5 consejos sobre cómo mejorar tu estado de ánimo
Contenido
- 1. Duerme bien
- 2. Atención a la alimentación
- 3. Haz una actividad que disfrutes
- 4. Actividades de relajación
- 5. Terapias alternativas
- Cuando el mal humor puede ser una enfermedad
Para mejorar el estado de ánimo de forma eficaz se pueden realizar pequeños cambios en los hábitos, como técnicas de relajación, alimentación e incluso actividades físicas. De esta forma, se estimulará al cerebro para que aumente la concentración de sus hormonas reguladoras del estado de ánimo, como la serotonina, la dopamina, la noradrenalina y el ácido gamma aminobutírico (GABA).
Vale recordar que el buen humor es un estado dependiente del bienestar del cuerpo y la mente, pero debido a las tareas diarias puede verse afectado por malos hábitos, como el estrés diario en el trabajo o en casa, dormir poco, no tener tiempo para hacer lo que le gusta o no tomarse un tiempo para hacer ejercicio, puede provocar un desequilibrio hormonal, lo que desencadena el mal humor.
Vea 5 consejos de acción que se pueden hacer para ayudar a mejorar el estado de ánimo:
1. Duerme bien
Dormir al menos 8 horas al día es fundamental para que el cerebro pueda descansar de las tareas diarias y poder realizar sus funciones químicas, que incluyen la producción de hormonas que aumentan la sensación de bienestar y descanso, y en consecuencia mejoran estado animico.
Durante el sueño, el cuerpo disminuye la producción de cortisol y adrenalina, lo que ayuda a reducir el estrés.
2. Atención a la alimentación
Ciertos alimentos como frijoles, almendras, plátanos, salmón, nueces y huevos, pueden ayudar en la producción de dopamina y serotonina, que son las hormonas de la felicidad y el bienestar, además de ayudar a regular el sistema nervioso, mejorando el estado de ánimo y reducir el estrés y la ansiedad. Consulte otros alimentos que ayudan en la producción de serotonina.
En el siguiente video, la nutricionista Tatiana Zanin habla sobre los alimentos ricos en triptófano, que aumentan la producción de hormonas responsables de la sensación de bienestar y felicidad:
3. Haz una actividad que disfrutes
Tomarse el tiempo para realizar una actividad que le guste leer, escuchar música, dibujar o andar en bicicleta es también una forma de incrementar los niveles de endorfina, que es liberada por la pituitaria y el hipotálamo y actúa como neurotransmisor, favoreciendo la sensación de placer y mejorar el estado de ánimo.
4. Actividades de relajación
Las actividades de relajación como la meditación y el yoga, reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés, además de ayudar a estar en contacto contigo mismo, dejando a menudo claras sensaciones que no se notan a lo largo del día a día. Esto hace que sea más fácil acercarse a lo que haces bien, y abandonar costumbres que pueden causar tristeza y angustia. Aprenda a practicar la meditación y sus beneficios.
5. Terapias alternativas
Las terapias holísticas como la acupuntura, auriculoterapia, reiki y musicoterapia, son prácticas que, con el tiempo, pueden mejorar el estado de ánimo. Por brindar relajación y autoconocimiento, ayudando a afrontar mejor situaciones que anteriormente podían generar estrés y agotar la energía de la persona.
Además de estos, la aromaterapia se puede realizar junto con otras actividades diarias, es una gran técnica para mejorar el estado de ánimo. Vea cómo funciona y cómo hacer aromaterapia para mejorar el estado de ánimo.
Este tipo de terapia se suele considerar como un complemento de situaciones clínicas, como la ansiedad y el estrés, que pueden afectar el estado de ánimo y provocar estados de ira, por ejemplo. Sin embargo, estas terapias no deben reemplazar el tratamiento indicado por el médico.
Cuando el mal humor puede ser una enfermedad
En determinados casos cuando el mal humor va unido a un cansancio que no pasa y una irritación extrema, que no mejora con el cambio de hábitos y la práctica de todos los recursos necesarios para ello, Se recomienda acudir al médico, para que se pueda descartar una enfermedad como el hipertiroidismo, la diabetes, el Alzheimer y el ictus, por ejemplo, que pueden afectar el estado de ánimo y dar lugar a episodios de ira que desaparecen al controlar la enfermedad de base.
Cuando el mal humor es frecuente, no se asocia a enfermedades orgánicas y no mejora con un cambio de estilo de vida o tratamiento indicado por el médico, puede ser necesario que la persona sea referida para tratamiento con el profesional adecuado, como un psiquiatra. o psicólogo, porque puede ser indicativo de cambios mentales, como distimia, por ejemplo. Comprenda qué es la distimia y cómo se realiza el tratamiento.
La siguiente prueba puede proporcionar orientación si surge la pregunta de si se trata solo de un mal humor transitorio de rutina o si es posible que sea un trastorno.
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
- 6
- 7
- 8
- 9
- 10
- 11
- 12
- 13
- 14
- 15
- 16
- 17
- 18
- 19
- No nunca.
- Sí, pero esto no es muy frecuente.
- Sí, casi todas las semanas.
- No, cuando los demás son felices, yo también.
- Sí, a menudo me pongo de mal humor.
- Sí, no sé lo que es estar de buen humor.
- No, nunca critico a nadie.
- Sí, pero mis críticas son constructivas e indispensables.
- Sí, soy muy crítico, no pierdo la oportunidad de criticar y estoy muy orgulloso de ello.
- No, nunca me quejo de nada y mi vida es un lecho de rosas.
- Sí, me quejo cuando creo que es necesario o estoy muy cansado.
- Sí, suelo quejarme de todo y de todos, casi a diario.
- No nunca.
- Sí, a menudo quería estar en otro lugar.
- Sí, rara vez estoy satisfecho con las cosas y quería hacer algo más interesante.
- No, solo cuando realmente estoy trabajando duro.
- Sí, a menudo me siento cansado, aunque no he hecho nada en todo el día.
- Sí, me siento cansado todos los días, incluso cuando estoy de vacaciones.
- No, soy bastante optimista y puedo ver lo bueno en las cosas.
- Sí, tengo algunas dificultades para encontrar lo bueno en algo malo.
- Sí, soy pesimista y siempre pienso que todo saldrá mal, aunque haya mucho esfuerzo de por medio.
- Duermo bien y considero que tengo un sueño reparador.
- Me gusta dormir, pero a veces me cuesta conciliar el sueño.
- No creo que descanse lo suficiente, a veces duermo muchas horas, a veces tengo problemas para dormir bien.
- No, nunca me preocupo por eso.
- Sí, a menudo pienso que me han ofendido.
- Sí, casi siempre pienso: esto no es justo.
- No nunca.
- Sí, a menudo me siento perdido y no sé qué decidir.
- Sí, a menudo me resulta difícil tomar una decisión y necesito la ayuda de los demás.
- No, nunca porque disfruto estar en familia o con amigos.
- Sí, pero solo cuando me enojo.
- Sí, casi siempre porque me resulta muy difícil estar con otras personas.
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre me enojo y me enojo por todo y por todos.
- No nunca.
- Sí a veces.
- Sí, casi siempre.
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.