Autor: Sara Rhodes
Fecha De Creación: 15 Febrero 2021
Fecha De Actualización: 21 Noviembre 2024
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Intestino  segundo cerebro. Conferencia  Dr  José Rodríguez
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El sistema inmunológico, o sistema inmunológico, es un conjunto de órganos, tejidos y células encargados de combatir los microorganismos invasores, previniendo así el desarrollo de enfermedades. Además, se encarga de promover el equilibrio del organismo a partir de la respuesta coordinada de células y moléculas producidas en respuesta al patógeno.

La mejor forma de fortalecer el sistema inmunológico y hacer que responda bien a los microorganismos invasores es comer y practicar hábitos saludables. Además, es importante que la vacunación se lleve a cabo, sobre todo en la niñez, para estimular la producción de anticuerpos y evitar que el niño desarrolle enfermedades que puedan interferir con su desarrollo, como la poliomielitis, también llamada parálisis infantil, que se puede prevenir. a través de la vacuna VIP. Sepa cuándo vacunarse contra la polio.

Células del sistema inmunológico

La respuesta inmune está mediada por células encargadas de combatir las infecciones, los leucocitos, que promueven la salud del cuerpo y de la persona. Los leucocitos se pueden dividir en células polimorfonucleares y mononucleares, cada grupo tiene algunos tipos de células de defensa en el cuerpo que realizan funciones distintas y complementarias. Las células que pertenecen al sistema inmunológico son:


  • Linfocitos que son las células que normalmente se encuentran más alteradas durante las infecciones, ya que garantiza especificidad a la respuesta inmune. Hay tres tipos de linfocitos, B, T y Asesino natural (NK), que realizan diferentes funciones;
  • Monocitos que están circulando temporalmente en la sangre y que se pueden diferenciar en macrófagos, que son importantes para combatir el agente agresivo del organismo;
  • Neutrófilos, que circulan en concentraciones más altas y son los primeros en identificar y actuar contra la infección;
  • Eosinófilos, que normalmente circulan en cantidades más pequeñas en la sangre, pero su concentración aumenta durante reacciones alérgicas o en caso de infecciones parasitarias, bacterianas o micóticas;
  • Basófilos, que también circulan en concentraciones más bajas, pero pueden aumentar debido a alergias o inflamación prolongada.

Desde el momento en que un cuerpo extraño y / o agente infeccioso ingresa al organismo, las células del sistema inmunológico se activan y actúan de manera coordinada con el objetivo de combatir al agente agresor. Obtenga más información sobre los leucocitos.


Como funciona

El sistema inmunológico se encarga de proteger al organismo frente a cualquier tipo de infección. Así, cuando un microorganismo invade el organismo, el sistema inmunológico es capaz de identificar este patógeno y activar los mecanismos de defensa para combatir la infección.

El sistema inmunológico se compone de dos tipos principales de respuesta: la respuesta inmune innata, que es la primera línea de defensa del cuerpo, y la respuesta inmune adaptativa, que es más específica y se activa cuando la primera respuesta no funciona o no es suficiente. .

Respuesta inmune innata o natural

La respuesta inmune natural o innata es la primera línea de defensa del organismo, habiendo estado presente en las personas desde su nacimiento. En cuanto el microorganismo invade el organismo, se estimula esta línea de defensa, caracterizándose por su rapidez y poca especificidad.

Este tipo de inmunidad consta de:

  • Barreras físicas, que son la piel, el cabello y las mucosidades, siendo los encargados de prevenir o retrasar la entrada de cuerpos extraños en el cuerpo;
  • Barreras fisiológicas, como la acidez del estómago, la temperatura corporal y las citocinas, que evitan que el microorganismo invasor se desarrolle en el organismo, además de favorecer su eliminación;
  • Barreras celulares, que está formado por células consideradas como primera línea de defensa, que son los neutrófilos, macrófagos y linfocitos NK, encargados de englobar al patógeno y promover su destrucción.

Debido a la eficiencia del sistema inmunológico innato, las infecciones no ocurren todo el tiempo y los microorganismos se eliminan rápidamente. Sin embargo, cuando la inmunidad natural no es suficiente para combatir el patógeno, se estimula la inmunidad adaptativa.


Respuesta inmune adaptativa o adquirida

La inmunidad adquirida o adaptativa, a pesar de ser la segunda línea de defensa del organismo, es de gran importancia, ya que es a través de ella que se generan las células de memoria, evitando que se produzcan infecciones por el mismo microorganismo o, en su caso, que sean más leves.

Además de dar lugar a células de memoria, la respuesta inmune adaptativa, aunque tarda más en establecerse, es más específica, ya que puede identificar características específicas de cada microorganismo y, así, conducir a la respuesta inmune.

