Cómo tratar la tortícolis congénita en el bebé
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La tortícolis congénita es una alteración que provoca que el bebé nazca con el cuello girado hacia un lado y presente cierta limitación de movimiento con el cuello.
Es curable, pero debe tratarse diariamente con fisioterapia y osteopatía y la cirugía solo está indicada en los casos en que el niño no ha mejorado al año de edad.
Tratamiento de la tortícolis congénita
El tratamiento de la tortícolis congénita consiste en sesiones de fisioterapia y osteopatía, pero es fundamental que los padres o cuidadores sepan hacer algunos ejercicios en casa para complementar y potenciar el tratamiento.
La madre debe tener cuidado de amamantar siempre para obligar al bebé a girar el cuello, en un intento de soltar la articulación y disminuir la contractura del músculo afectado. Se recomienda que se extraiga la leche del otro seno con el extractor de leche para evitar el riesgo de obstrucción y puede haber una diferencia en el tamaño de los senos en el futuro.
Los padres también deben dejar al bebé con la cabeza con el lado afectado hacia una pared lisa, para que el ruido, los estímulos de luz y otras cosas interesantes para el niño lo obliguen a girar hacia el otro lado y así estirar el músculo afectado.
Ejercicios para la tortícolis congénita
El fisioterapeuta del bebé debe enseñar unos ejercicios de estiramiento y liberación del músculo afectado para que la madre los haga en casa, a fin de complementar el tratamiento. Algunos buenos ejercicios son:
- Llame la atención del bebé con algo que haga ruido colocando el objeto frente a él y, poco a poco, mueva el objeto hacia un lado, para que el bebé gire el cuello hacia el lado afectado;
- Acuesta al bebé en la cama y siéntate a su lado, de modo que para mirarte tiene que girar el cuello hacia el lado afectado.
El uso de bolsas de agua tibia o toallas calientes antes del ejercicio es fundamental para facilitar la movilización del cuello y reducir el riesgo de dolor.
Si el bebé comienza a llorar porque no puede mirar el lado afectado, no se debe insistir. Vuelve a intentarlo más tarde, poco a poco.
Es importante no causar dolor y no forzar demasiado el músculo para que no haya efecto rebote y la condición se agrave.
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