¿Qué puede llevar a los adolescentes a intentar suicidarse?
Contenido
- 1. Depresión
- 2. Problemas amorosos o familiares
- 3. Uso de drogas o alcohol
- 4. Acoso
- 5. Trauma emocional
- Cómo evitar el suicidio
El suicidio adolescente se define como el acto de un joven, entre 12 y 21 años, que se quita la vida. En algunos casos, el suicidio puede ser el resultado de las transformaciones e innumerables conflictos internos que ocurren en la adolescencia y, por tanto, existe un mayor riesgo de depresión, trastorno bipolar y la juventud cediendo a presiones impuestas por otros o por la sociedad.
La conducta suicida se divide en 3 fases: pensar en el suicidio, intento de suicidio y consumación del suicidio. El joven que piensa en quitarse la vida, cree que no hay soluciones a sus problemas y, por lo general, muestra signos de un desequilibrio emocional, que puede pasar desapercibido para familiares y amigos, debido a las características de la adolescencia, por ejemplo. Vea cuáles son estos signos que pueden indicar el riesgo de suicidio.
Algunos factores que favorecen los pensamientos y los intentos de suicidio durante la adolescencia incluyen:
1. Depresión
La depresión es la principal causa de suicidio adolescente. El joven deprimido prefiere estar solo que salir con amigos y puede tener sentimientos como la tristeza y la soledad, que favorecen los pensamientos y la planificación del suicidio. No tener un buen amigo o novio con quien hablar, que sea capaz de mostrar comprensión y comprender sus dificultades, hace la vida más pesada y más difícil de soportar.
Que hacer: Buscar la ayuda de un psicólogo, psiquiatra o incluso grupos de autoayuda es importante para comenzar a tratar la depresión, ya que le permite al adolescente hablar sobre sus sentimientos, buscar estrategias para aliviar el dolor y salir de la depresión. En algunos casos, el psiquiatra también puede recetar medicamentos.
2. Problemas amorosos o familiares
Problemas familiares como la pérdida de los padres, la separación, las peleas y discusiones frecuentes, no tener espacio en casa para expresar sus emociones o no sentirse amado y comprendido por la pareja en la relación, son factores que aumentan la angustia y el dolor que siente el adolescente, llevándolo a pensar en el suicidio.
Como resolver: Encontrar tiempo para hablar tranquila y reflexivamente y proporcionar un ambiente equilibrado en el hogar o en una relación amorosa puede ayudar a los jóvenes a sentirse mejor. Más importante que señalar los errores del otro, es expresar los sentimientos con calma y sin juzgar, mostrando al mismo tiempo que quieres ser entendido.
3. Uso de drogas o alcohol
El alcoholismo y el consumo de drogas también favorecen el suicidio. El uso de estas sustancias en exceso, ya indica que el joven no es capaz de resolver conflictos internos, y que puede estar viviendo un momento de angustia o frustración. Además, la acción de estas sustancias en el cerebro cambia las funciones cerebrales, el estado de conciencia y el pensamiento, favoreciendo ideas autodestructivas.
Cómo parar: En caso de adicción lo más indicado es buscar tratamiento contra la dependencia química, pero si el uso de estas sustancias es esporádico o reciente, puede ser posible dejar de consumirlas, sin necesidad de hospitalización. Dedicar tiempo a las actividades al aire libre puede ayudar a distraer la mente, pero lo más importante es que el joven decida que ya no quiere consumir drogas ni beber alcohol. Además, buscar un buen amigo para desahogarse cuando se sienta triste o deprimido también puede ayudar.
4. Acoso
LA acoso Ocurre cuando otras personas denigran la imagen o incluso atacan físicamente a la víctima que se siente desamparada, siendo esta una situación común en la infancia y adolescencia, aunque es un delito.
Cómo resolver: Informar a los responsables sobre la acoso y encontrar juntos una estrategia para evitar que esto suceda. Saber que es acoso y sus consecuencias.
5. Trauma emocional
Haber sido víctima de abuso o maltrato sexual son factores que favorecen los pensamientos suicidas, porque la persona se siente atrapada por los problemas y no puede afrontar el dolor que siente a diario. Con el tiempo, el dolor no disminuye y la persona se angustia y se deprime, lo que favorece los pensamientos suicidas, porque la persona puede sentir que quitarse la vida es la mejor solución para resolver el problema.
Cómo lidiar con el dolor: Los traumas emocionales deben ser tratados con el acompañamiento del psiquiatra, con remedios calmantes para dormir mejor. La participación en grupos de apoyo de autoayuda también es una gran ayuda para detener el dolor emocional e incluso físico. Escuchar las historias de otras personas que han pasado por la misma situación y realizar las tareas que están indicadas en estos grupos, también forma parte del tratamiento para superar el trauma. Vea las consecuencias y cómo lidiar con el abuso sexual.
Además, las personas que han tenido casos de suicidio en la familia, que han intentado quitarse la vida, las niñas que quedaron embarazadas en la adolescencia y los jóvenes con dificultades escolares también tienen más probabilidades de pensar en el suicidio.
Otro factor que no se debe ignorar es que escuchar sobre el tema en televisión, radio o redes sociales también influye y acaba favoreciendo a las personas susceptibles al suicidio, pues empiezan a pensar en ello como una forma de solucionar sus problemas de la misma forma.
Cómo evitar el suicidio
Para evitar pensamientos y planes de suicidio en los jóvenes, es importante estar atento a las señales que puedan indicar que la persona está pensando en quitarse la vida.Cambios repentinos de humor, agresividad, depresión y uso de frases como: 'Estoy pensando en suicidarme; el mundo estaría mejor sin mí, o todo se resolvería si yo ya no estuviera aquí ”también sirven de advertencia.
Pero con solo identificar estos signos no es suficiente, por eso es muy importante buscar ayuda profesional, con un psicólogo o psiquiatra para definir estrategias para dejar de pensar en quitarse la vida.
Fortalecer el vínculo emocional con la familia, los amigos y con una comunidad de fe como la iglesia, por ejemplo, puede ayudar a tener relaciones interpersonales más satisfactorias y aumentar la percepción de apoyo, mejorando así el bienestar y la calidad de vida del joven. .
Si cree que no hay nadie que pueda ayudar, puede comunicarse con el centro de soporte vital llamando al 141, que está disponible las 24 horas del día.