Cómo ser dueño de tu temperamento corto y mantener el control
Contenido
- Qué mal genio se ve
- Cómo te afecta
- Cómo mantener el control
- Practica la atención plena
- Reenfoca tu energía
- Llegar a las manos
- Use una tabla de humor diaria
- Cuando obtener ayuda
- Encuentra ayuda ahora
- La línea de fondo
Te encuentras atrapado en el tráfico cuando un conductor apresurado te interrumpe. Antes de que te des cuenta, tu presión arterial se ha disparado y impulsivamente gritas una obscenidad por la ventana.
Este tipo de escenario le sucede a todos en algún momento. Sin embargo, los arrebatos frecuentes que aumentan rápidamente pueden ser una señal de que estás lidiando con un mal genio.
Probablemente esté al menos algo consciente de cómo su mal genio afecta a quienes lo rodean. Pero ser rápido para la ira también puede afectar tú de manera sorprendente y afecta tu salud.
Afortunadamente, los ánimos cortos no tienen que ser duraderos.
Qué mal genio se ve
El primer paso para controlar un mal genio es aprender a reconocer los síntomas. Estos episodios de ira generalmente aparecen con poca o ninguna advertencia.
Tienden a tener síntomas que son tanto físicos como psicológicos, como:
- ira en forma de gritos y gritos
- irritabilidad crónica
- palpitos del corazon
- pensamientos acelerados
- pérdida de control
Cómo te afecta
Un mal genio puede afectarlo de varias maneras. Según un estudio de 2010, también puede contribuir a que sea más propenso al uso de sustancias y a exagerar en la cafeína.
La ira descontrolada también desencadena la respuesta de lucha o huida de nuestro cuerpo, que incluye la liberación de hormonas del estrés.
Esta inundación frecuente de hormonas del estrés puede eventualmente causar problemas de salud a largo plazo que incluyen:
- insomnio
- hipertensión
- dolores de cabeza y problemas estomacales
- depresión
- ansiedad
- infarto de miocardio
- carrera
Cómo mantener el control
Aferrarse a la ira agota rápidamente su energía y puede hacer que todo en su vida parezca sombrío.
Las siguientes estrategias pueden ayudarlo a controlar mejor su temperamento.
Practica la atención plena
Incorporar la atención plena en su rutina habitual puede ayudarlo a comprender y controlar mejor la reactividad que a menudo genera un mal genio.
La próxima vez que sienta que su temperamento aumenta, intente este ejercicio:
- Encuentre una habitación tranquila y un lugar cómodo para sentarse.
- Cierra los ojos y nota que la sensación física de ira viaja a través de tu cuerpo, ya sea a través de tu ritmo cardíaco rápido o tu mandíbula apretada.
- Inhale profundamente y permita que todos los pensamientos de ira se liberen mientras exhala.
- Repita de 2 a 3 veces al día o cada vez que comience a sentir enojo.
Reenfoca tu energía
Piensa en algunas estrategias concretas para lidiar con situaciones que sabes que desencadenarán tu temperamento.
Si sabe que su viaje diario tiende a desanimarlo, por ejemplo, reserve un tiempo para concentrarse en opciones alternativas. Despertarse más temprano para tomar un tren más vacío o compartir el viaje con un compañero de trabajo puede marcar la diferencia.
Incluso si no resuelve la situación de inmediato, centrar su atención en la resolución de problemas puede darle una mayor sensación de control y evitar que explote.
Llegar a las manos
Cuando empiece a sentir que su sangre hierve, trabaje con una sesión de ejercicio. Sal a correr rápido, practica un deporte que te acelere el corazón o nada unas vueltas en la piscina del vecindario.
La actividad física regular es una forma efectiva de aumentar el autocontrol y de calmar inmediatamente la mente y el cuerpo.
Use una tabla de humor diaria
Realice un seguimiento de los episodios de ira e irritabilidad manteniendo un registro diario de su estado de ánimo. Puede hacerlo en una computadora portátil o incluso descargar una de las innumerables aplicaciones de seguimiento del estado de ánimo disponibles para su teléfono.
Para tener una idea más clara de su estado de ánimo, intente también tomar nota de su consumo de cafeína u otras sustancias, la calidad del sueño, las situaciones o conversaciones estresantes y cualquier emoción subyacente como el miedo o la decepción.
Cuando obtener ayuda
Un mal genio también puede ser un signo de una afección subyacente, como depresión o trastorno explosivo intermitente (IED), que se caracteriza por un comportamiento impulsivo y agresivo.
Si tu ira se ha vuelto abrumadora o te está haciendo daño a ti mismo o a quienes te rodean, es hora de buscar ayuda profesional.
Aquí hay algunos signos a tener en cuenta:
- violencia física, como abofetear, empujar o empujar
- perforar paredes, romper placas o dañar propiedades
- asalto o violencia doméstica
- amenazas
- autolesiones o pensamientos suicidas
Llegar a un experto en salud mental puede proporcionar el tratamiento adecuado y ayudarlo a encontrar formas de controlar la ira explosiva. Un psiquiatra también puede recomendar medicamentos para la ansiedad o la depresión.
Encuentra ayuda ahora
Si está considerando suicidarse o tiene pensamientos de hacerse daño:
- Llame a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 800-273-8255. Está a su disposición las 24 horas, los 7 días de la semana.
- Llame al 911 o a los servicios locales de emergencia.
- Visite la sala de emergencias más cercana.
- Envíe un mensaje de texto a la línea de texto de crisis enviando un mensaje de texto con "HOME" al 741-741.
Hablar con especialistas también puede ayudarlo a encontrar los recursos de su estado para el tratamiento si no tiene seguro de salud.
Si estás con alguien que está expresando enojo al volverse violento o abusivo, tu seguridad puede estar en riesgo. Retírate de la situación. Proteger su propia seguridad es su primera prioridad. Comuníquese con la línea directa nacional de violencia doméstica al 800-799-7233 para obtener apoyo adicional.
La línea de fondo
Tener un temperamento de vez en cuando es una parte normal de ser humano. Sin embargo, cuando la ira se produce al caer un alfiler, puede causar caos en sus relaciones, salud y bienestar general.
Cindy Lamothe es periodista independiente con sede en Guatemala. A menudo escribe sobre las intersecciones entre la salud, el bienestar y la ciencia del comportamiento humano. Ha escrito para The Atlantic, New York Magazine, Teen Vogue, Quartz, The Washington Post y muchos más. Encontrarla en cindylamothe.com.