3 reglas alimentarias que puedes aprender de los niños franceses
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Es posible que desee emular el estilo perfectamente imperfecto de las mujeres francesas, pero para consejos alimenticios, busque a sus hijos. Representantes de ciudades de EE. UU. Viajaron recientemente a Francia para obtener algunos consejos sobre cómo promover una alimentación saludable en las escuelas (la tasa de obesidad en los niños franceses es menos de la mitad que en los niños estadounidenses), informa Reuters. Los funcionarios de la escuela buscaban lecciones para los niños estadounidenses, pero los niños franceses también tienen algunas cosas que enseñar a los adultos, dice Karen Le Billon, autora de Los niños franceses comen de todo. "El enfoque francés de la educación alimentaria se basa en cómo comes tanto como aproximadamente qué comes ", dice. Sigue las tres reglas para niños que también funcionan para los adultos:
1. Programe un refrigerio por día, como máximo. El concepto de pastoreo no existe en la cultura francesa. Los niños comen tres comidas al día y un refrigerio (alrededor de las 4 p.m.). Eso es todo. Cuando no tiene licencia para asaltar el cajón de bocadillos de la oficina cada vez que sienta un antojo, en realidad tendrá hambre a la hora de comer y se saciará de alimentos nutritivos, dice Le Billon.
2.No se recompense con comida (ni siquiera con comida "saludable"). Darse una recompensa de comida (asaltar la máquina expendedora después de terminar su informe) o castigarse con ella (seguir una dieta súper estricta después de una noche indulgente) refuerza los malos hábitos alimenticios emocionales, dice Le Billon. Motívese con recompensas que no sean alimentos y, cuando disfrute de algo decadente, disfrútelo de verdad (sin culpa). Luego, elija la opción más saludable al día siguiente.
3.Haga que las comidas se sientan especiales. Y no, encender tu estación de radio favorita mientras comes en tu auto no cuenta. Agregue un poco de ceremonia o ritual a la hora de la cena, desde poner la mesa con platos y tenedores reales en lugar de comer directamente de las cajas para llevar hasta usar un mantel real o encender una vela en la mesa. Le ayudará a reducir la velocidad, dice Le Billon, y al final, comer menos sin dejar de sentirse satisfecho.