Anticoagulantes: que son, para que sirven y principales tipos
Contenido
- Quién debería usar
- Principales tipos de anticoagulantes
- 1. Anticoagulantes inyectables
- 2. Anticoagulantes orales
- Remedios anticoagulantes naturales
- Cuidados durante el tratamiento
- Remedios caseros que no deben usarse con anticoagulantes
Los anticoagulantes son fármacos que previenen la formación de coágulos sanguíneos, porque bloquean la acción de sustancias que favorecen la coagulación. Los coágulos son fundamentales para curar heridas y detener el sangrado, pero hay situaciones en las que pueden impedir la circulación sanguínea, provocando enfermedades graves, como ictus, trombosis y embolia pulmonar, por ejemplo.
Así, los anticoagulantes permiten que la sangre permanezca siempre líquida dentro de los vasos y pueda circular libremente, siendo recomendado para personas que han padecido enfermedades provocadas por coágulos o que tienen mayor riesgo de desarrollarlos.
Los más utilizados son la heparina, warfarina y rivaroxaban, que deben usarse con cuidado y siempre con supervisión médica, ya que su uso incorrecto puede provocar la aparición de hemorragias graves.
Quién debería usar
Los anticoagulantes deben ser utilizados por personas que tienen un mayor riesgo de desarrollar un trombo, como aquellas con arritmias cardíacas o que usan prótesis de válvulas cardíacas. También se utilizan para eliminar un trombo que ya se ha formado, como en los casos de personas con trombosis, embolia pulmonar o infarto.
Principales tipos de anticoagulantes
Los anticoagulantes se pueden dividir según la vía de administración y su forma de acción:
1. Anticoagulantes inyectables
Los anticoagulantes inyectables como la heparina o el fondaparinux se administran por vía intravenosa o subcutánea.
Estos medicamentos se utilizan generalmente para prevenir la enfermedad tromboembólica venosa en personas que se han sometido a cirugía, que tienen movilidad reducida, para prevenir la formación de trombos durante la hemodiálisis o en el tratamiento del infarto agudo de miocardio.
La heparina también se puede utilizar en mujeres embarazadas para prevenir la trombosis, ya que no interfiere con la formación del bebé.
2. Anticoagulantes orales
Existen diferentes tipos de anticoagulantes orales, y su elección dependerá de la valoración que haga el médico de sus ventajas y desventajas para cada persona:
Tipos | Nombres | Beneficios | Desventajas |
Inhibidores de la vitamina K | Warfarina (Marevan, Coumadin); Acenocumarol (Sintrom). | - Muy usado; - Más baratos; - Permitir un mayor control de la coagulación a través de exámenes. | - Necesidad de realizar un control regular de la coagulación; - Las dosis deben cambiarse con frecuencia, - Su efecto puede verse alterado por otros medicamentos o alimentos ricos en vitamina K. |
Nuevos anticoagulantes | Rivaroxaban (Xarelto); Dabigatrán (Pradaxa); Apixabana (Eliquis). | - No es necesario realizar un control regular de la coagulación; - Dosis diarias únicas; - Puede tener menos efectos secundarios. | - Más caro; - Contraindicado en varias enfermedades; - No tienen antídotos. |
En el caso de los inhibidores de la vitamina K, el control de la coagulación debe realizarse normalmente una vez al mes o según el consejo médico.
Remedios anticoagulantes naturales
Existen algunas sustancias vegetales, conocidas popularmente como capaces de "diluir" la sangre y reducir el riesgo de coágulos, como el Ginkgo biloba o el Dong quai, por ejemplo.
Estas plantas pueden utilizarse en infusiones o ingerirse en forma de cápsulas, que se venden en tiendas naturistas. Sin embargo, su uso no debe reemplazar a los medicamentos recetados por el médico y no debe usarse junto con otros anticoagulantes.
Además, solo deben tomarse después del conocimiento del médico, ya que pueden interferir con la acción de otros medicamentos y, al igual que otros medicamentos, estos medicamentos a base de hierbas deben suspenderse en el período preoperatorio de cualquier cirugía.
Cuidados durante el tratamiento
Durante el tratamiento con anticoagulantes, es importante:
- Informar al médico siempre que haya cambios en la dieta o en el uso de medicamentos para no desregular la acción del anticoagulante;
- Evite mezclar dos tipos de anticoagulantes, excepto en casos de indicación médica;
- Preste atención a los signos de sangrado, como manchas excesivas en la piel, encías sangrantes, sangre en la orina o las heces y, si alguno de ellos está presente, busque atención médica.
Algunos alimentos ricos en vitamina K reducen la acción de ciertos anticoagulantes, como la warfarina, y se debe tener cuidado en su consumo. Sin embargo, como la dosis de anticoagulante es ajustable a las necesidades de cada persona, no es necesario detener el consumo de todos estos alimentos, sino evitar cambios bruscos en la dieta, manteniendo una cantidad constante en la dieta.
Ejemplos de estos alimentos son las verduras de hoja verde oscuro, como la espinaca, la col rizada, la lechuga, además de la col, el brócoli y la coliflor, por ejemplo. Consulte la lista completa de alimentos ricos en vitamina K.
Remedios caseros que no deben usarse con anticoagulantes
Es común que algunas personas utilicen medicinas a base de hierbas o remedios caseros, sin consejo médico, a diario, porque piensan que son naturales y que no son dañinos. Sin embargo, algunos de ellos pueden interactuar, generalmente intensificando, el efecto de los anticoagulantes, lo que provoca un riesgo de sangrado, poniendo en riesgo la vida de la persona.
Así, las personas que utilicen fármacos anticoagulantes o antiagregantes, deben tener especial cuidado al tomar remedios caseros o complementos alimenticios elaborados a base de:
- Ajo;
- Ginkgo biloba;
- Ginseng;
- Salvia roja;
- Guaco;
- Dong Quai o Angélica china;
- Castaño de Indias;
- Arándano;
- Guaraná;
- Árnica.
Debido a este tipo de interacción entre medicamentos y remedios naturales, es importante tomar medicamentos solo después de la indicación o aprobación del médico.