Autor: William Ramirez
Fecha De Creación: 22 Septiembre 2021
Fecha De Actualización: 14 Septiembre 2024
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Respiración, agujero negro y dolores de espalda
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El dolor de espalda al respirar suele estar relacionado con un problema que afecta a los pulmones o al revestimiento de este órgano, conocido como pleura. Los casos más comunes son gripe y resfriado, pero el dolor también puede surgir en cambios pulmonares más severos, como neumonía o embolia pulmonar, por ejemplo.

Aunque es menos frecuente, el dolor también puede ser signo de problemas en otros lugares, desde los músculos hasta el corazón, pero en estas situaciones suele estar asociado a otros síntomas que no solo involucran la respiración.

De todos modos, la mejor opción siempre que surja este tipo de dolor, sobre todo si dura más de 3 días o si es muy intenso, es consultar a un neumólogo o médico de cabecera, para pruebas diagnósticas, como radiografías, identificando la posible causa e iniciando el tratamiento más adecuado.

Por lo tanto, las causas más comunes de dolor de espalda al respirar incluyen:


1. Gripe y resfriado

La gripe y el resfriado son afecciones de salud muy comunes que son causadas por la entrada de virus al cuerpo, que provocan síntomas como secreción nasal, tos, cansancio excesivo e incluso fiebre. Sin embargo, y aunque es menos frecuente, tanto la gripe como el resfriado también pueden provocar la aparición de dolor de espalda al respirar, que suele estar relacionado con la acumulación de secreciones en las vías respiratorias o el cansancio de los músculos respiratorios debido al acto de toser.

Que hacer: los virus de la influenza y el resfriado son eliminados naturalmente por el propio sistema inmunológico después de unos días. Por ello, lo mejor es adoptar medidas que ayuden a fortalecer las defensas del organismo y a recuperarse más rápido, como mantener el descanso y beber abundantes líquidos durante el día. Vea 7 sencillos consejos para hacer en casa y deshacerse de la gripe más rápido.

2. Tensión muscular

La distensión muscular es otra causa relativamente común y menor de dolor al respirar. Esta condición ocurre cuando las fibras musculares sufren pequeñas rupturas y, por lo tanto, son dolorosas durante 2 a 3 días. Esto puede suceder cuando haces un mayor esfuerzo con los músculos de la espalda, lo que puede ocurrir cuando tienes una mala postura durante el día, haces ejercicio en el gimnasio o simplemente toses demasiado fuerte durante una situación de resfriado o gripe.


Que hacer: la mejor forma de tratamiento para la distensión muscular es el reposo, ya que evita el uso de fibras musculares lesionadas. Además, la aplicación de una compresa fría en el sitio durante las primeras 48 horas, de 3 a 4 veces al día, también puede ayudar a aliviar el dolor. Obtenga más información sobre la tensión muscular y qué hacer.

3. Costocondritis

La costocondritis consiste en la inflamación de los cartílagos que conectan el hueso del esternón con las costillas. Esta afección suele provocar un fuerte dolor en el pecho, que puede acabar irradiando hacia la espalda, especialmente al respirar profundamente. Además del dolor, la costocondritis también puede causar dificultad para respirar y dolor al presionar el esternón.

Que hacer: generalmente el dolor causado por la costocondritis mejora con la aplicación de compresas calientes en la región del esternón, además de descansar y evitar grandes esfuerzos. Sin embargo, cuando el dolor es muy intenso, o dificulta la realización de las actividades diarias, es recomendable consultar a un ortopedista o médico de cabecera, para valorar la necesidad de iniciar un tratamiento con medicamentos, como analgésicos y antiinflamatorios. Obtenga más información sobre esta afección y su tratamiento.


4. Neumonía

Aunque la mayoría de las veces el dolor de espalda al respirar es solo un síntoma de gripe o resfriado, también existen situaciones en las que el dolor empeora y que pueden indicar una infección un poco más grave, como la neumonía.

En estos casos, además del dolor, la tos y la secreción nasal, que son comunes con la gripe y el resfriado, también pueden aparecer otros signos y síntomas, como dificultad respiratoria intensa, fiebre superior a 38ºC y flemas verdosas o sanguinolentas, por ejemplo. A continuación, se explica cómo identificar una situación de neumonía.

