Autor: Mark Sanchez
Fecha De Creación: 5 Enero 2021
Fecha De Actualización: 23 Noviembre 2024
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Nódulo hepático: que puede ser y cuando puede indicar cáncer - Aptitud Física
Nódulo hepático: que puede ser y cuando puede indicar cáncer - Aptitud Física

Contenido

En la mayoría de los casos, el bulto en el hígado es benigno y, por lo tanto, no es peligroso, especialmente cuando aparece en personas sin enfermedad hepática conocida, como cirrosis o hepatitis, y se descubre accidentalmente en exámenes de rutina. En este caso, el nódulo puede ser solo un quiste, que es una especie de sobre con contenido líquido que puede ser causado por parásitos, un absceso o causado por bacterias, por ejemplo. En el caso de los quistes provocados por parásitos o abscesos, suelen necesitar un tratamiento adecuado.

Generalmente, los nódulos benignos no causan síntomas y, por lo tanto, solo necesitan ser evaluados regularmente con pruebas como la tomografía y la resonancia magnética, para identificar si están creciendo de tamaño. Si esto sucede y el bulto aumenta de tamaño, puede provocar síntomas como dolor abdominal y alteraciones digestivas, en cuyo caso deben ser extraídos mediante cirugía. Cuando se sospecha el nódulo, también puede ser necesario realizar una biopsia para hacer el diagnóstico definitivo.


En el caso de un nódulo maligno, por lo general es una metástasis y ocurre en personas con cáncer en otro lugar o es un cáncer del hígado mismo, llamado carcinoma hepatocelular, que generalmente aparece en personas con enfermedad hepática. Por ello, cada vez que aparece un nódulo hepático en una persona con cirrosis, hay muchas posibilidades de ser cáncer y, por tanto, se debe acudir al hepatólogo para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento. Obtenga más información sobre el tumor de hígado y cómo tratarlo.

¿Qué puede ser un bulto en el hígado?

La aparición de un bulto en el hígado puede tener varias causas. Los más comunes incluyen:

1. Quistes y abscesos

Muchos casos de bultos en el hígado son solo un quiste. Los quistes suelen ser simples, benignos y no causan síntomas, por lo que no necesitan tratamiento. Cuando son causados ​​por parásitos, pueden causar síntomas y necesitan extirparse mediante cirugía o drenaje de su contenido. Más raramente, hay quistes asociados a enfermedades genéticas, es decir, que nacen con la persona, y que suelen estar en grandes cantidades. En este caso, el trasplante es el tratamiento más indicado. Otras veces hay más quistes sospechosos de malignidad, que deben tratarse más rápidamente.


El nódulo también puede ser un absceso, que necesita tratamiento con antibióticos o, finalmente, se drena o aspira con una aguja.

En el caso tanto de quistes como de abscesos, la tomografía, la resonancia magnética y la ecografía suelen ser suficientes para hacer el diagnóstico y permitir así al hepatólogo elegir el tratamiento más adecuado. Obtenga más información sobre el quiste hepático y el absceso hepático.

2. Hiperplasia nodular focal

Este es el segundo nódulo hepático más frecuente, más común en mujeres entre 20 y 50 años. La mayoría de las veces no causa síntomas, encontrándose en exámenes de rutina. Esta hiperplasia tiene pocas posibilidades de volverse maligna, por lo que solo necesita un seguimiento con exámenes como ultrasonido, tomografía o resonancia magnética. El uso de la píldora puede favorecer su crecimiento, aunque no es la causa del bulto, por lo que las mujeres que toman la píldora suelen tener un seguimiento cada 6 o 12 meses.

Se recomienda el tratamiento con cirugía cuando existen síntomas, dudas en el diagnóstico a pesar de los exámenes, o cuando existe la sospecha de que se trata de un adenoma, que tiene un mayor riesgo de malignidad o complicaciones. Comprender mejor qué es la hiperplasia nodular focal.


3. Hemangioma hepático

El hemangioma es una malformación congénita de los vasos sanguíneos, es decir, nace con la persona y es el nódulo hepático benigno más común. Suele encontrarse accidentalmente en exámenes de rutina, ya que la mayoría no dan síntomas.

El diagnóstico se suele hacer con ecografía, tomografía o resonancia magnética, y si es de hasta 5 cm no es necesario ningún tratamiento ni seguimiento. Sin embargo, si llega a crecer más allá de los 5 cm, el seguimiento debe realizarse cada 6 meses a 1 año. A veces puede crecer rápidamente y comprimir la cápsula hepática u otras estructuras, causando dolor y otros síntomas, o puede mostrar signos de malignidad y debe eliminarse con cirugía.

