Sordera: cómo identificar, causas y tratamiento
Contenido
La sordera, o hipoacusia, es una hipoacusia parcial o total que dificulta la comprensión y la comunicación de la persona afectada, pudiendo ser congénita, cuando la persona nace con la discapacidad, o adquirida a lo largo de la vida, por una predisposición genética. , trauma o enfermedad que afecte a este órgano.
La causa también determinará el tipo de sordera, que se clasifica en:
- Conducir sordera o transmisión: ocurre cuando algo bloquea el paso del sonido al oído interno, porque afecta al oído externo o medio por causas que generalmente son tratables o curables, como ruptura del tímpano, acumulación de cerumen, infecciones de oído o tumores, por ejemplo;
- Sordera neurosensorial o percepción: es la causa más común, y surge por la afectación del oído interno, y el sonido no se procesa ni se transmite al cerebro, por causas como la degeneración de las células auditivas por la edad, exposición a sonidos muy fuertes , enfermedades circulatorias o metabólicas como hipertensión arterial o diabetes, tumores o enfermedades genéticas, por ejemplo.
También existe la sordera mixta, que se produce al unir los 2 tipos de sordera, al comprometer tanto el oído medio como el interno. Es importante que se identifique el tipo de sordera para poder iniciar el tratamiento más adecuado, según la orientación del otorrinolaringólogo.
Cómo identificar
La discapacidad auditiva se caracteriza por una disminución parcial de la capacidad de percibir sonidos, en los que aún puede persistir cierto grado de audición, o total. Esta pérdida auditiva se puede medir usando un dispositivo llamado audiómetro, que mide los niveles de audición en decibelios.
Así, la sordera se puede clasificar por grados en:
- Ligero: cuando la pérdida auditiva es de hasta 40 decibeles, lo que impide escuchar un sonido débil o distante. La persona puede tener dificultad para entender una conversación y pedir que la frase se repita con frecuencia, siempre pareciendo distraída, pero no suele provocar cambios serios en el lenguaje;
- Moderar: es la pérdida auditiva entre 40 y 70 decibeles, en la que solo se entienden los sonidos de alta intensidad, lo que genera dificultades en la comunicación, como retraso en el lenguaje, y la necesidad de lectura de labios para una mejor comprensión;
- Grave: provoca una pérdida de audición entre 70 y 90 decibeles, lo que permite la comprensión de algunos ruidos y voces intensos, haciendo que la percepción visual y la lectura de labios sean importantes para la comprensión;
- Profundo: es la forma más grave y ocurre cuando la hipoacusia supera los 90 decibeles, lo que impide la comunicación y la comprensión del habla.
En caso de síntomas que indiquen hipoacusia, se debe acudir a la consulta con el otorrinolaringólogo, quien, además del examen de audiometría, realizará la evaluación clínica para determinar si es bilateral o unilateral, cuáles son las posibles causas y la adecuada. tratamiento. Comprenda cómo se realiza el examen de audiometría.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento de la sordera depende de su causa, pudiendo estar indicada la limpieza o drenaje del oído cuando hay acumulación de cera o secreciones, o la cirugía en casos de tímpano perforado o para corregir alguna deformidad, por ejemplo.
Sin embargo, para recuperar la audición se puede recurrir al uso de audífonos o implantes de audífonos. Tras indicar el audífono, el logopeda será el profesional encargado de orientar el uso, el tipo de dispositivo, además de adaptar y monitorizar el audífono para el usuario.
Además, algunos pacientes también pueden beneficiarse de algunas formas de rehabilitación que incluyen la lectura de labios o el lenguaje de señas, que mejoran la calidad de la comunicación y la interacción social de estas personas.
Causas de la sordera
Algunas de las principales causas de la pérdida auditiva incluyen causas adquiridas a lo largo de la vida, ya sean repentinas o graduales, como:
- Cera de oído mediano, en gran cantidad;
- Presencia de liquido, como secreciones, en el oído medio;
- Presencia de un objeto extraño dentro de la oreja, como un grano de arroz, por ejemplo, común en los niños;
- Otosclerosis, que es una enfermedad en la que el estribo, que es un hueso del oído, deja de vibrar y el sonido no puede pasar;
- Otitis agudo o crónico, en la parte externa o media del oído;
- Efecto de algunos medicamentos tales como quimioterapia, diuréticos de asa o aminoglucósidos;
- Ruido excesivo, mayores de 85 decibelios por períodos prolongados, como máquinas industriales, música alta, armas o cohetes, que provocan daños en los nervios de conducción del sonido;
- Traumatismo craneoencefálico o accidente cerebrovascular;
- Enfermedades como esclerosis múltiple, lupus, enfermedad de Peget, meningitis, enfermedad de Ménière, hipertensión arterial o diabetes;
- Síndromes como Alport o Usher;
Tumor de oído o tumores cerebrales que afectan la parte auditiva.
Los casos de sordera congénita ocurren cuando se transmiten durante el embarazo, como consecuencia del consumo de alcohol y drogas, desnutrición materna, enfermedades, como la diabetes, o incluso infecciones que surgen durante el embarazo, como sarampión, rubéola o toxoplasmosis.