Que hacer: en caso de sospecha de neumonía siempre es muy importante consultar a un médico, para diagnosticar el problema e iniciar el tratamiento más adecuado, que puede incluir el uso de antibióticos. Sin embargo, dado que la neumonía puede ser bastante contagiosa, especialmente si es causada por un virus, se recomienda que, si es posible, se ponga una mascarilla cuando salga de casa.

5. Embolia pulmonar

Aunque es más raro, la embolia pulmonar es otro problema que puede causar dolor de espalda severo al respirar. Esta afección ocurre cuando un coágulo bloquea uno de los vasos pulmonares, lo que evita que la sangre pase a algunas partes del pulmón. Cuando esto sucede, además del dolor, son comunes los síntomas como dificultad para respirar severa, tos con sangre y piel azulada, por ejemplo.

La embolia puede ocurrir en cualquier persona, pero es más común en personas con antecedentes de trombosis, que tienen problemas de coagulación, que tienen sobrepeso o que tienen un estilo de vida muy sedentario.

Que hacer: al tratarse de una situación muy grave, siempre que exista la sospecha de tener una embolia pulmonar, se recomienda acudir a urgencias lo antes posible para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento, que suele iniciarse con el uso de fármacos que ayudan a destruir el coágulo, como la heparina. Comprenda mejor qué es la embolia, cuáles son los síntomas y cómo tratarla.

6. Pleuresía

La pleuresía, o pleuritis, es otra afección que puede causar dolor de espalda severo al respirar y que ocurre cuando algún tipo de líquido se acumula entre las dos capas de la pleura, que es la membrana que recubre los pulmones. Cuando esto sucede, la pleura se hincha y el dolor tiende a empeorar cuando respira profundamente o tose. Además, otros síntomas incluyen tos muy frecuente, dificultad para respirar y fiebre baja persistente.

Aunque no se considera una afección grave, la pleuresía puede ser un signo importante, ya que generalmente surge en personas que tienen otro problema respiratorio y puede significar que el tratamiento para ese problema no está surtiendo efecto.

Que hacer: la sospecha de pleuresía siempre debe ser evaluada por un médico, por lo que se recomienda acudir al hospital. El tratamiento casi siempre se inicia con un antiinflamatorio para aliviar la inflamación de la pleura y mejorar los síntomas, pero el médico también debe identificar la causa de la pleuresía. Vea más sobre la pleuresía, cómo identificarla y tratarla.

7. Pericarditis

El dolor de espalda al respirar casi siempre está relacionado con un problema pulmonar, sin embargo, también puede surgir en algunos problemas cardíacos, como la pericarditis. La pericarditis es la inflamación de la membrana que recubre el músculo cardíaco, el pericardio, que además de un dolor severo en el pecho, también puede provocar un dolor intenso que se irradia a la espalda, especialmente al intentar respirar profundamente.

La pericarditis es más común en personas que tienen algún tipo de infección o inflamación en otra parte del cuerpo, como neumonía, tuberculosis, artritis reumatoide o incluso una caries. Vea con más detalle cómo identificar una situación de pericarditis.

Que hacer: el tratamiento de la pericarditis puede ser relativamente fácil, especialmente cuando el problema se identifica en una etapa temprana. Así, ante la sospecha de un problema cardíaco, es recomendable consultar a un cardiólogo para valorar los síntomas, así como la historia clínica, llegando al diagnóstico e indicando el tratamiento más adecuado.

8. Ataque cardíaco

Aunque el síntoma más común de un infarto es la aparición de un dolor muy intenso, en forma de opresión, en el pecho, también hay casos en los que el dolor comienza con una leve molestia en la espalda que empeora al respirar. Otros síntomas que pueden estar asociados son hormigueo en uno de los brazos, habitualmente el izquierdo, náuseas y malestar general, así como dificultad para respirar.

Aunque el infarto es relativamente raro, es una situación cada vez más frecuente, especialmente en quienes tienen algunos factores de riesgo, como llevar una dieta desequilibrada, ser fumador, vivir constantemente en estrés o tener antecedentes de hipertensión arterial, diabetes o colesterol.

Qué hacer: ante la sospecha de un infarto es muy importante acudir rápidamente al hospital, ya que cuanto antes te diagnostiquen, mayores serán las posibilidades de tratar el problema y prevenir la aparición de complicaciones. Obtenga más información sobre cómo reconocer un posible ataque cardíaco.

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