Cómo se realiza el tratamiento del accidente cerebrovascular
Contenido
- 1. Tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico
- 2. Tratamiento del accidente cerebrovascular hemorrágico
- ¿Cómo es la recuperación del accidente cerebrovascular?
- Rehabilitación para reducir las consecuencias
El tratamiento del ictus debe iniciarse lo antes posible y, por tanto, es importante saber identificar los primeros síntomas para llamar de inmediato a una ambulancia, ya que cuanto antes se inicie el tratamiento, menor es el riesgo de secuelas como parálisis o dificultad para hablar. Vea aquí qué signos pueden indicar un derrame cerebral.
Así, el tratamiento puede ser iniciado por el médico ya en la ambulancia camino al hospital, con remedios como antihipertensivos para estabilizar la presión arterial y los latidos del corazón, uso de oxígeno para facilitar la respiración, además de controlar los signos vitales, como forma de restaurar el flujo sanguíneo al cerebro.
Después del tratamiento inicial, se debe identificar el tipo de ictus, mediante pruebas como la tomografía y la resonancia, ya que esto influye en los siguientes pasos del tratamiento:
1. Tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico
El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un coágulo bloquea el paso de sangre en uno de los vasos del cerebro. En estos casos, el tratamiento puede incluir:
- Medicamentos en tabletas, como AAS, Clopidogrel y Simvastatin: utilizados en casos de sospecha de ictus o isquemia transitoria, ya que son capaces de controlar el crecimiento del coágulo y prevenir la obstrucción de los vasos cerebrales;
- Trombólisis realizada con inyección de APt: es una enzima que debe administrarse solo cuando el ictus isquémico ya está confirmado con tomografía, y debe usarse en las primeras 4 horas, ya que destruye rápidamente el coágulo, mejorando la circulación sanguínea hacia la zona afectada;
- Cateterismo cerebral: en algunos hospitales, como alternativa a la inyección de APt, es posible insertar un tubo flexible que va desde la arteria de la ingle hasta el cerebro para intentar eliminar el coágulo o inyectar medicamentos anticoagulantes en el sitio. Obtenga más información sobre el cateterismo cerebral;
- Control de la presión arterial con fármacos antihipertensivos, como captopril: se realiza en los casos en que la presión arterial es alta, para evitar que esta presión alta empeore la oxigenación y la circulación sanguínea en el cerebro;
- Supervisión: se deben vigilar y controlar los signos vitales de la persona que ha sufrido un ictus, observando los latidos del corazón, la presión, la oxigenación sanguínea, la glucemia y la temperatura corporal, manteniéndolos estables, hasta que la persona muestre alguna mejoría, porque si están fuera de control, puede producirse un empeoramiento del ictus y las secuelas provocadas.
Después de un accidente cerebrovascular, la cirugía de descompresión cerebral está indicada en los casos en que el cerebro tiene una gran inflamación, lo que aumenta la presión intracraneal y puede causar riesgo de muerte. Esta cirugía se realiza mediante la extracción, durante un período, de parte del hueso del cráneo, que se reemplaza cuando la hinchazón desaparece.
2. Tratamiento del accidente cerebrovascular hemorrágico
Los casos de accidente cerebrovascular hemorrágico surgen cuando una arteria cerebral pierde sangre o se rompe, como ocurre con un aneurisma o debido a picos en la presión arterial alta, por ejemplo.
En estos casos, el tratamiento se realiza controlando la presión arterial, como los antihipertensivos, además del uso de un catéter de oxígeno y monitorización de constantes vitales para que el sangrado se controle más rápidamente.
En los casos más graves, donde hay una rotura completa de la arteria y es difícil detener el sangrado, puede ser necesaria una cirugía cerebral de emergencia para encontrar el sitio del sangrado y corregirlo.
En casos de accidente cerebrovascular hemorrágico mayor, también se puede realizar una cirugía de descompresión cerebral, ya que es común experimentar irritación e hinchazón del cerebro debido al sangrado.
¿Cómo es la recuperación del accidente cerebrovascular?
Generalmente, luego de controlar los síntomas del ictus agudo, se requiere una estancia hospitalaria de unos 5 a 10 días, que varía según el estado clínico de cada persona, para ser observado, con el fin de asegurar una recuperación inicial y evaluar las consecuencias que resultado del accidente cerebrovascular.
Durante este período, el médico puede comenzar a usar medicamentos o adaptar la medicación del paciente, recomendando el uso de un antiagregante o anticoagulante, como Aspirina o Warfarina, en caso de un ictus isquémico, o retirar el anticoagulante en caso de ictus hemorrágico, por ejemplo.
Además, se pueden necesitar medicamentos para controlar mejor la presión arterial, la glucosa en sangre, el colesterol, por ejemplo, para reducir el riesgo de nuevos episodios de accidente cerebrovascular.
Pueden quedar algunas secuelas, como dificultad para hablar, disminución de la fuerza en un lado del cuerpo, cambios para tragar alimentos o para controlar la orina o las heces, además de cambios en el razonamiento o la memoria. El número y la gravedad de las secuelas varían según el tipo de accidente cerebrovascular y la ubicación del cerebro afectada, así como la capacidad de recuperación de la persona. Comprender mejor las posibles complicaciones del accidente cerebrovascular.
Rehabilitación para reducir las consecuencias
Después de un accidente cerebrovascular, la persona necesita realizar una serie de procesos de rehabilitación para acelerar la recuperación y reducir las consecuencias. Las principales formas de rehabilitación son:
- Fisioterapia: la fisioterapia ayuda a fortalecer los músculos, para que la persona sea capaz de recuperar o mantener los movimientos corporales, mejorando su calidad de vida. Vea cómo se realiza la fisioterapia después de un accidente cerebrovascular.
- Terapia ocupacional: es un área que ayuda al paciente y su familia a encontrar estrategias para reducir los efectos de las secuelas del ictus en el día a día, a través de ejercicios, adaptación de la casa, baño, además de actividades para mejorar el razonamiento y los movimientos;
- Terapia del lenguaje: este tipo de terapia ayuda a recuperar el habla y la deglución en pacientes que han tenido esta zona afectada por un ictus;
- Nutrición: después de un ictus, es importante que la persona tenga una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales que nutran el vaso y de forma saludable, para evitar la desnutrición o un nuevo ictus. En algunos casos en los que sea necesario utilizar una sonda para alimentarse, el nutricionista calculará la cantidad exacta de alimento y te enseñará cómo prepararlo.
El apoyo familiar es fundamental en este período de recuperación de un ictus, tanto para ayudar con actividades que la persona ya no es capaz de realizar, como de apoyo emocional, ya que algunas limitaciones pueden resultar frustrantes y provocar un sentimiento de impotencia y tristeza. Aprenda a ayudar a alguien que tiene dificultades para comunicarse.