Todo sobre la cirugía para curar la diástasis abdominal

Contenido
- ¿Cómo es la recuperación de esta cirugía plástica?
- Qué se siente:
- Cuidado diario:
- Cómo alimentar:
- Cómo bañarse:
- Señales de advertencia para ir al médico
La cirugía es una de las últimas formas de tratamiento para la diástasis abdominal, que se realiza cuando las otras formas menos invasivas no muestran los resultados esperados.
Durante este tipo de cirugía, el médico cose los músculos abdominales con un hilo especial que no se rompe ni se deteriora. Habitualmente este procedimiento se realiza por laparoscopia, en la que el cirujano realiza tres pequeños cortes en el abdomen para insertar los instrumentos y poder coser los músculos, sin tener que dejar una gran cicatriz. Pero si hay exceso de piel, el cirujano también puede optar por una cirugía convencional, con el fin de darle un mejor aspecto a la barriga.
La diástasis abdominal es la extirpación de los músculos abdominales que deja la barriga flácida, con exceso de piel, acumulación de grasa y al presionar los dedos contra la pared abdominal, se puede sentir un 'agujero en la barriga'. Conozca los ejercicios que pueden prevenir esta cirugía plástica.

¿Cómo es la recuperación de esta cirugía plástica?
La recuperación de la cirugía para corregir la diástasis abdominal lleva un poco de tiempo y requiere cierto cuidado para evitar infecciones, por ejemplo.
Qué se siente:
Después de despertarse de la cirugía, muchas personas informan que sienten que sus músculos están muy tensos, pero esto tiende a mejorar en 6 a 8 semanas, cuando el cuerpo comienza a acostumbrarse al nuevo espacio abdominal.
Es normal que la sensibilidad se reduzca, especialmente en los sitios de las cicatrices, pero esto tiende a mejorar con los meses y, por lo general, en 1 año, ya ha habido una gran mejoría.
La persona se despierta unas horas después de la cirugía y debe usar un aparato ortopédico durante 3 semanas. Pasado el 2º o 3º día de la cirugía, la persona puede regresar a casa, donde debe seguir algunas precauciones para recuperarse por completo.
Cuidado diario:
Es recomendable tener una sesión de Drenaje Linfático por día, durante los primeros 15 días para eliminar el exceso de líquidos y evitar el riesgo de crear seroma, que es la acumulación de líquido en el sitio de la cicatriz. Lea más sobre el drenaje linfático y sus beneficios.
Los ejercicios y el levantamiento de objetos pesados con más del 10% de su propio peso corporal solo deben hacerse después de 6 semanas de la cirugía. Y a la hora de volver al ejercicio físico, es recomendable comenzar con ejercicios aeróbicos, como caminar, correr, montar en bicicleta o nadar, por ejemplo.
Para una mejor recuperación, lo ideal es que incluso las personas que trabajan sentadas, tomen 1 o 2 semanas de vacaciones para operarse.
Cómo alimentar:
Lo ideal es ingerir alimentos ricos en fibra para evitar el estreñimiento, además, debes beber unos 2 litros de agua o té sin azúcar al día para ablandar las heces. Las frutas y verduras son bienvenidas, pero se deben evitar los alimentos fritos o ricos en grasas. Las proteínas presentes en los huevos y las carnes blancas ayudan a acelerar la curación y se pueden consumir una vez al día. Vea qué más comer para mejorar la curación:
Cómo bañarse:
Solo se permite tomar una ducha de 7 a 8 días después de la cirugía, por lo que antes el baño solo debe realizarse sentado en la ducha con otra persona que lo ayude. Es importante no inclinar el cuerpo hacia adelante y por eso no se debe caminar demasiado, lo ideal es permanecer acostado con la barriga hacia arriba, sin permitir que se formen pliegues en la barriga, ni estirar demasiado la piel, porque si eso sucede, el abdomen puede quedar marcado, requiriendo corrección de la cirugía.
Señales de advertencia para ir al médico
Después de 7 días, debes volver al médico que realizó la operación para que evalúe cómo va la recuperación. Si es necesario, los apósitos se pueden cambiar en esta fecha, pero es recomendable acudir al médico o a urgencias si presenta signos y síntomas como:
- Fiebre;
- Pérdida de sangre o líquido en el apósito;
- Salida de drenaje;
- Respiración dificultosa;
- Mal olor en la cicatriz.
Estos signos pueden indicar que se está formando una infección, lo que requiere una evaluación experta.