Las 6 secuelas más comunes del accidente cerebrovascular

Contenido
- 1. Dificultad para mover el cuerpo
- 2. Cambios en la cara
- 3. Dificultad para hablar
- 4. Incontinencia urinaria y fecal
- 5. Confusión y pérdida de memoria
- 6. Depresión y sentimientos de rebelión
- ¿Cómo es la recuperación después de un accidente cerebrovascular?
Después de sufrir un derrame cerebral, la persona puede tener varias secuelas leves o graves, según la región del cerebro afectada, así como el tiempo que esa región estuvo sin recibir sangre. La secuela más común es la pérdida de fuerza, que puede terminar provocando dificultad para caminar o hablar, que son consecuencias que pueden ser pasajeras o permanecer de por vida.
Para reducir las limitaciones provocadas por un ictus, puede ser necesario someterse a fisioterapia, logopedia y estimulación cognitiva con la ayuda de un fisioterapeuta, logopeda o enfermero para ganar más autonomía y recuperarse, ya que inicialmente la persona puede ser mucho más dependiente de otra persona para realizar las tareas cotidianas, como bañarse o comer.

La siguiente es una lista de las secuelas más comunes en personas que han sufrido un derrame cerebral:
1. Dificultad para mover el cuerpo
La dificultad para caminar, acostarse o sentarse se produce debido a la pérdida de fuerza, músculo y equilibrio de un lado del cuerpo, con el brazo y la pierna de un lado del cuerpo paralizados, situación conocida como hemiplejía.
Además, la sensibilidad del brazo o la pierna afectados también puede disminuir, aumentando el riesgo de que la persona se caiga y se lesione.
2. Cambios en la cara
Después de un derrame cerebral, la cara puede volverse asimétrica, con la boca torcida, la frente sin arrugas y los ojos caídos en un solo lado de la cara.
Algunas personas también pueden tener dificultad para tragar alimentos, ya sean sólidos o líquidos, lo que se conoce como disfagia, lo que aumenta el riesgo de asfixia. Por tanto, es necesario adaptar la comida a la capacidad de cada persona para comer, preparando pequeños alimentos blandos o utilizando espesantes para mejorar la consistencia de las comidas. Además, la persona puede ver y oír peor desde el lado que tiene los cambios.
3. Dificultad para hablar
A muchas personas les resulta difícil hablar, tener un tono de voz muy bajo, no poder decir algunas palabras por completo o incluso perder completamente la capacidad de hablar, lo que dificulta la interacción con familiares y amigos.
En estos casos, si la persona sabe escribir, se puede dar preferencia a la comunicación escrita. Además, muchas personas acaban desarrollando el lenguaje de señas para poder comunicarse con los más cercanos.
4. Incontinencia urinaria y fecal
La incontinencia urinaria y fecal es frecuente, ya que la persona puede perder sensibilidad para identificar cuando le apetece ir al baño, y se recomienda llevar pañal para estar más cómoda.

5. Confusión y pérdida de memoria
La confusión después de un accidente cerebrovascular también es una secuela relativamente frecuente. Esta confusión incluye comportamientos como tener dificultad para comprender órdenes simples o reconocer objetos familiares, sin saber para qué sirven ni cómo se usan.
Además, dependiendo de la región del cerebro afectada, algunas personas también pueden sufrir pérdida de memoria, lo que acaba dificultando la capacidad de la persona para orientarse en el tiempo y el espacio.
6. Depresión y sentimientos de rebelión
Las personas que han tenido un ictus tienen un mayor riesgo de desarrollar depresión severa, que puede ser causada por algún cambio hormonal influenciado por el daño cerebral, pero también por la dificultad de vivir con las limitaciones impuestas por el ictus.
¿Cómo es la recuperación después de un accidente cerebrovascular?
Para reducir las limitaciones que provoca el ictus y recuperar algún daño provocado por la enfermedad, es fundamental tratar con un equipo multidisciplinar, incluso tras el alta hospitalaria. Algunas terapias que se pueden utilizar son:
- Sesiones de fisioterapia con un fisioterapeuta especializado para ayudar al paciente a recuperar el equilibrio, la forma y el tono muscular, pudiendo caminar, sentarse y acostarse solo.
- Estimulación cognitiva con terapeutas ocupacionales y enfermeras que realizan juegos y actividades para reducir la confusión y el comportamiento inapropiado;
- Terapia del lenguaje con logopedas para recuperar la capacidad de expresarse.
El tratamiento debe iniciarse lo antes posible estando aún en el hospital y mantenerse en clínicas de rehabilitación o en casa, y debe realizarse diariamente para que la persona pueda recuperar una mayor independencia y ganar más calidad de vida.
La duración de la estancia en el hospital depende de la gravedad del accidente cerebrovascular, sin embargo, en la mayoría de los casos, es al menos una semana en el hospital y se puede mantener durante otro mes en una clínica de rehabilitación. Además, en casa es necesario seguir haciendo el tratamiento para reducir las consecuencias a largo plazo.