¿Qué es el síndrome de vejiga dolorosa y cómo se realiza el tratamiento?
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El síndrome de vejiga dolorosa, también conocido como cistitis intersticial, se caracteriza por una inflamación crónica de la pared de la vejiga, que puede provocar síntomas como dolor pélvico, urgencia de orinar, aumento de la micción y dolor durante las relaciones sexuales.
Este síndrome puede ser causado por infecciones, enfermedades autoinmunes u otras afecciones, y el tratamiento generalmente consiste en el uso de medicamentos, cambios en la dieta y el estilo de vida y la adopción de ciertas medidas. En casos más raros, puede ser necesaria una cirugía.
Que sintomas
Los síntomas que pueden presentarse en personas con síndrome de vejiga dolorosa son dolor pélvico, urgencia de orinar, aumento de la micción y necesidad de despertarse por la noche para orinar. En algunos casos, la mujer también puede experimentar dolor durante las relaciones sexuales y dolor en la vagina, que empeora durante el período menstrual, y en los hombres puede haber dolor o malestar en el pene y el escroto.
Posibles Causas
Las causas de este síndrome aún no se conocen, pero se cree que puede estar relacionado con el desarrollo de infecciones bacterianas, que es una de las principales causas, enfermedades autoinmunes, inflamación neurogénica y permeabilidad epitelial alterada.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento del síndrome de vejiga dolorosa consiste en alterar los malos hábitos alimenticios, que pueden contribuir a mitigar los síntomas desencadenados por alimentos muy ácidos, picantes y ricos en potasio. Además, la práctica de ejercicio físico, la reducción del estrés, la realización de baños calientes, la reducción de cafeína, bebidas alcohólicas y el uso de cigarrillos también contribuyen a mitigar los síntomas.
La fisioterapia puede ayudar a relajar los músculos del suelo pélvico en personas que sufren espasmos.
El tratamiento farmacológico puede consistir en el uso de algunos de los siguientes medicamentos:
- Analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos y, en casos más graves o cuando la persona no puede tomar AINE, el médico puede recetar opioides para aliviar el dolor;
- Dimetilsulfóxido, que se puede aplicar directamente a la vejiga;
- Ácido hialurónico, que se utiliza para restaurar la barrera protectora del tejido que recubre gran parte del tracto urinario;
- Amitriptilina, que es un antidepresivo tricíclico eficaz en el tratamiento del dolor crónico;
- Cimetidina, que también ayuda a aliviar los síntomas;
- Hidroxicina u otro antihistamínico,se utiliza cuando la inflamación es de causa alérgica;
- Polisulfato de sodio de pentosana, que actúa para restaurar la capa de glicosaminoglicanos.
En última instancia, si ninguna de estas opciones de tratamiento es eficaz, puede ser necesaria una cirugía.