Comprender por qué algunos niños son menos afectuosos (y no se unen)
Contenido
- ¿Qué es el trastorno de apego reactivo?
- Causas del trastorno reactivo del apego
- Principales síntomas y cómo identificarlos
- Como es el tratamiento
Algunos niños son menos cariñosos y tienen dificultad para dar y recibir afecto, aparentando un poco de frío, ya que desarrollan una defensa psicológica, que puede ser provocada por situaciones traumáticas o difíciles, como ser abandonados por sus padres o sufrir violencia doméstica, por ejemplo.
Esta defensa psicológica es un trastorno llamado trastorno de apego reactivo, que a menudo surge como resultado del abuso o abuso infantil y es más común en niños que viven en orfanatos debido a la mala relación emocional que tienen con sus padres biológicos.
¿Qué es el trastorno de apego reactivo?
El trastorno de apego reactivo afecta especialmente a bebés y niños, alterando la forma en que se crean los lazos y las relaciones, y los niños con esta enfermedad son fríos, tímidos, ansiosos y emocionalmente distantes.
Un niño con trastorno de apego reactivo no se puede curar por completo, pero con el seguimiento adecuado puede desarrollarse normalmente, estableciendo relaciones de confianza a lo largo de su vida.
Causas del trastorno reactivo del apego
Este trastorno generalmente surge en la niñez y puede tener varias causas que incluyen:
- Abuso o abuso infantil durante la niñez;
- Abandono o pérdida de los padres;
- Comportamiento violento u hostil por parte de los padres o cuidadores;
- Cambios repetidos de cuidadores, por ejemplo, cambiar de orfanato o de familia varias veces;
- Crecer en entornos que limitan la oportunidad de establecer vínculos, como instituciones con muchos niños y pocos cuidadores.
Este trastorno surge especialmente cuando los niños menores de 5 años sufren alguna separación de la familia, o si son víctimas de maltrato, maltrato o descuido durante la infancia.
Principales síntomas y cómo identificarlos
Algunos de los síntomas que pueden indicar la presencia de este síndrome en niños, adolescentes o adultos incluyen:
- Sensación de rechazo y abandono;
- Pobreza afectiva, que muestra dificultad para mostrar afecto;
- Falta de empatía;
- Inseguridad y aislamiento;
- Timidez y retraimiento;
- Agresividad hacia los demás y el mundo;
- Ansiedad y tensión.
Cuando se presenta este trastorno en el bebé, es común beber llorando, tener mal humor, evitar el cariño de los padres, disfrutar de estar solo o evitar el contacto visual. Una de las primeras señales de alerta para los padres es cuando el niño no distingue entre la madre o el padre y los extraños, sin una afinidad especial, como se esperaba.
Como es el tratamiento
El trastorno de apego reactivo debe ser tratado por un profesional capacitado o calificado, como es el caso de un psiquiatra o psicólogo, que ayudará al niño a crear vínculos con la familia y la sociedad.
Además, es muy importante que los padres o tutores del niño también reciban capacitación, asesoramiento o terapia, para que puedan aprender a lidiar con el niño y la situación.
En los niños que viven en orfanatos, el seguimiento de los trabajadores sociales también puede ayudar a comprender este trastorno y las estrategias para superarlo, haciendo que el niño sea capaz de dar y recibir afecto.