Traqueomalacia
Contenido
- Traqueomalacia en bebés y recién nacidos
- ¿Cuales son los sintomas?
- ¿Cuales son las causas?
- ¿Cómo se diagnostica?
- Opciones de tratamiento
- panorama
Visión de conjunto
La traqueomalacia es una afección poco común que generalmente se presenta al nacer. Por lo general, las paredes de la tráquea son rígidas. En la traqueomalacia, el cartílago de la tráquea no se desarrolla adecuadamente en el útero, dejándolos débiles y flácidos. Es probable que las paredes debilitadas colapsen y provoquen una obstrucción de las vías respiratorias. Esto conduce a problemas respiratorios.
Es posible adquirir la afección más adelante en la vida. Esto suele ocurrir cuando una persona ha estado intubada durante mucho tiempo o ha tenido una inflamación o infección recurrente de la tráquea.
Traqueomalacia en bebés y recién nacidos
La traqueomalacia se detecta a menudo en bebés de entre 4 y 8 semanas. A menudo, el bebé ha nacido con la afección, pero no es hasta que comienza a respirar suficiente aire como para provocar sibilancias que se nota la afección.
A veces, la afección no es dañina y muchos niños la superan con la edad. Otras veces, la afección puede causar problemas graves y continuos como tos, sibilancias, apnea y neumonía.
¿Cuales son los sintomas?
Los síntomas más comunes de la traqueomalacia son:
- sibilancias que no mejoran con la terapia con broncodilatadores
- sonidos inusuales al respirar
- dificultad para respirar que empeora con la actividad o cuando la persona tiene un resfriado
- respiración aguda
- signos vitales normales a pesar de los aparentes problemas respiratorios
- neumonía recurrente
- tos persistente
- cese temporal de la respiración, especialmente durante el sueño (apnea)
¿Cuales son las causas?
La traqueomalacia es extremadamente rara a cualquier edad, pero es más comúnmente causada por una malformación de las paredes de la tráquea en el útero. No se conoce con precisión por qué ocurre esta malformación.
Si la traqueomalacia se desarrolla más tarde en la vida, entonces podría ser causada por grandes vasos sanguíneos que ejercen presión sobre las vías respiratorias, una complicación de la cirugía para reparar defectos congénitos en la tráquea o el esófago, o por tener un tubo de respiración colocado durante mucho tiempo.
¿Cómo se diagnostica?
Si presenta síntomas de traqueomalacia, su médico generalmente ordenará una tomografía computarizada, pruebas de función pulmonar y, según los resultados, una broncoscopia o laringoscopia.
A menudo se requiere una broncoscopia para diagnosticar la traqueomalacia. Este es un examen directo de las vías respiratorias con una cámara flexible. Esta prueba le permite al médico diagnosticar el tipo de traqueomalacia, la gravedad de la afección y el impacto que tiene en su capacidad respiratoria.
Opciones de tratamiento
Los niños a menudo superan la traqueomalacia cuando tienen 3 años. Debido a esto, los tratamientos invasivos generalmente no se consideran hasta que haya pasado este tiempo, a menos que la afección sea extremadamente grave.
Un niño deberá ser monitoreado de cerca por su equipo médico y podría beneficiarse de un humidificador, fisioterapia para el pecho y posiblemente un dispositivo de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP).
Si el niño no supera la enfermedad o si tiene un caso grave de traqueomalacia, existen muchas opciones quirúrgicas disponibles. El tipo de cirugía que se ofrece dependerá del tipo y la ubicación de su traqueomalacia.
Las opciones de tratamiento para adultos con traqueomalacia son las mismas que las de los niños, pero el tratamiento es menos exitoso en adultos.
panorama
La traqueomalacia es una condición extremadamente rara en cualquier grupo de edad. En los niños, suele ser una afección manejable en la que los síntomas disminuyen con el tiempo y, a menudo, se eliminan por completo cuando el niño tiene 3 años. Hay una serie de medidas que se pueden tomar para ayudar a aliviar los síntomas hasta el momento en que desaparezcan naturalmente.
En casos raros, cuando los síntomas no mejoran o son graves, es posible que se requiera cirugía. La cirugía en estos casos tiene una alta tasa de éxito.
En los adultos, la afección a menudo es difícil de controlar, es más probable que sea grave y tiene una alta tasa de mortalidad.