Agua oxigenada (peróxido de hidrógeno): que es y para que sirve
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El peróxido de hidrógeno, conocido como peróxido de hidrógeno, es un antiséptico y desinfectante de uso local y se puede utilizar para limpiar heridas. Sin embargo, su rango de acción se reduce.
Esta sustancia actúa liberando lentamente oxígeno en la herida, matando las bacterias y otros microorganismos presentes en el sitio. Su acción es rápida y, si se usa correctamente, no es corrosivo ni tóxico.
El peróxido de hidrógeno es solo para uso externo y se puede encontrar en supermercados y farmacias.
Para que sirve
El peróxido de hidrógeno es un antiséptico y desinfectante, que se puede utilizar en las siguientes situaciones:
- Limpieza de heridas, a una concentración del 6%;
- Desinfección de manos, piel y mucosas, en combinación con otros antisépticos;
- Lavado de boquillas en caso de estomatitis aguda, a una concentración del 1,5%;
- Desinfección de lentes de contacto, a una concentración del 3%;
- Eliminación de cera, cuando se usa en gotas para los oídos;
- Desinfección de superficies.
Sin embargo, es importante que la persona sepa que esta sustancia no actúa contra todos los microorganismos y puede que no sea suficientemente eficaz en determinadas situaciones. Vea otros antisépticos y sepa para qué sirven y cómo deben usarse.
Preocuparse por
El peróxido de hidrógeno es muy inestable y, por lo tanto, debe mantenerse bien cerrado y protegido de la luz.
La solución debe aplicarse con cuidado, evitando la zona de los ojos, ya que puede provocar lesiones graves. Si esto sucede, lávese con abundante agua y acuda al médico inmediatamente.
Además, el peróxido de hidrógeno no debe ingerirse, ya que es solo para uso externo. En caso de ingestión accidental, debe acudir inmediatamente al servicio de urgencias.
Posibles efectos secundarios
El peróxido de hidrógeno debe usarse con precaución, ya que puede causar irritación si entra en contacto con los ojos y si se inhala, lo que puede causar irritación en la nariz y garganta. Puede causar hormigueo y blanqueamiento temporal de la piel y, si no se elimina, puede causar enrojecimiento y ampollas. Además, si la solución está demasiado concentrada, puede provocar quemaduras en las mucosas.
El peróxido de hidrógeno es solo para uso externo. Si se ingiere puede causar dolor de cabeza, mareos, vómitos, diarrea, temblores, convulsiones, edema pulmonar y shock.
Quién no debería usar
El peróxido de hidrógeno no debe ser utilizado por personas hipersensibles al peróxido de hidrógeno y no debe aplicarse en cavidades cerradas, abscesos o regiones donde no se puede liberar oxígeno.
Además, tampoco debe ser utilizado por mujeres embarazadas o lactantes, sin consejo médico.