Infección de la sangre: que es, síntomas, causas y tratamiento.
Contenido
- Síntomas principales
- ¿Es grave la infección de la sangre?
- Posibles causas de infección de la sangre.
- Cómo se hace el diagnóstico
- Cómo tratar
La infección en la sangre corresponde a la presencia de microorganismos en la sangre, principalmente hongos y bacterias, lo que lleva a la aparición de algunos síntomas como fiebre alta, disminución de la presión arterial, aumento de la frecuencia cardíaca y náuseas, por ejemplo. Cuando la infección no se diagnostica y trata adecuadamente, el microorganismo puede diseminarse a través del torrente sanguíneo y llegar a otros órganos, lo que puede provocar complicaciones y falla orgánica.
La gravedad de la infección depende del microorganismo infectante y de la respuesta del cuerpo de la persona infectada, ya que las personas con sistemas inmunitarios comprometidos o ineficaces son más susceptibles a este tipo de infección y el tratamiento suele ser más complicado.
El tratamiento de la infección en la sangre se realiza de acuerdo con el microorganismo identificado mediante pruebas de laboratorio, y se puede realizar con el uso de antibióticos o antifúngicos de acuerdo con la recomendación médica y los resultados de los cultivos y el perfil de sensibilidad de los microorganismos a los fármacos.
Síntomas principales
Los síntomas de infección en la sangre aparecen cuando hay grandes cantidades de microorganismos en la sangre, lo que puede resultar en la aparición de algunos signos y síntomas, como:
- Fiebre alta;
- Aumento de la frecuencia respiratoria;
- Disminución de la presión arterial
- Aumento de la frecuencia cardíaca;
- Pérdida de memoria o confusión mental;
- Mareo;
- Fatiga;
- Escalofríos;
- Vómitos o náuseas;
- Confusión mental.
Tan pronto como se identifiquen signos o síntomas de infección en la sangre, es importante acudir al médico para que se evalúen los síntomas descritos por el paciente y se soliciten pruebas para confirmar la infección en la sangre, y el tratamiento más adecuado. puede iniciarse poco después para prevenir complicaciones.
¿Es grave la infección de la sangre?
La infección de la sangre es grave según el microorganismo identificado en la sangre y la capacidad del cuerpo para responder a la infección. Por lo tanto, los recién nacidos, los ancianos y las personas con sistemas inmunológicos deteriorados tienen más probabilidades de tener una infección de la sangre más grave.
Algunos microorganismos tienen una alta capacidad infecciosa, pudiendo proliferar rápidamente y diseminarse por el torrente sanguíneo, llegando a otros órganos y caracterizando el shock séptico o la septicemia. Si esta infección no se identifica rápidamente y no se trata adecuadamente, puede haber insuficiencia orgánica y provocar la muerte. Aprenda todo sobre el shock séptico.
Posibles causas de infección de la sangre.
La infección en la sangre puede ser consecuencia de otras infecciones, como infección del tracto urinario, neumonía o meningitis, por ejemplo, que surgen después de una cirugía, debido a una infección de heridas quirúrgicas, o la colocación de dispositivos médicos, como catéteres y tubos, se considera una infección hospitalaria, relacionada con la atención médica. Sepa qué es una infección hospitalaria y cómo prevenirla.
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico de infección en sangre se realiza principalmente a través de pruebas de laboratorio cuyo principal objetivo es identificar el microorganismo presente en el torrente sanguíneo, y está indicado el hemocultivo, que generalmente se realiza durante la hospitalización.
La sangre recolectada se coloca en un recipiente llamado "botella de hemocultivo" y se envía al laboratorio para su análisis. La botella se coloca en un equipo que es capaz de proporcionar el entorno adecuado para el crecimiento de microorganismos. Los frascos permanecen en el equipo de 7 a 10 días, sin embargo, los cultivos positivos se identifican en los primeros 3 días.
Una vez detectada la positividad de la muestra, se realizan otras técnicas con esta misma muestra para identificar el agente infeccioso, además del antibiograma para comprobar a qué antimicrobianos es sensible o resistente este microorganismo, y así es posible definir el tratamiento más apropiado. Comprende cómo se elabora el antibiograma.
Además del examen microbiológico, el médico puede indicar la realización de otros exámenes de laboratorio para confirmar la infección y comprobar cómo está la inmunidad de la persona, y puede solicitar el hemograma y la medición de la proteína C reactiva (PCR). En algunos casos también se puede solicitar análisis de orina, cultivo de secreción de herida, tomografía computarizada y ecografía, solicitándose estos dos últimos para verificar si el microorganismo se ha extendido a otros órganos.
En el caso de sospecha de infección sanguínea por virus, se realizan pruebas serológicas y moleculares para identificar el virus, su concentración en la sangre y, así, determinar el tratamiento, ya que los virus no se identifican mediante hemocultivo.
Cómo tratar
El tratamiento se realiza con la persona hospitalizada y se establece según el microorganismo identificado en la sangre. En el caso de infección por bacterias, se recomienda el uso de antibióticos, que se define según el perfil de sensibilidad de la bacteria. En el caso de infección por hongos, el uso de antifúngicos está indicado según el resultado del antifungigrama. En general, los antimicrobianos se administran directamente en la vena para que la acción contra el microorganismo sea más rápida y eficaz.
También se puede recomendar el uso de medicamentos para aumentar la presión arterial, así como dosis bajas de corticosteroides e insulina para regular los niveles de azúcar en sangre.