Este tipo de inmunidad se activa por contacto con agentes infecciosos y tiene dos tipos:

  • Inmunidad humoral, que es una respuesta mediada por anticuerpos producidos por linfocitos tipo B;
  • Inmunidad celular, que es la respuesta inmune mediada por linfocitos tipo T, que promueven la destrucción del microorganismo o la muerte de las células infectadas, ya que este tipo de inmunidad se desarrolla cuando el patógeno sobrevive a la inmunidad innata y humoral, volviéndose inaccesible a los anticuerpos. Obtenga más información sobre los linfocitos.

Además de la inmunidad humoral y celular, la respuesta inmune adaptativa también puede clasificarse como activa, cuando se adquiere mediante vacunación, por ejemplo, o pasiva, cuando proviene de otra persona, como por ejemplo a través de la lactancia materna, en la que los anticuerpos pueden transmitirse de la madre. al bebé.

¿Qué son los antígenos y los anticuerpos?

Para que el sistema inmunológico responda, se necesitan antígenos y anticuerpos. Los antígenos son sustancias capaces de desencadenar una respuesta inmune, siendo específicas para cada microorganismo, y que se unen directamente al linfocito o un anticuerpo para generar la respuesta inmune, que normalmente resulta en la destrucción del microorganismo y, por tanto, el fin de la infección.

Los anticuerpos son proteínas en forma de Y encargadas de proteger al organismo de las infecciones, y se producen en respuesta a un microorganismo invasor. Los anticuerpos, también llamados inmunoglobulinas, pueden adquirirse a través de la lactancia, como es el caso de la IgA, incluso durante el embarazo, en el caso de la IgG, o producirse en respuesta a una reacción alérgica, en el caso de la IgE.

InmunoglobulinasCaracteristicas
IgAProtege el intestino, el tracto respiratorio y urogenital de infecciones y se puede obtener a través de la lactancia materna, en la que el anticuerpo se transmite de la madre al bebé.
IgDSe expresa junto con IgM durante la fase aguda de las infecciones, sin embargo, su función aún no está clara.
IgESe expresa durante reacciones alérgicas.
IgMSe produce en la fase aguda de la infección y es responsable de la activación del sistema del complemento, que es un sistema formado por proteínas encargadas de facilitar la eliminación del microorganismo invasor.
IG GEs el tipo de anticuerpo más común en plasma, se considera el anticuerpo de memoria y protege al recién nacido, ya que puede atravesar la barrera placentaria.

En respuesta a las infecciones, la IgM es el primer anticuerpo que se produce.A medida que se establece la infección, el organismo comienza a producir IgG que, además de combatir la infección, permanece en la circulación, considerándose un anticuerpo de memoria. Obtenga más información sobre IgG e IgM.

Tipos de inmunización

La inmunización corresponde al mecanismo del organismo de promover la protección frente a determinados microorganismos, que pueden adquirirse de forma natural o artificial, como en el caso de las vacunas, por ejemplo.

Inmunización activa

La inmunización activa es aquella que se adquiere por vacunación o por contacto con el agente de una determinada enfermedad, estimulando el sistema inmunológico y provocando que produzca anticuerpos.

La inmunización activa es capaz de generar memoria, es decir, cuando el cuerpo vuelve a entrar en contacto con el agente que provoca una determinada enfermedad, el organismo reconoce y combate al agente invasor, evitando que la persona desarrolle la enfermedad o la tenga más grave. Por lo tanto, este tipo de respuesta es duradera, sin embargo, toma tiempo para que se establezca, es decir, inmediatamente después de la exposición al agente nocivo, no hay formación inmediata de una respuesta inmune adecuada. El sistema inmunológico necesita tiempo para procesar y asimilar esta información.

La exposición natural al patógeno es una forma de obtener inmunización activa. Además, es importante obtener la inmunización activa de forma artificial, que es a través de la vacunación, previniendo así futuras infecciones. En la vacunación, a la persona se le administra el microorganismo muerto o se reduce su actividad para estimular el sistema inmunológico a reconocer el patógeno y crear inmunidad contra él. Vea cuáles son las principales vacunas y cuándo deben administrarse.

Inmunización pasiva

La inmunización pasiva ocurre cuando una persona adquiere anticuerpos producidos por otra persona o animal. Este tipo de inmunización se suele obtener de forma natural mediante el paso de inmunoglobulinas, principalmente del tipo IgG (anticuerpo), a través de la placenta, es decir, mediante la transferencia directa de la madre al bebé.

La inmunización pasiva también se puede adquirir de forma artificial, mediante la inyección de anticuerpos de otras personas o animales, como en el caso de mordeduras de serpientes, por ejemplo, en las que se extrae el suero de veneno de serpiente y luego se administra directamente a la persona. Aprenda sobre primeros auxilios para la mordedura de serpiente.

Este tipo de inmunización genera una respuesta inmune más rápida, pero no es duradera como es el caso de la inmunización activa.

Cómo fortalecer el sistema inmunológico

Para mejorar el sistema inmunológico, es importante adoptar hábitos de vida saludables, como ejercicio regular y una dieta equilibrada, con alimentos ricos en vitamina C, selenio y zinc. Vea qué alimentos pueden fortalecer el sistema inmunológico.

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