¿Cuida a un niño con FQ? 7 consejos que pueden ayudar
Contenido
- Haga un hábito de la terapia de limpieza de las vías respiratorias
- Evita los gérmenes infecciosos
- Manténgase al tanto de los chequeos médicos
- Abastecerse de bocadillos simples
- Trabaje con la escuela de su hijo
- Involucre a su hijo en su cuidado
- Muéstrate un poco de amor
- La comida para llevar
¿Tiene un hijo con fibrosis quística (FQ)? Manejar una condición de salud compleja como la FQ puede ser un desafío. Hay pasos proactivos que puede tomar para ayudar a proteger la salud de su hijo. Al mismo tiempo, también es importante cuidar su propia salud.
Exploremos siete estrategias que pueden resultar útiles.
Haga un hábito de la terapia de limpieza de las vías respiratorias
Para ayudar a limpiar los pulmones de su hijo, un médico puede enseñarle cómo realizar la terapia de limpieza de las vías respiratorias. Es probable que le animen a realizar al menos una sesión de esta terapia por día.
Para que sea un poco más fácil para su hijo, podría ser útil:
- programe su sesión de terapia para que coincida con el programa de televisión favorito de su hijo, para que pueda verlo mientras recibe el tratamiento
- Agregue un elemento de competencia ligera a su sesión de terapia, por ejemplo, al ver quién puede toser con la tos más profunda.
- Desarrolle un ritual en el que lea un libro favorito, juegue un juego favorito o disfrute de otro regalo especial después de cada sesión.
También puede ser útil programar sus sesiones de terapia a la misma hora todos los días, para que usted y su hijo adquieran el hábito de convertirlo en una prioridad.
Evita los gérmenes infecciosos
Los niños con FQ tienen un mayor riesgo de contraer infecciones pulmonares. Para ayudar a mantener seguro a su hijo, tome medidas como las que se enumeran a continuación para reducir el riesgo de infección en su hogar:
- Mantenga a su hijo y a los demás miembros del hogar al día con las vacunas, incluida la vacuna contra la gripe.
- Anime a su hijo y a otros miembros del hogar a que se laven las manos con agua y jabón antes de comer y después de toser, estornudar o sonarse la nariz.
- Enséñele a su hijo y a los demás miembros del hogar a evitar compartir artículos personales, como botellas de agua.
- Si otro miembro de su hogar se enferma, pídale que se mantenga alejado de su hijo con FQ.
Estas sencillas estrategias de prevención podrían marcar una gran diferencia en la salud de su hijo.
Manténgase al tanto de los chequeos médicos
El médico de su hijo y otros profesionales de la salud pueden brindarle la información y el apoyo que tanto necesita. Pueden recetar tratamientos para controlar los síntomas de su hijo y controlarlos para detectar signos de complicaciones.
Para estar al tanto de las necesidades de salud de su hijo, es importante programar chequeos médicos regulares con su médico y seguir su plan de tratamiento recomendado. Hacer tiempo para las citas médicas no siempre es fácil o conveniente, pero puede ahorrarle dolor a usted y a su hijo a largo plazo.
Pregúntele a su médico con qué frecuencia debe visitarlos. Si pierde una cita, vuelva a programarla de inmediato.
Abastecerse de bocadillos simples
Los niños con FQ necesitan comer más calorías que el niño promedio. Para hacer la vida un poco más fácil, abastecerse de bocadillos que sean fáciles de tomar y ricos en calorías, proteínas y grasas saludables para el corazón.
Por ejemplo, considere tener a mano algunos de los siguientes alimentos:
- granola con nueces
- mezcla de frutos secos
- mantequilla de nueces
- barras de proteína
- bebidas de suplemento nutricional
Trabaje con la escuela de su hijo
Comuníquese constantemente con la escuela de su hijo para desarrollar un plan que se adapte a sus necesidades de salud. Por ejemplo, puede pedirle a su escuela que:
- darles tiempo y privacidad para realizar la terapia de limpieza de las vías respiratorias
- déjalos tomar medicación
- ajustar las reglas de asistencia para que puedan acudir a las citas médicas
- Proporcionar extensiones y ayudarlos a ponerse al día con las lecciones y tareas que pierden debido a citas médicas o enfermedad.
Si la escuela de su hijo no está dispuesta a adaptarse a sus necesidades, podría ser el momento de explorar sus opciones legales. En los Estados Unidos, las escuelas primarias y secundarias públicas están obligadas por ley a brindar educación accesible a los niños con discapacidades.
Involucre a su hijo en su cuidado
Para preparar a su hijo para una vida independiente, es importante enseñarle habilidades de autogestión. A medida que envejecen y asumen más responsabilidad por su cuidado, esto puede ayudar a aligerar su carga.
Puede comenzar temprano, enseñándole a su hijo información básica sobre su afección, cómo hablar con otras personas al respecto y estrategias simples para mantenerse seguro, como lavarse las manos. Cuando cumplen los 10 años, muchos niños pueden montar su propio equipo terapéutico. Para cuando llegan a la escuela secundaria, muchos son lo suficientemente maduros como para asumir la responsabilidad principal de almacenar, transportar y tomar los medicamentos, así como de desinfectar su equipo.
Muéstrate un poco de amor
Para evitar el agotamiento, es importante practicar hábitos saludables y tomarse un tiempo para usted. Trate de dormir de siete a nueve horas por noche, coma una dieta bien balanceada y haga ejercicio con regularidad. Programa tiempo en tu calendario para socializar con tus seres queridos y participar en actividades que disfrutes.
Para ayudar a limitar el estrés de la prestación de cuidados, también podría ayudar:
- pedir y aceptar ayuda de otros
- establezca expectativas realistas para usted y respete sus límites
- unirse a un grupo de apoyo para cuidadores de personas con FQ
- busque otros servicios de cuidado en su comunidad
Si le resulta difícil controlar sus niveles de estrés, programe una cita con su médico. Es posible que lo deriven a un profesional de la salud mental u otros servicios de apoyo.
La comida para llevar
La FQ afecta muchos aspectos de la vida de su hijo, así como los hábitos diarios de su familia. Sin embargo, mantenerse al día con los chequeos médicos de su hijo y seguir el plan de tratamiento recomendado puede ayudar a mantener sus síntomas bajo control. Desarrollar hábitos saludables en el hogar, una buena relación de trabajo con la escuela de su hijo y un plan sólido de cuidado personal también pueden ayudarlo a mantenerse al tanto de las necesidades de salud de su hijo.