien las tareas;
- Neurótico, inadaptado o dañino, en el que la persona tiene un estándar muy alto de perfección, y muchas veces es necesario realizar la misma tarea varias veces porque piensa que no es perfecto, lo que puede generar frustración.
Aunque el perfeccionista no acepta los errores y, cuando ocurren, se siente frustrado, incapaz, angustiado o deprimido, ser perfeccionista no es necesariamente algo malo. Porque siempre quiere realizar sus tareas a la perfección, el perfeccionista suele ser muy centrado, disciplinado y decidido, características importantes para su vida personal y profesional.

Principales características
Las personas perfeccionistas suelen prestar mucha atención a los detalles, son extremadamente organizadas y enfocadas, buscando realizar las tareas con la mínima posibilidad de error. Estas características se consideran normales e incluso saludables para todas las personas, ya que interfieren positivamente en la vida personal y profesional. Sin embargo, cuando estas características van acompañadas de altos estándares de exigencia y autocrítica exacerbada, puede generar sentimientos de frustración y depresión.
Otras características del perfeccionista son:
- Mucha responsabilidad y determinación;
- Alto nivel de exigencia por parte de usted y de los demás;
- No admiten errores y fracasos, tienen dificultades para aceptar que cometieron errores y aprender de ellos, además de sentir culpa y vergüenza;
- Les resulta difícil trabajar en grupo, ya que no pueden creer en la capacidad de los demás;
- Siempre piensan que les falta algo, nunca satisfechos con el resultado obtenido;
- No se toma muy bien las críticas, pero suele criticar a los demás para demostrar que es mejor.
Las personas perfeccionistas tienen mucho miedo al fracaso, por eso se preocupan constantemente por las cosas y establecen un estándar muy alto de carga y, por tanto, cuando hay algún fallo o error, por pequeño que sea, acaban frustrados y con la sensación de incapacidad.
Tipos de perfeccionismo
Además de ser catalogado como saludable o nocivo, el perfeccionismo también se puede clasificar según los factores que influyeron en su desarrollo:
- Perfeccionismo personal, en el que la persona se cobra mucho, mostrando un comportamiento de excesiva preocupación para que todo sea perfecto. Este tipo de perfeccionismo se refiere a la forma en que una persona se ve a sí misma, es una autocrítica exacerbada;
- Perfeccionismo sociall, que se desencadena por el miedo a cómo será interpretado y reconocido por la gente y el miedo a fallar y ser rechazado, y este tipo de perfeccionismo se desencadena a menudo en niños que han sido muy demandados, elogiados o rechazados, esta forma de el niño sea aceptado por los padres, por ejemplo. Además, en el perfeccionismo social, la persona tiene dificultad para hablar o interactuar con los demás acerca de sus miedos o inseguridades precisamente por el miedo al juicio.
- Perfeccionismo dirigido, en el que la persona tiene muchas expectativas no solo sobre sí misma, sino también sobre los demás, lo que dificulta el trabajo en equipo y la adaptación a otras situaciones, por ejemplo.
El perfeccionismo también puede ser consecuencia de trastornos psicológicos, como la ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), por ejemplo.
¿Cuándo se convierte el perfeccionismo en un problema?
El perfeccionismo puede convertirse en un problema cuando la realización de cualquier tarea se vuelve agotadora y estresante debido al alto nivel de recaudación, la excesiva preocupación por los detalles y el miedo al fracaso. Además, el hecho de no estar nunca satisfecho con los resultados obtenidos puede generar sentimientos de angustia, frustración, ansiedad e incluso depresión, que en algunos casos pueden derivar en pensamientos suicidas.
Las personas perfeccionistas suelen tener muy presente la autocrítica, lo que puede ser muy perjudicial, ya que son incapaces de evaluar los aspectos positivos, solo los negativos, resultando en trastornos del estado de ánimo. Esto no solo se refleja en el desempeño de las tareas diarias, sino también en aspectos físicos, que pueden derivar en trastornos alimentarios, por ejemplo, ya que la persona piensa que siempre hay algo que mejorar en el cuerpo o en la apariencia, sin tener en cuenta cuenta los aspectos positivos.