Trombofilia en el embarazo: que es, síntomas y tratamiento
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La trombofilia en el embarazo se caracteriza por un mayor riesgo de coágulos sanguíneos, que pueden conducir a la aparición de trombosis, ictus o embolia pulmonar, por ejemplo. Esto se debe a que las enzimas sanguíneas responsables de la coagulación dejan de funcionar correctamente, lo que puede suceder debido a varios factores, incluido el embarazo.
El embarazo es un factor de riesgo para el desarrollo de eventos tromboembólicos, que pueden causar síntomas como hinchazón, cambios en la piel, desprendimiento de placenta, preeclampsia, cambios en el crecimiento fetal, aparición de un parto prematuro o incluso un aborto espontáneo.
Por ello, es importante realizar un tratamiento adecuado, que implica el uso de fármacos anticoagulantes, para evitar la aparición de complicaciones durante el embarazo y prevenir el sangrado durante el parto. Obtenga más información sobre la trombofilia.
Síntomas principales
La mayoría de los casos de trombofilia en el embarazo no dan lugar a la aparición de signos o síntomas, sin embargo, algunas mujeres pueden experimentar:
- Hinchazón que ocurre repentinamente;
- Cambios en la piel;
- Cambios en el crecimiento del bebé;
- Falta de aire o dificultad para respirar, que pueden indicar embolia pulmonar;
- Aumento de la presión arterial.
Además, como consecuencia de la trombofilia existe un mayor riesgo de desprendimiento de placenta, parto prematuro y aborto, sin embargo esta complicación es más frecuente en mujeres que previamente han tenido abortos, han tenido preeclampsia, tienen más de 35 años, índice con una masa corporal superior a 30 y fuma con frecuencia.
En estos casos, antes de quedar embarazada, el ginecólogo puede indicar la realización de análisis de sangre que permitan verificar si la coagulación está sucediendo de forma normal, si hay algún cambio y cuál sería ese cambio. De esa forma, es posible planificar mejor el embarazo y prevenir complicaciones.
Causas de la trombofilia en el embarazo.
El embarazo induce un estado fisiológico de hipercoagulabilidad e hipofibrinólisis, que generalmente protege a la gestante del sangrado asociado al parto, sin embargo este mecanismo puede contribuir al desarrollo de trombofilia, lo que aumenta el riesgo de trombosis venosa y complicaciones obstétricas.
El riesgo de trombosis en mujeres embarazadas es de 5 a 6 veces mayor que en mujeres no embarazadas, sin embargo, existen otros factores que aumentan la probabilidad de desarrollar una trombosis relacionada con el embarazo, como tener antecedentes de trombosis venosa, tener una enfermedad avanzada. edad materna, padecer obesidad, o sufrir algún tipo de inmovilización, por ejemplo.
Como se hace el tratamiento
Generalmente, el tratamiento y prevención de la tromboembolia venosa en el embarazo consiste en administrar aspirina a una dosis de 80 a 100 mg / día, que actúa inhibiendo la agregación plaquetaria. Aunque este fármaco está contraindicado durante el embarazo, especialmente en el último trimestre, ya que presenta un riesgo para el bebé, los beneficios de su uso superan los posibles riesgos y, por tanto, puede ser recomendado por el médico.
Además, la heparina inyectable, como la enoxaparina, es un anticoagulante muy utilizado para la trombofilia en el embarazo y es un medicamento seguro porque no atraviesa la barrera placentaria. La enoxaparina debe administrarse diariamente, por vía subcutánea, y puede ser aplicada por la propia persona.
El tratamiento debe realizarse incluso después del parto, durante aproximadamente 6 semanas.