Las boxeadoras, futbolistas y mujeres que pretendan quedar embarazadas, y que tengan hemangiomas grandes, aunque no presenten síntomas, tienen riesgo de sangrado o rotura del hemangioma, que son situaciones más graves y, por tanto, deben someterse a una cirugía para extirparlo. Cuando una persona tiene un hemangioma grande y siente un dolor intenso y repentino y una caída de la presión arterial, debe buscar rápidamente a un médico para que lo evalúe, ya que puede ser uno de estos casos.

Lea más sobre qué es el hemangioma, cómo confirmarlo y formas de tratamiento.

4. Adenoma hepático

El adenoma es un tumor benigno del hígado, que es relativamente raro, pero es más común en mujeres de entre 20 y 40 años, ya que el uso de la píldora aumenta en gran medida las posibilidades de desarrollarlo. Además de la píldora, el uso de esteroides anabólicos y algunas enfermedades genéticas de acumulación de glucógeno también pueden aumentar las posibilidades de desarrollarlo.

El adenoma generalmente se encuentra durante los exámenes debido a quejas de dolor abdominal o, como un hallazgo accidental en los exámenes de rutina. El diagnóstico se puede realizar con ecografía, tomografía o resonancia, que permiten distinguir adenoma de hiperplasia nodular focal del cáncer de hígado, por ejemplo.

Como en la mayoría de los casos el adenoma mide menos de 5 cm y por lo tanto tiene un bajo riesgo de cáncer y complicaciones como sangrado o rotura, no necesita tratamiento y simplemente puede seguirse con exámenes periódicos, que en el caso de la menopausia deben ser hecho anualmente. Los adenomas mayores de 5 cm, por otro lado, tienen un mayor riesgo de complicaciones o de convertirse en cáncer, y es posible que deban extirparse con cirugía. Comprender mejor el adenoma hepático y sus complicaciones.

Cuando el bulto puede ser cáncer

Cuando la persona no tiene antecedentes de enfermedad hepática, el nódulo suele ser benigno y no representa cáncer. Sin embargo, cuando ya existe una enfermedad hepática, como cirrosis o hepatitis, existe una mayor probabilidad de que el nódulo sea canceroso, lo que se denomina carcinoma hepatocelular.

Además, el nódulo también puede aparecer por la presencia de cáncer en otra localización, representando en este caso una metástasis de ese otro cáncer.

¿Cuándo puede ser un carcinoma hepatocelular?

La cirrosis alcohólica y la hepatitis son las principales enfermedades hepáticas que dan lugar a la aparición de carcinoma hepatocelular. Por ello, es muy importante que se realice el correcto seguimiento con el hepatólogo, cuando existe riesgo de desarrollar estas enfermedades, con el fin de reducir las posibilidades de cáncer.

Entonces, si la persona tiene:

  • Historial de transfusiones de sangre;
  • Tatuajes;
  • Uso de drogas inyectables;
  • Consumo de alcohol;
  • Antecedentes familiares de enfermedad hepática crónica como cirrosis.

Puede estar en riesgo de desarrollar una enfermedad hepática y / o cáncer, y se recomienda consultar a un hepatólogo para evaluar las posibilidades de tener una enfermedad hepática y comenzar el tratamiento adecuado, si es necesario.

¿Cuándo puede ser metástasis?

El hígado es un lugar común para las metástasis, especialmente cuando existe algún tipo de cáncer en el sistema digestivo, como estómago, páncreas y colon, pero también cáncer de mama o pulmón.

A menudo, la persona puede no tener ningún síntoma cuando descubre que el cáncer ya ha hecho metástasis; otras veces, los síntomas inespecíficos como dolor abdominal, malestar, debilidad y pérdida de peso sin razón aparente pueden ser el único signo de cáncer.

Vea qué tipos de cáncer pueden causar metástasis hepáticas.

Qué hacer si sospecha de cáncer

Cuando una persona tiene síntomas como hinchazón abdominal, sangrado intestinal, cambios en el estado mental, ojos y piel amarillos o pérdida de peso sin motivo, es probable que haya alguna enfermedad hepática o incluso cáncer de hígado. A veces, los síntomas son menos específicos, como debilidad y pérdida de peso sin motivo, pero pueden ser el único signo de cáncer.

Así, cuando la persona tenga este tipo de quejas, deberá acudir al hepatólogo o al médico de cabecera, quien le hará una valoración adecuada, con unas pruebas para intentar comprender el origen del cáncer y, a partir de ahí, indicar las más tratamiento correcto.

El tratamiento dependerá de si el cáncer es de hígado o si es metastásico. Si es metástasis será según el tipo de cáncer que la originó. En el caso del cáncer de hígado, el tratamiento puede ser curativo, cuando es pequeño y se puede extirpar, o si se puede hacer un trasplante de hígado, pero otras veces, cuando el cáncer está más avanzado y la cura no es posible, el tratamiento sólo puede retardar el crecimiento del cáncer y así prolongar la vida de la persona durante más tiempo.

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